De Princesa a Reina

Un día con Papá

2 año después...

Xavier

Zapatos, lonchera, cuadernos, lápices, suéter, botella de agua, tareas...

Intento mentalizarme todo en la cabeza mientras reviso los bolsones de los niños; sé que esta es tarea de Nadia y de Kiara pero debido a que la niñera de mis hijos llegó a enfermarse de una severa gripe que la ha dejado en cama, le di varios días de incapacitación hasta que se curara o se sintiera mejor, mientras que Kiara, mi hermosa reina y esposa, tuvo que regresar de imprevisto a la casa de mis suegros debido a que su padre se cayó de las escaleras al pintar la casa, lo cual consiguió un pie enyesado debido a que de la caída ganó una fractura.

Johann por el momento se encuentra fuera del país con Bella, Stephene y Gael; lo cual por negocios no puede volver pronto, y Martin, Melody, Aldo, Nick y Loraine se encuentran de vacaciones en Sudamérica, aunque Martin de encuentra por trabajo universitario haciendo unas expediciones arqueológicas sobre pueblos antiguos.

Así que por ley, Kiara me mencionó que no se me ocurriera interrumpir los viajes de nuestra familia y eso sin decir que prefirió irse de inmediato con solo decirme que esta vez no me daría indicaciones sobre qué hacer con los niños ya que número uno, ellos pueden arreglárselas en algunas cosas por su cuenta y número dos, son mis hijos, así que debo de conocerlos mejor que nadie.

¿Cuál es mi problema en este momento?

Que es el primer día en que mis hijos vuelven a clases, el cual odio debido a que siempre me empiezo a confundir en lo que debo de guardar en sus mochilas o simplemente acordarme que es lo que usan en su primer día. Pero en estos momentos no me acuerdo de nada, parezco como si tuviera amnesia y eso sin decir que cada vez que hago algo, olvido lo que iba a hacer antes.

Corro a la habitación de Kaleb y lo encuentro muy dormido, tanto que su cabeza está escondida debajo de su almohada; molesto porque su despertador debía de haber sonado hace quince minutos, entro a su habitación y jalo las cortinas a sus respectivos lados de la ventana haciendo que los primeros rayos del amanecer tengan que despertarlo.

—Kaleb —lo llamo pero no responde —, Kaleb —vuelvo con un nuevo intento pero no se mueve —, ¡Kaleb! —le quito las sábanas y la almohada de su cabeza.

— ¿Qué papá? —se dio la vuelta en vez de levantarse.

—Levántate hijo, debes de prepararte para ir al colegio —intenté levantarlo tomándolo de los brazos.

—Cinco minutos más. —Suplicó.

— ¡No! ¡Ahora! —grite y está vez si se despertó.

Dejó ir un gruñido un poco molesto debido a que lo levante a empujones, caminó a la ducha en donde veo como empieza a desabotonarse los botones pero por el sueño sus dedos apenas pueden tocar su camisa y eso sin decir que sigue bostezando.

—Ven aquí. —Lo llamó para que se acerqué a mí.

Se rasca los ojos mientras espera a que desabotone su camisa de dormir; lo hago con tanta rapidez que cuando he terminado mi trabajo, le quito pronto la camisa para darle un empujoncito para que se meta en la ducha pero apenas cierra la puerta cuando pasan ocho minutos y sigo sin escuchar la ducha, así que no me queda de otra que entrar al cuarto de baño y encontrarlo solo con sus calzoncillos mientras cepilla sus dientes.

— ¡Papá! —intenta cubrirse con la cortina del baño.

— ¡Perdón! Pensé que te habías quedado dormido. —Salí del baño para ir a la siguiente habitación tomando en cuenta que mi hijo mayor pronto se tomará su baño.

Camine a la habitación de Aurora y me di cuenta que la cama ya se encontraba sola pero no había ningún rastro de mi hija; pienso que puede estar en la ducha así que intentando saber que ya se despertó, tocó la puerta pero no recibo ni un llamado de su parte y eso sin decir que a pesar que le llame varias veces por su nombre, no se escuchó nada.

—Papá, me ayudas —me di la vuelta y la encontré ya vestida.

Hice una mueca al ver que el peine se había quedado enredado en un lado de su cabello castaño haciendo que se le hiciera un nudo.

— ¿Te pusiste acondicionador? —me acerqué para intentar quitarle el peine.

—Sí. —Dijo sin previo aviso.

Ante todo, mire que tan grande es el problema pero solo encontré un par de nudos y un peine enredado entre los varios mechones que no le permitían seguir peinando.

Intente quitar los mechones de su cabello lo más rápido posible pero entre más quitaba mechones, Aurora chillaba del dolor y llegaba a poner sus manos en la cabeza para aliviar los jalones de cabello.

No puedo creer que en ocasiones Aurora tuviera que tener nudos en su cabello, ni siquiera entiendo porque en ocasiones su cabello es lacio y otras veces rizado y a pesar que, intento hacer las cosas de manera paciente, me doy cuenta que los minutos pasan y aún tengo que ir a ver a Fionn.

— ¡Ay! ¡Papá! ¡Me duele! ¡Despacio! —protestó ella.

De un solo tirón arranque el peine de su cabello, lo bueno fue que no perdió cabello, lo malo es que esto puede provocarle un buen dolor de cabeza.

—Listo —murmuré.



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En el texto hay: principe, princesa, herederos

Editado: 21.04.2021

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