Las clases pasaron y al terminar un día más de escuela decidí ir al café Dorothy, caminé el mismo recorrido que hacía todos los días, la presión me comía viva, el último lugar en el que quería estar era mi casa, aceleré el paso hasta llegar al lugar ya acordado entre mis pensamientos y yo, al entrar sentí el delicioso calor que me hacía falta con este frío demoniaco, apenas comenzaba Diciembre y las bajas temperaturas ya estaban más que presentes en la ciudad, había poca nieve que adornaba las calles y parques de los alrededores, un ejemplo claro que observé por la ventana cuadrada del lugar era el mismo parque en donde todas las tardes los niños jugaban, corrían y brincaban, pedí y pagué el mismo café Latte de siempre y este día me decidí por salir y estar un rato en el parque, agradecí a Dorothy y salí por la puerta, di varios pasos hasta llegar junto a los mismos niños que siempre se divertían a pesar de todas las circunstancias.
-Disculpe señorita ¿Le puedo hacer una pregunta?-Asentí mientras daba un sorbo al café y calentaba mi boca- ¿Estamos en otoño o invierno?
-¿Tú que crees?
- Ella dice que estamos en otoño pero al ver la nieve es claro que es invierno
-Estamos en diciembre ¿Quién gana?
-¿Saben qué?... Estamos a Lunes y yo gano.
Comencé a lanzar bolas de nieve que formaba con mis manos, sentía como si la niña que llevo dentro saliera a jugar, me coloqué detrás de un bote de basura y lo usé como si fuera mi escudo. Pasaron varios minutos hasta que me di cuenta de que los niños después de una victoriosa batalla se habían marchado, caminé camino a casa, pero algo frío, duro y congelado chocó con mi espalda, giré lentamente mi cabeza y pude encontrarme con mi nuevo contrincante.
Lo observé de pies a cabeza, su cabello castaño, sus manos llenas de nieve y su sonrisa malvada hicieron que por inercia me agachase poco a poco para formar con mis manos una perfecta bola fría para usarla como granada en mi ataque, nos mirábamos fijamente a los ojos pero ninguno decía algo, tuve el valor y fui la primera en atacar, al parecer mi contrincante ya contaba con municiones y al tiempo que yo corría la nieve impactaba con fuerza en la parte trasera de mis piernas, espalda y cabeza, me refugié detrás de un árbol en el que una vez había estado leyendo un libro y gozando de la tranquilidad, al parecer esa situación contraria a en la que estoy en este momento.
Formé mi última “bala” redonda y al ponerme de pie algo más que una simple bola de nieve impactó en la parte izquierda de arria de mi frente.
-¡Auch! Lily eres una pesada.
-Lo siento, lo siento, lo siento ¿Estás bien?... Oh por Dios estás sangrando
-Claro, me golpeaste en la cabeza con una roca
-No la vi, lo juro… Déjame ayudarte- Me tomó de las manos y me ayudó a ponerme de pie, me costaba mantener el equilibrio.
-¿A dónde me llevarás?
-No lo sé pero te tienes que curar eso
-Quiero un latte
-Ahora no Julie
-¡Me duele la frente Lily!
Pensé en algo que hacer para asustarla, no me dolía mucho y no era algo tan grave pero quería hacer que se sintiera culpable, tan solo era una pequeña cortada que hacía que pareciera Harry Potter. Versión mujer.
-Lily, todo me está dando vueltas, creo que me desmayaré
-Ay no, Julie no digas eso… piensa en zapatos, vestidos yo que sé
-¿Estoy en el cielo?
-No me hagas esto. No estoy jugando.
Sin más que decir me desplomé en el suelo a esperar la épica reacción de Lily, era una mezcla de culpabilidad y de no saber qué hacer, de un momento a otro ya no estaba conmigo. Me abandonó. Después de que ella ocasionó todo esto. Eché un vistazo a mí alrededor para localizarla, escuché un par de pisadas y la voz de Lily, me recosté de nuevo. Este plan saldría de directora. Mara-Villa.
-¿Julie?-Esta vez la voz era más gruesa y grave-¿Qué le pasó?
-Es algo difícil de explicar
-Ayúdame a levantarla- Sentí como unas manos gruesas con delicadeza tomaban mis pies, después las pisadas de Lily posicionándose para tomar mi cabeza.
-1…2…3- Me levantaron del suelo- Dejémosla en esa banca- La voz de Joe sonaba algo alterada y preocupada pero a pesar de eso confiada y segura, mis pies se posaron en el lugar ya mencionado y al momento en el que Lily levantó mi cabeza me golpeé con el descansa brazos de metal y todo se tornó oscuro.
Abrí mis ojos poco a poco para después parpadear para que mis ojos se acostumbraran a la luz del sol, traté de tocar mi cabeza y el área de dolor pero una mano me recorrió con suavidad.
-Ya casi termino
-Me arde, cuidado
-Ya está- Sentí como un papel auto adherible se pegaba en mi piel, me incorporé, observé la cara de Lily la cual recobraba el color y perdía su palidez.
-Gracias Joe- Escuché de su parte.
-Te perdono Lily- Le dediqué una falsa sonrisa.