De popular a nerd.

Capítulo 6.

Me desperté un sábado en la mañana, al parecer el gallo jamás se cansaba, comencé a levantarme de la cama en cuanto el sol salió y entró por mi ventana, tenía la mañana ya planeada, me vería con Lily en el café Dorothy, nos hemos estado viendo últimamente y hasta se podría decir que somos amigas, tomé la ropa que me pondría el día de hoy era algo más casual de lo normal, traía puesto un pantalón pegado que resaltaba un poco mi figura, un suéter color melocotón y por encima una chaqueta de cuero negra, me coloqué mis zapatos de piso y me miré en el espejo, me sentaba bien el estilo casual y no tan exagerado y llamativo, creo que me estoy adaptando en cuestión de moda, bajé un poco la mirada y llegué hasta mi pequeño escritorio en el que reposaba el libro colorido que hace un par de días no era abierto, lo tomé entre mis manos sin dudarlo y salí de mi habitación, toqué un par de veces en la puerta de mis papás y no hubo respuesta alguna.

-Mamá, Papá, saldré al café vuelvo pronto- Giré media vuelta y me acerqué hasta la puerta principal, giré la perilla y comencé a caminar sobre el camino que ya me sabía de memoria, caminaba entre las hojas que cada vez llenaban más los jardines en los alrededores y se tornaban un tono más rojizo.

El aire tan fresco de Danville hacía que cada vez que saliera de casa me sintiera en otro mundo, me sintiera otra persona y que mis problemas desaparecieran unos minutos, era muy lindo. Llegué a mi nueva guarida secreta, a mi refugio o simplemente mi otra casa, ahí pasaba la mayoría del tiempo, haciendo tarea, tomando café, hablando con Lily, tomando café, en mis ratos libres, tomando café, se había convertido en una rutina nueva para mí, pedí el mismo café de siempre y saludé a la señora Dorothy como todos los días, me senté en mi mesa observando el parque desierto al no haber ningún niño por la hora. Saqué de mi bolso el libro y lo coloqué en la mesa frente a mí, dudé un poco, en realidad no sabía si quería cambiar, no sabía sí quería dejar de ser una tonta popular o una nerd de clase media, opté por abrirlo.

Abrí el libro y me pasé a la primera página, acaricié las lizas hojas color blanco y las letras color negro que formaban palabras aún no leídas en mi mente, leí el título "Cosas que no debes de hacer"

1-No debes de tomarte todo en modo de juego: Esto quiere decir que no tienes que reírte por cualquiera cosa incoherente que las personas digan, esto hace que las personas te tachen de tonta y no queremos eso ¿Verdad?

-No, claro que no, aunque ese punto ya lo tengo hecho, no soy tan tonta para reírme por todo- Escuché unas pisadas y después la puerta principal abrirse, dirigí mi mirada hacia esa persona la cual dio un paso en falso y cayó en seco al suelo áspero viejo de madera, cayó tan duro que dudo que su cerebro funcione de nuevo, al darme cuenta que era una chica, con los mimos rasgos físicos que Lily pensé que sería ella, pero a juzgar por su atuendo ella tiene mejor gusto. La chica alzó su mirada y volteó de derecha a izquierda para verificar si alguien había visto su épica caída, suspiró y se acercó a mí. Era Lily. Caminó aun cogiendo y no evité estallar de risa. Vaya creo que este punto si es difícil.

-¿Qué te pasó?- Seguía riendo, reía tanto que mi estómago comenzaba a dolerme y mis mejillas se entumecían, contuve la risa y dejé que mi amiga castaña hablara.

-Como hace mucho frío pensé en que el piso necesitaba un abrazo.- Volví a estallar, me sentía como una inmadura riéndome de esto pero ver su cara al verificar si alguien había visto la caída del siglo me hizo reír como si no hubiera un mañana. Dejé que mis pómulos descansaran y volví mi mirada hacia Lily, tomé mi café y le di un lento sorbo para que el sabor y el calor inundaran mis papilas gustativas y me regresara a la vida.

-Siempre tú y tu mala suerte- Dije para que después ella me sonriera fingidamente y fuera a pedir su chocolate caliente. Ya se lo había pedido yo así que ella solo lo recogió, lo pagó y regresó al mismo lugar en el que estaba.

-Wow, si lo estás leyendo

-Necesito saber cómo hacer para que las personas dejen de pensar que soy una tonta

-Sinceramente creí que jamás lo leerías y tendría que mentirle a la dueña anciana de la Biblioteca que alguien lo habría robado… y además no eres tonta, simplemente tu fuerte no son las matemáticas...

-Ni la historia, ni español y mucho menos la química.

-Vamos, no te pongas así, yo te ayudaré a estudiar para que mejores y seas la mejor en todas esas materias que mencionaste

-¿Algo así como una mentora de la moda, solo que con las materias?

-Sería algo como una tutora más bien.

-Claro- Dije con mi tono de obviedad, reímos las dos y comenzamos a hablar sobre cosas triviales, sobre nuestros pasatiempos, gustos, familia, recuerdos, experiencias en verdad es mucha información la que puedes sacar en solo una mañana de café. Lily y yo habíamos acordado en que los martes y jueves me ayudaría por las tardes en la biblioteca mientras trabajaba. Al pasar las horas decidimos que ya era tiempo de irnos, nos despedimos y caminamos hacia casa, éramos casi vecinas, al contarme sobre su familia me di cuenta de que su mamá le había regalado a la mía ese pastel de carne el primer día en que llegamos, al pasar por el parque el cual hace unos minutos estaba solo ahora contenía alrededor de unos diez niños corriendo y ahí estaba él. El chico amargado que no dejó que me quedara en su parque, el chico que se presentó frente a toda la clase, El chico nerd que es popular. Su rostro fino pero marcando sus facciones de hombre te hacían querer vomitar de tan perfecto que se miraba. Su mandíbula ligeramente rígida y sus ojos puestos en un libro titulado "Historia de dos ciudades", o eso creo porque al estar un poco lejos mí, mi "buena visión" espero que no me hay fallado, seguimos caminando y cada quién dobló la calle hacia su casa, nos despedimos nuevamente alejándonos y solo agitando una mano, seguí por mi camino hasta llegara a mi casa, estoy feliz, a pesar de no ser la misma chica que hace un par de semanas atrás, me siento feliz, podría ser mejor pero por lo pronto estoy bien, solo siento que me falta algo y eso lo siento cada inicio y final del día. Espero que leyendo este absurdo libro lo comprenda.




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