2 años después…
Es un día importante para la familia, esté día se hará una fotografía oficial a la familia real, la cual se llegará a posicionar en el salón principal del castillo para que cualquier invitado que llegue pueda apreciar del retrato, realmente la idea no fue ni de Xavier ni mía, y aunque ambos al principio nos negamos, al final el parlamento tomó la decisión de hacer un retrato familiar en el cual representara la unión de la familia Ravenscroft-Leaky; no había necesidad de hacerles ver a todos los invitados la gran familia que somos, pero por otro lado, no me parece mala idea tener una fotografía de mi familia unida, ya que la última que nos llegamos a tomar fue el año pasado; ya que como Xavier prometió, cada año, nos llegaríamos a tomar fotografías importantes para guardarlas como recuerdo y creo que está, no debe de ser la excepción.
Camino en dirección a la sala en donde será la sesión de fotos, mientras voy bajando cada escalón de las escaleras, afuera puedo ver como aún sigue nevando y no sólo eso, a lo lejos puedo ver como Kaleb, Valentina y Fionn se encuentran jugando a tirarse bolas de nieves; todos corren de un lado hacia otro mientras que Kaleb se esconde detrás de un árbol y le lanza varias bolas de nieve a Fionn, quien ha hecho su propia torre para no ser atacado; ambos tienen una pirámide de bolas de nieve a su lado y a pesar que se las tiran con muchas velocidad y fuerza, ninguno llega a alcanzar a golpear al otro; ambos casi salen de su refugio cuando veo como Valentina sale a su encuentro y golpea a ambos de sus hermanos con varias bolas de nieve, haciendo que Kaleb y Fionn se protejan con sus brazos hasta caer en el suelo donde hoy permanece como una enorme cama acolchada debido a toda la nieve que se ha conservado.
Los tres hermanos ríen sin detenerse hasta que Fionn y Valentina se tiran encima de Kaleb y empiezan a envolver su cuerpo de nieve; como siempre Kaleb, al ser el hermano mayor, dejó que sus hermanos menores jugaran con él hasta ya no poder mover su cuerpo bajo la nieve como si se tratara de tomar sol en la playa cubierto de arena, solo que esta vez, es lo contrario.
Así fue entonces que Kaleb se quedó la mayor parte del tiempo, atrapado en la nieve, mientras tanto, Valentina hace un muñeco de nieve y Fionn, hace un ángel de nieve.
No puedo creer lo bien que mis tres hijos se llevan, eso no quiera decir que ellos no peleen o discutan por cualquier cosa, porque entre hermanos, siempre sucederá eso. Pero entre ellos, hay una enorme amistad que no se puede comparar a nada.
— ¿Observándolos? —di un pequeño saltó al ver a Xavier detrás de mí.
—Es divertido verlos cuando se encuentran juntos —le contesto al dirigir de nuevo la mirada en la ventana.
Él se acerca a mí y pronto me da un abrazo y deja un beso en mi cabello.
Han pasado diecisiete años, unos estupendos y hermosos años en los cuales recuerdo cuando el doctor Affleck me dio la noticia que sería madre, del momento en que vi la primera ecografía de mis bebés en mis manos, de esos minutos que me sentía nerviosa al contarle a Xavier sobre que sería padre, de las horas que pasamos juntos al imaginarnos sobre los meses y de los años que disfrutaríamos con nuestros bebés, de la impresionante noticia que sería la primera reina en dar a luz a trillizos, como también, darles la noticia a mi familia y la de Xavier sobre que los futuros herederos estaban de camino y pronto, llegaron los meses en que observé mi vientre crecer, de ver como mi personal y mis amigos del castillo empezaban a consentirme y eso sin decir de los cuidados que mi familia y Xavier me daban todos los días de la semana. A su vez, de las veces que escapa de Xavier para ir a comer en las madrugadas, de los dolores de espalda que varias veces llegaba a tener, de las pataditas que diariamente empezaba a sentir, de las contracciones que ponía a Xavier en alerta y del momento, en que llego el parto en donde pase horas dando a luz a mis tres hermosos hijos.
Ese día no hubo explicación de cómo me sentía, ni siquiera puedo borrar el momento en que Xavier lloró y paso toda la noche, observando y mimando cariñosamente a nuestros hijos.
La vida, simplemente se volvió maravillosa, con Xavier y los niños a mi lado, el mundo dio un enorme giro a mi futuro, que simplemente las cosas no me las llegué a imaginar de esta manera.
He disfrutado de cada segundo, minuto, hora, día, semana, mes y año que he compartido con mis hijos y mi esposo que es imposible no decir que a pesar de los problemas he llegado a ser feliz, porque en realidad, estoy mucho más feliz de lo que yo me hubiera esperado en mi vida antes de haberme convertido como concursante de la competencia, en realidad, no tengo palabras para demostrar, de las infinidades de experiencias que he llegado a tener en los últimos veintiún años desde que me casé con Xavier.
Salgo de mi pequeña nube cuando escucho los gritos de unas personas, así que de nuevo vuelvo a ver hacia la ventana donde puedo ver como mis trillizos han comenzado a llamarme junto con su padre, quienes al parecer quieren que nos integremos en el juego de nieve. Xavier, me da una pequeña mirada traviesa para luego correr hacia la habitación, al parecer se encuentra de buen humor para ir a jugar bolas de nieve u otra cosa, así que pronto, soy la siguiente en de nuevo volver a mi habitación para ponerme unos jeans, una camisa con un suéter, unos guantes, gorro y botas para la nieve.
Como si fuéramos niños, Xavier y yo salimos corriendo de la habitación haciendo una competencia a ver quién llega primero al patio, muchas veces él me detiene al agarrarme de la cintura y ponerme a un lado haciendo que retroceda y sea quien avancé más rápido, pero como soy y bueno, sigo siendo buena corredora, siempre lo termino alcanzando haciendo que tanto él como yo, riamos.