De popular a nerd.

Capítulo 17.

-¿Debería de ponerme el azul o el rosa?-Le pregunté a Lily afuera de los probadores de la tienda.

-Julie, faltan más de dos semanas para tu cumpleaños, no deberías de preocuparte tanto

-Claro que sí, es muy importante para mí verme bien

-¿Para Joe?

-Para mí ¿Sabes hace cuánto tiempo no compro un vestido nuevo?

-¿un mes?

-Cuatro meses. Desde que llegué aquí no me queda más que guardar los que tengo y usarlos en caso de emergencia.

-Y para tu cita- Esas palabras hicieron que algo dentro de mí revoloteara por mi estómago-¿Qué usarás?

-Aún no lo sé

-¿Me compro algo aquí?

-¡Claro! ¿¡Qué esperas mujer!?-Reí, nos concentramos en encontrar lo perfecto para usarlo cuando quiera que sea la cita. Recorrimos la tienda tres veces y media hasta que encontré lo perfecto, no quería verme como la vez anterior, encontré un vestido color vino muy casual que me pareció muy lindo, lo tomé entre mis manos junto con otros dos vestidos y entré al probador, me coloqué uno color blanco con unas cuantas flores esparcidas alrededor, salí.

-No me gusta mucho-Dijo contemplándome.

Entré nuevamente y volví a salir un par de veces más por las negaciones de mi amiga, sé que no tiene un estilo mejor que el mío pero confiaba en su opinión de lo que sí y lo que no me quedaba bien.

-El rojo me encanta-Lo miré puesto en mí y lo imaginé puesto en ella.

-El rojo será…Lily

-Julie

-Hoy es tu día, te daré un cambio de Look- Frunció el ceño y se limitó a negar varias veces con la cabeza.-Por favooooor-Le supliqué.

-No hay necesidad, me visto bien

-Lily, te vistes peor que mi abuela

-¿Estamos hablando de tu abuela materna o paterna? Porque una de ella organizó una de las pasarelas más famosas del mundo

-La mamá de mi papá

-Paterna

-Lo que sea-Reí. La tomé de una mano y la levanté de la vieja silla en la que estaba, la observé de pies a cabeza y pensé en el estilo que le sentaría mejor.

Probamos el moderno, el clásico el modern-clásico e incluso el ochentero, al perecer Lily tenía su propio estilo y no le quedaba ningún atuendo armado por mí.

Regresamos a casa a pensar en que debía decir, como debía caminar e incluso como tenía que mover mi cabello en caso de que el aire apareciera repentinamente en mi camino.

Entramos a mi casa y miré el reloj de la cocina el cual indicaba que eran las seis en punto de la tarde.

-Pasa Lily, con confianza-Le grité desde adentro. No respondió-¿Lily?

-Julie-Escuché una voz, caminé hasta la puerta y me quedé perpleja en el umbral a unos centímetros del individuo que acababa de pronunciar mi nombre de la manera más sexy posible. Amaba su voz.

-Creo que me tengo que…ir-Dijo mi amiga acercándose a mí para despedirse de un abrazo y un beso de la mejilla, se despidió con la mirada de él y nos dejó solos.

-Joe, no esperaba verte aquí

-No pensé en venir

-Oh sí, quería pedirte las gracias… por lo del otro día

-No hay de qué, no iba a dejar que esa psicópata te hiciera daño

-¡Dije lo mismo!

-Todos lo dicen.

-¿Cómo te ha ido?

-No te he visto en el café-Dice evadiendo completamente mi pregunta.

-No he tenido mucho tiempo.

-Voy todos los días pensando en que te aparecerás pero al parecer tienes otras cosas que hacer

-He pensado en muchas cosas

-¿Qué clase de cosas?

-Cosas que involucran a personas importantes para mí

-No me digas que otra vez estás pensando en postularme para Sr. Estados unidos-Reí.

-Lo pensé pero creo que no serías un muy buen candidato

-Oye-Reprochó a la par de que reímos al mismo tiempo

-Aún no me has dicho a qué se debe tan placentera visita

-Sólo quería verte. Ya me voy

-Que considerado, hasta luego

-Sabes que no me iré-Quedó el silencio una vez más en el aire.

-Tal vez venir a Danville no fue tan malo después de todo

-Tal vez hablarte en el parque no es tan horrible que como pienso

Seguimos hablando de cosas triviales, lo podría hacer toda la noche, sólo él y yo bajo las estrellas contemplando la llegada de la noche, la luna inmensa y grande de felicidad por ver que al fin estoy siendo feliz.

Desperté del espantoso sueño que había tenido, era un sueño en el cual tenía que mudarme NUEVAMENTE de ciudad y comenzar mi vida de nuevo. Por tercera vez.

Me preparé como todas las mañanas con mi ropa fantásticamente nueva, hice la misma rutina de siempre, levantarme, cambiarme, maquillarme, comer y caminar hasta la parada del autobús o incluso hasta llegar a las puertas principales de la escuela Monte Carlo.

Salí de mi casa con la esperanza de llegar más temprano que otros días. Cerré la puerta y al girar mi cabeza en dirección a la calle un auto rojo y un chico nerd recargado en el capó de él me miraban fijamente.



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En el texto hay: comedia romantica, cliche, comedia romantica juvenil

Editado: 11.08.2018

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