De Princesa a Reina

Un compromiso inesperado

—Neil te manda saludos. —Le dije a Xavier quien está leyendo el periódico.

— ¿Te comunicaste con él?—se interesó.

—Llamó Wayberly, me pasó luego el teléfono con Neil. —Le respondí.

— ¿Algo nuevo?—negué.

—No mucho, sigue adaptándose al país y eso de comprometerse con Wayberly le está tocando al fondo, es decir, porque le toca estudiar cosas de la realeza también—Xavier se rió.

—Neil sabe un poco sobre cosas de reyes y gobierno; no creo que se le vaya a complicar aprender como tú—comentó seguro de sus palabras.

—Tienes razón.

Neil, como extraño a mi querido ex tutor y mejor amigo; ha pasado 6 meses desde que se fue a Hungría y aún Xavier y yo no nos hemos adaptado a la idea de que él se marchó para estar junto con Wayberly; es poco decir por ahora que Neil ha comenzado a integrarse a la familia de su novia, ya que ha descubierto que ser parte de la realeza no es nada fácil y lo digo porque él solo estaba acostumbrado a ver como su amigo se volvía loco estudiando para diferentes materias de aprendizaje para el protocolo real como también de las leyes y obligaciones que se le otorga al futuro sucesor; desde luego Neil, tuvo que aceptar las condiciones del padre de Wayberly entre ellas, dormir en habitaciones separadas mientras no estén casados, no salidas secretas que puedan llevarlos a cometer una locura pasional y por supuesto, comprometerse a estar con Wayberly condicionalmente por amor y no por dinero.

Esas son las pocas reglas que mi amigo ha recibido, ya que además de hablar pocas veces con él, no quiero agobiarlo con sucesos que pronto aprenderá si termina siendo un futuro rey.

Si a Neil se le ha dificultado asumir una tarea repentina que no imagino en ningún tiempo encargarse, ahora él me menciona que me llega a comprender más a fondo sobre cómo tratar con tareas de un futuro rey. Pueda ser que a él se le dificulte pensar en cómo manejar un futuro gobierno del cual desconoce, porque en comparación conmigo, es diferente, porque por lo menos en mi lugar, yo conozco muy bien las problemáticas de mi país, pero en cambio él, tiene que enfrentar a descubrir todo lo que sucede en Hungría; a veces que habla con Xavier a solas, he escuchado como mi esposo le da consejos y a la vez le da fuerza para seguir con ese camino del cual sigue siendo fuerte para Neil.

A Neil, le llegó a tocar casi el mismo destino como el mío; la diferencia es que yo participe en una competencia y pasé por muchos prejuicios que me llevaron a ganar más que una corona, sino que también a un esposo y una nueva vida; en cambio con Neil, él acepto de manera repentina, ser parte de la realeza.

Estar enamorado de una princesa llega a tener sus riesgos pero más declararle a los padres de ella, que quieres formar parte de su vida, a pesar de los problemas y desafíos que pronto vendrán.

Neil estuvo casi un mes pensando en si irse del país para acompañar a Wayberly durante el trayecto de las terapias de memoria y a la vez, de aprender sobre el gobierno y el pueblo de Hungría; está claro, que Neil tuvo miedo desde un principio, pero termino por arriesgarse y así comprometerse con un trabajo mucho más grande del que tenía.

Sus padres al principio, estaban sorprendidos con la noticia sobre que es novio de la princesa de Hungría y que ambos tienen una relación de la cual pronto—en aquel entonces—querían dar a conocer. Por supuesto, la idea de marcharse de Nueva Erlanwood fue el primer balde de agua helada que sus padres recibieron como noticia; su madre—quien lo recogió después que sus padres biológicos murieran—se encontraba desbastada con saber que su hijo no volvería seguido al país, que él había tomado una decisión y por supuesto, se encontraba debatiéndose aún con la idea que iba a enfrentarse a varios cargos futuros como parte de ser un ciudadano próximo de Hungría; su padre, quien mayormente lo crío y lo amo como a su propio hijo biológico del cual no pudo llegar a tener con su esposa, se había encontrado atónito ante la decisión enorme y madura que su futuro heredero había tomado, nunca en su vida el señor Taggart se había puesto a pensar o por lo menos, imaginar, que su único hijo varón, en vez de tomar su lugar siendo parte del ministerio, terminaría siendo un futuro gobernador de otro país; su padre se había encontrado desconcertado, tanto, que paso días en que no le dirigió la palabra a su hijo, no por enojo sino que por miedo a decir algo que no fuera más que un consejo o ayuda para Neil.

Neil no se lo tomó a pecho, en vez de eso, le dio tiempo a su padre para que se adaptara a la idea que él no quería su misma vida, a pesar que la había llegado a mentalizar cuando aún se encontraba en la universidad. Había visto crecer a su padre adoptivo siendo unos de los mejores ministros del país, quien sigue teniendo fama y a la vez honores, por el trabajo hecho hace más de 20 años. Y ahora, cuando su padre había visto la oportunidad de decirle que él se jubilaría y que quería que su hijo tomara su lugar, le llegó con la noticia de su nuevo traslado por un amor inesperado que se dio dentro de la competencia de la elección del príncipe de Nueva Erlanwood.



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En el texto hay: principe, princesa, herederos

Editado: 21.04.2021

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