Sólo faltaba el vestido. Me acerqué a la parte del clóset de Danny en donde me había dejado colocar mi ropa y tomé el vestido aún dentro de una bolsa para que no se arrugara.
-En el cuarto de al lado te puedes cambiar, nosotros le ayudamos a Lily
- ¿Alguien que me ayude a subirme el cierre?
- ¡Yo! - Steffanie llegó a mi lado y caminamos juntas por el reducido pasillo que dividía los cuartos del apartamento de mi amigo. Giré la perilla y entré, seguido de que entró Steffanie cerré la puerta y comencé a desvestirme mientras ella miraba la decoración de la habitación.
-Noté como se miraron ayer tú y Dustin- Habló.
Deslicé un pequeño short de licra entre mis piernas y tomé aire para responder a lo que no había preguntado Steff.
-Creo que no me ha superado
-Nadie te puede superar- Sonreí por el ánimo de ella.
-Es más difícil de lo que piensas.
Tomé la cremallera y la bajé para poder ponerme mejor el vestido, introduje la mano entre todos los pliegues y pedazos de tela hasta que llegué a la parte del cuello, estiré un poco y me lo fui poniendo hasta que estaba completamente bien puesto llame a Steff. Ella se acercó y delicadamente subió el zipper.
-Cuéntame de él
-¿Él?
-No te hagas, por eso no le correspondiste a Dustin ¡Hay alguien que se robó tu corazón!
Casi sentía que me sonrojaba, respiré un par de veces.
-Es una larga historia
-No hay mucho tiempo, cuéntame algo sobre él, por favor Julie…
-Bien, pero no grites- Reí- Su nombre es Joe
Ella asintió.
-Es alto, inteligente, tiene una mirada tan profunda que te sorprendería si te mirara fijamente a los ojos, es atento, un poco torpe, pero, pero… eso no importa
-Suena maravilloso ¿Qué pasa con él? ¿Hay algún problema?
Abrí la boca para hablar, pero el sonido proveniente de la puerta indicaba que alguien necesitaba pasar. Me paré, planché mi vestido sólo con mis manos y giré la perilla.
-Les presento a la nueva Lilian Cortés- Pronunció Danny con la entonación de un presentador en un certamen de belleza.
Suspiros por parte de las tres chicas presentes fue lo único que se escuchó, el vestido era hermoso, le favorecía todas sus curvas, la tela azul marina con manga larga y encaje del mismo color era espectacular, era elegante, femenino y corto, bajé la mirada hasta llegar a sus zapatos, unos converse negros con blanco adornaban sus pies.
-Traté de convencerla, pero no pude
Reí.
-Sólo falta una cosa-Dijo Lily, giró su tronco, tomó sus lentes negros y los colocó en su sitio- Mejor- Suspiró.
Miré el reloj, siendo viernes y faltando una hora y treinta y cinco minutos para el baile era nuestra perdición, Los Ángeles y Danville estaban algo retirados, a unas seis horas de camino, la tarde se había ido volando, apenas habíamos comido y yo no encontraba mi zapatilla izquierda, esto no era un caos, era una tragedia. Observé a mi alrededor y de un momento a otro noté que Dustin ya no estaba, no supe cómo ni cuando pues había desaparecido sin dejar rastro. No me pude despedir de él y aún no sé como me iré de aquí.
-Cancelaré con los Hemsworth- Noté en el tono de Lily que estaba decepcionada, al fin y al cabo, esta había sido mi idea, una terrible y mala idea.
-No lo harás- Le dije decidida, aunque mi mente estaba sin planes y literalmente en blanco.
- ¿Qué haremos?
-Confía en mí… Sólo necesitaré unos zapatos
-Sólo me queda ese par- Dijo.
Suspiré y me los coloqué. Me puse de pie y levanté la tela de mi vestido ya que éste llegaba hasta el suelo.
- ¿Los converse quedan con todo no?
-Como digas- Reí.
Jamás creí usar tenis con vestido. Para todo hay una primera vez.
Sali de la habitación para pensar-ahora no era yo la que tenía que ir, esto lo tenía que hacer por ella, me ha ayudado tanto y no puedo dejar las cosas así- pero el sonido de mi celular me interrumpió.
-Dustin
-Julie, ¿Ya se fueron?
-Pasó un contratiempo y no sé si lo lograremos- Comencé a hablar gritando ya que el sonido de algún avión pasó muy cerca casi dejándome aturdida.
-Suban a la azotea, las espero- Él cortó la llamada. Con el ceño fruncido Lily yo subimos un piso y salimos a la intemperie.
Dustin estaba arriba de un Jet pequeño, el sonido era ensordecedor, el bajó y con los ojos en mí caminó hasta llegar a mi lado y susurrarme en el oído algo.
-Tienes que llegar a ese baile
-Pero…
-Sin peros
-Aquí está el auto de Joe, mi ropa, maquillaje
-Yo me encargo- Depositó un beso en mi mejilla y se marchó, lo tomé del brazo y lo traje hacia a mí para envolverlo en un abrazo.
-Gracias- Sólo sonrió y se alejó, de nuevo. Con ayuda del piloto y de un chico que lo acompañaba subimos al interior y por la pequeña ventana me despedí de las y los chicos agitando mi mano. Sin duda no esto no se puede agradecer con un simple gracias.