De repente llegaste a mí

Prólogo

Cuando conoces a alguien, llega un momento donde te dices que ese es el indicado para ti y en ese instante algo cambia dentro de tu corazón. Es un sentimiento maravilloso que te da a entender que quieres pasar el resto de toda tu vida con aquella persona especial. Oh a eso le llaman amor.

El amor es el sentimiento más vibrante y extraño que alguien puede experimentar, es el sentimiento que por más palabras que existan no podrás describirlo a la perfección. En estos momentos compartiré mi vida entera con la persona que he amado durante tantos años.

Richard Parker es el hombre que me ha cautivado desde la primera vez que di un paso en aquel pasillo espacioso de la universidad. Nuestro amor fue puro cliché, iniciando desde peleas sin sentidos hasta terminar locamente enamorados. Éramos completamente diferentes, él era orgulloso, egocéntrico y sobre todo muy competidor mientras yo era la sensata que intentaba tomar todo con calma, pero Richard siempre encontraba la manera de quebrar toda mi paciencia.

Pero aquí estoy, vestida de novia a punto de entrar a la iglesia para iniciar con lo que sería un gran matrimonio feliz. Después de todo, ambos merecíamos ser felices. Miré a mi padre, quien estaba tenso. Me causó un poco de gracia mezclada con melancolía al verlo de esa manera, los padres siempre verán a sus hijas como unas niñas a pesar de ser mayores y es lo que está pasando justamente ahora, para mi padre siempre seré su niña consentida, su pequeña. Decidida, tomo la mano de mi padre, él gira su rostro hacia mí y me sonríe honestamente dándome seguridad

—El matrimonio...—empieza a decir mi padre con su voz ronca y calmada—Es como un sube y baja, habrá momentos que pensarás que todo estará perdido, pero recuerda que donde hay amor, es imposible que las cosas resulten mal, entiendes. Hoy vas a dar un paso muy grande con el hombre que amas y a pesar de que ya te he dicho esto millones de veces. Estoy orgulloso de ti, cariño.

—Gracias por estas lindas palabras, papá—Suelto nuestro agarre de mano para darle un fuerte abrazo. Él corresponde el abrazo dando un suspiro suave, cuando ambos nos separamos veo que mi padre lleva sus manos a sus ojos limpiando aquellas lagrimas que salieron importunamente.

Tomé de su brazo, uno de los porteros nos abre finalmente, mi padre y yo entramos lentamente, pero algo no andaba bien... Había murmullos, los invitados me miraban preocupados. Entonces fue en ese momento donde pude darme cuenta de que Richard no se encontraba, mi padre se detuvo en seco mientras yo intentaba pensar positivo. El padre de Richard, Royer se acercó hacia nosotros con una mirada de preocupación y de desesperación.

—Hayley, se me cae la cara de vergüenza—dice Royer con sus manos juntas—Richard ha abandonado la idea de casarse, se ha ido hace unos minutos, usted llegó minutos más tempranos, no pudimos detener este acontecimiento. Realmente me siento muy apenado—dice con sinceridad.

Sentí que todo a mi alrededor comenzó a derretirse... Vergüenza, frustración, un corazón roto y la idea de que Richard me haya abandonado el día de nuestra boda, en la misma iglesia, en unos minutos antes de yo entrar... Sentí una corriente de pánico. Solté el brazo de mi padre y sin mirar a nadie, sin escuchar a nadie, salí corriendo de aquel lugar donde debía iniciar felicidad y no tristeza.

 

 



#2778 en Novela romántica
#857 en Chick lit

En el texto hay: romance, amor, futbolamericano

Editado: 28.06.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.