Solo 3 días. Solamente faltaban tres días para irme a la fuerza de esta ciudad, tal vez era lo mejor para todos, mi amigas merecían un poco de espacio libre , Dustin no quiso volver a verme después del accidente así que creo que significa que según él toda la “culpa la tuve yo” y asumo que terminamos, me vestí para ir al colegio con una blusa lisa color gris, por encima una chaqueta blanca, unos jeans de mezclilla y unos tacones un poco altos, una coleta y el maquillaje un poco discreto pero glamuroso, salí de mi habitación y para mi sorpresa mi mamá tenía listo el desayuno, unas cuantas cajas más que ayer ya listas para ser transportadas a Danville, lucía radiante y con seguridad dejó un plato en la mesa, moviendo sus caderas de un lado a otro, supuse que dentro de su cabeza cantaba la canción de "The power" de snap, su canción favorita de todos los tiempos, sonreí al verla así, tan feliz, observé cautelosa detrás del umbral de la cocina, mi papá llegó junto a ella y los dos comenzaron a bailar sin música alguna, sonreí contenta. Orgullosa de tener a ellos dos. Después de unos cuantos segundos me uní a ellos, bailando como unos locos al compás de una música que no se escuchaba y solo se sentía realmente al observarnos me di cuenta que esto más bien parecía una especie de ritual en vez de un baile entre papás e hija, paramos los tres y soltamos unas cuantas carcajadas, me encanta pasar el tiempo con ellos, solo cuando están de buen humor.
-Buenos días Julie-Mi papá llegó y plantó un beso en la frente. Está de buen humor.
-¿Lista para ir a Danville?
-Mamá, papá, deben dejar de repetirlo cada mañana, en verdad yo sé que nos iremos y lo tengo muy claro pero no pueden recordar cada día que ya no viviré en esta ciudad-Suspiré y observé el plato en el que estaba servido lo que se hacía llamar desayuno, era una especie de avena mounstro que se podría tragar toda mi colección entera de joyas, jugueteé un poco con mi cuchara hasta que me atreví a probarlo. No estaba mal a comparación del intento de hacer comida Mexicana por parte de mi mamá, creo que no se le da probar recetas nuevas.
Terminé de comer cuando el reloj anunciaba que eran las seis con treinta y cinco minutos, las chicas han estado un poco distantes conmigo así que opté por irme sola en mi auto, me cepillé los dientes y le di un último retoque a mi cabello y maquillaje, salí del baño y me despedí de mis papás, antes de cerrar la puerta principal le eché un vistazo a la casa que en pocos días quedaría solo en mi memoria, toda mi vida la viví en la ciudad, en lo grande, no sé lo que me esperará al ir a Danville una ciudad tan pequeña como el cuarto de lavado de mi tía Hellen, después de unos cuantos segundos o quizá un par de minutos, entré a mi auto, lo encendí y comencé a avanzar rumbo mi preparatoria, mi manera de pensar hacia la escuela cambió en estos últimos días, me pareció un lugar increíble en donde conoces a las mejores personas del mundo, es como tu propio refugio pero también puede ser una gran cárcel y un laberinto sin salida, las personas a veces te ayudarán y otras te defraudarán, es solo cuestión de elegir a las personas indicadas. Estacioné mi auto al llegar al estacionamiento, caminé hacia el interior de la preparatoria hasta llegar a mi casillero el mismo de todo el ciclo, al abrirlo, encontré una carta, era color rosa fucsia, la tomé entre mis manos y lo extendí, la observé muy detalladamente.
Julie Willys. La mejor amiga que pudimos tener, te queremos tanto y lamentamos no haber estado en estos últimos días pero te lo compensaremos en esta carta, de seguro te preguntarás ¿Cómo?, mira hacia arriba y luego a tu derecha, sigue las indicaciones :)
-SM. IM
Leí dos veces la carta, observé las firmas al final y sonreí, Steffanie Mars e Ivonne McCarter son las mejores amigas del mundo, pensaba mientras observaba la pegatina en forma de flecha que señalaba a la izquierda, pasé por un pasillo y miré hacia arriba nuevamente para encontrar alguna otra señal, finalmente después de seguir todas las indicaciones llegué al auditorio, entré un poco indecisa al no ver a nadie dentro y las luces apagadas, cerré la puerta y me sobresalté cuando las luces se encendieron y dejaron ver a todos mis amigos con un cartel que decía “Buena suerte Julie, te extrañaremos”, juraría que podría llorar en este momento de felicidad, me acerqué a ellos casi temblando de las piernas.
-Son tan cursis. Las amo-Me lancé a ellas y las tres nos abrazamos como lo hacen los hermanos en los momentos difíciles, una lágrima amenazaba con escaparse de mis ojo y arruinar mi maquillaje, nos separamos y me dediqué a abrazar a mis otros amigos, el primero fue Louis, lo conocía ya desde hace un par de años y ha sido un gran apoyo para mí, El segundo fue Danny, es el chico que le debo mi vida entera, fue mi mentor en la moda y gracias a él soy la chica más trendy y la que se entera primero de todo en diseñadores y marcas buenas.