Corría por medio de la espesa vegetación del bosque, llevando a Ana en sus brazos sintiendo las ramas golpear sus brazos, además que estos se manchaban de la esencia de ella y empezaban a debilitarse con el peso de Ana. Sintiendo que ya estaba seguro y que estaba muy alejado descanso, deslizándose sobre el tronco de un árbol, con su pecho subiendo y bajo de forma irregular, sus brazos sintiendo algo de alivio.
–No tienes que preocuparte por mí –dijo Ana –Déjame.
Derek no la escucho la ignoro, por completo solo estaba concentrado en recuperar su aliento y poder continuar. Y si, anhelaba dejar a Ana aquí en este lugar, al saber lo que su padre había hecho, pero también supo que no tenía nada que ver, la verdad ella hace poco se había enterado que su padre la engaño también.
–Déjame –volvió a decir Ana.
–Cállate. O voy a considerarlo –dijo poniéndose en pie y continúo moviéndose a través del bosque.
Ella no dijo nada después de esas palabras, se mantuvo en silencio, siendo llevaban en brazos por medio del bosque, de alguna forma encontraba agradable estar así en brazos de Derek. Pego un poco su cabeza al pecho y pudo escuchar las pulsaciones del corazón de su corazón, si no supiera que era por el esfuerzo que estaba haciendo, pensaría que sería por ella.
Ese corazón estaba acelerado como ningún otro, sus latidos eras reconfortarles como si le tocaran una hermosa melodía para sus oídos, pero esa melodía fue interrumpida al escuchar las fuertes detonaciones de las armas, de quienes seria sus perseguidores. Derek apresuro un poco su paso sería cuestión de tiempo para que los encuentren.
Moviéndose pensó que talvez había una forma de evadirlos, pero no habría mucho éxito para despistarlos. Era claro que ellos estaban jugando y seguramente sabían que Derek no sería capaz de dejar a Ana a su suerte, entonces debía aprovechar esa oportunidad tarde o temprano los iban a capturar. Así que era el momento indicado para burlarlos el tiempo necesario y poder asistir a Ana.
Deteniéndose observo el lugar –¿Qué haces? –pregunto Ana.
Derek no contesto y encontró el lugar indicado donde ocultarse, llevando en brazos a Ana se metió entre los matorrales espesos que los camuflaban bien de ser vistos.
–Guarda silencio –dijo Derek.
Quedándose ahí sin hacer nada esperaron hasta que lleguen hasta ahí. Derek sabía que esto no saldría bien del todo, pero debía apostarlo si esos sujetos llegaban ahí y seguían su camino esperarían un tiempo y podrían irse por otro sitio. El crujir de las ramas y unas voces se escuchaban dejándose ver aquellos sujetos, Ana tembló, su cuerpo se tensó ante la situación.
Derek al sentirlo la rodeo con sus brazos –shh… respira –le dijo susurrando cerca de su oído.
–Parece que siguen avanzando –hablo uno de los captores.
–Es un tipo necio. Llevarse a una mujer herida y sobre todo si es la hija del hombre que asesinó a su esposa –dijo otro.
Eso hizo que Derek tensara sus brazos y apretara con algo de fuerza a Ana que soltó un ligero gruñido de dolor. Ana no dijo nada solo contuvo el dolor por la presión de los brazos de Derek mientras esos tipos se alejaban.
–Me lastimas –dijo una vez sintió estaba segura.
Derek no libero la tensión de sus brazos, no hasta que Ana soltó un quejido un poco más fuerte. La soltó, pero no la miro. Y cuando lo hizo solo miro su herida en el brazo, acercándose dijo.
–Debemos sacar la bala. Te va a doler –dijo Derek.
–Aquí no es un buen lugar –interrumpió Ana –busquemos otro lugar.
Derek no reprocho nada saliendo del arbusto, continuaron caminando entre el bosque hasta llegar a lo que parecía una cabaña abandonada, ingresando dentro Derek se puso a trabajar haciendo una fogata que los protegería del frio manteniéndolos en calor.
–¿Estas lista? –pregunto. Ana solo asintió Derek tomo la hebilla de su cintura usándola como pinza y con gran esfuerzo y que Ana se quejara por el dolor logro extraer la bala del brazo. Rápidamente trato la hemorragia haciendo presión con un pañuelo que tenía en el bolsillo. La dejo descansar.
Sentado frente la fogata revolviendo las brasas, solo pensaba en una cosa. Matar con sus propias manos a Lucio Salvatierra por lo que hizo. Pueda que en algún tiempo atrás lo haya respetado mucho, como persona y el gran empresario que era, fue el quien lo salvo de las calles, le dio una vida, pero el mismo se encargó de destruirla con todo lo que hizo. No solo se relacionó con Luis y esos traficantes para asesinarlo, difundió varios rumores de que no era alguien de confianza, por lo que no pudo conseguir trabajo durante mucho tiempo y del mismo modo con Nora. Sino que también fue el quien la asesino. El mato a Nora. Asesino a la madre de sus hijas. En su cabeza solo estaba una palabra. Venganza.
Ana se despertó y miro la mirada perdida de Derek y por esa misma mirada sabía que, sus pensamientos solo estaban centrados en su padre en cómo hacerlo pagar.
–Lo siento –dijo interrumpiendo el silencio.
–Un lo siento, no me va a devolver lo que tu padre me quito Ana. Lo que le quito a mis hijas –respondió. –lo que más deseo es volver y matarlo con mis propias manos. Matarlo como el miserable que es.
#363 en Joven Adulto
#5089 en Novela romántica
nuevo comienzos y nuevos amores, amor familia drama dolor, odio rencor obsesión
Editado: 03.08.2023