De repente llegaste a mí

Fue mi culpa

Entré al apartamento con pesadez, camino lentamente hacia la sala de estar dejando mi bolso sobre la mesita que estaba frente al sofá. Luego me dejo caer en el sofá y me quedo allí unos segundos mirando hacia la nada. Desde que Trevor se ha ido simplemente dejé de ser la misma. Sabía perfectamente que algo me faltaba, que Trevor me hacía falta.

Miré mis manos, estaba con dolor de cabeza debido a todo el trabajo que he tenido, me he esforzado hasta el máximo de mis fuerzas para poder acabar con esta maldita campaña. Me quería ir de este lugar.

Escucho como mi celular entona su melodía, por lo que me levanto y lo busco entre mis cosas dentro de mi bolso, lo tomo rápidamente y tomo la llamada llevando mi celular a mi oído.

Hola, Hayley. No has llamado desde hace tiempo. Por lo que tomé un poco de tiempo para saludarte—dice Ashley desde el otro lado de la línea. Doy un suspiro y me dejo caer en el sofá nuevamente.

—He estado muy ocupada con la campaña. Quiero terminar rápido y bueno, falta poco para volver, así que por eso me mantengo más centrada en la campaña.

Bueno, yo aquí intento no morirme de estrés. Los exámenes de invierno se acercan y tengo muchas tareas. Es una porquería, créeme—dice Ashley, sonrió porque sé lo estresada que puede estar mi hermana menor.

—y... ¿Sabes cómo está él? —pregunto por Trevor, Ashley da un suspiro.

¿Te seguirás torturando? No te contaré como veo a mi profesor de educación física. Si tanto quieres saber cómo está llama a Liam o háblale a él. Lo que no entiendo es que, si ambos se aman, porque tienen que hacer tanto drama en "darse un tiempo"

—Es complicado. —digo mirando mis manos—Te dejaré, veré que haré con mi vida.

No hagas una estupidez y aléjate del alcohol. —dice Ashley haciendo que ponga mis ojos en blanco.

Cuelgo la llamada y me quedo mirando mi celular, entonces busco el número de contacto de Trevor y veo su foto... sus ojos eran tan hipnotizantes, su sonrisa reflejaba felicidad en aquella foto... cuanto lo echaba de menos. Sus labios sobre los míos, sus acaricias sobre mi piel. "Llámalo" decía una vocecita en mi cabeza. Apreté mi mandíbula y mis ojos se cristalizaron, ¿Por qué no era capaz de tener el valor para llamarlo? Lo amo con locura, se supone que eso me debería quitar la cobardía.

Entonces alguien toca la puerta interrumpiendo mis pensamientos, me levanto rápidamente del sofá dejando mi celular a un lado y parpadee rápidamente para no dejar escapar alguna lagrima inoportuna. Me acerqué hacia la puerta principal y me encuentro con la sorpresa de tener a Alice frente de mí.

—Pequeña monstruo, vine a visitarte por unos días—dice alegremente mi mejor amiga.

 

Le doy otro largo sorbo a mi copa de vino mientras Alice me miraba atentamente. Ambas decidimos ir a beber unas cuantas copas de vino, ella ha venido para hacer una sesión de fotos con una modelo, por lo que aprovechó y se quedará conmigo durante una semana.

Le había explicado con todo y detalle cómo es que Trevor y yo no estamos juntos y ella simplemente se puso en plan de escucharme, por fin expresaba mi dolor, mi molestia, mis frustraciones. Alice simplemente me escuchaba, pero sabía que después de que me escuchara y analizara lo que le había dicho me iba a responder.

—Oye, detente ya... —miro a Alice mientras me arrebata mi copa de mis manos—Estás bebiendo como si quisieras quedarte borracha.

—Creo que ya lo estoy, la verdad. —digo mirando mis manos.

—Tú no le pusiste la lengua a ningún trago de alcohol cuando tú y Richard terminaron. ¿Por qué es que estás sufriendo tanto? Vamos, el primer paso para sacar ese dolor que llevas dentro es admitiendo lo que piensas. Te escucho —Alice se cruzó de brazos—Tengo toda la noche.

—Pues... porque creo fui la culpable... —digo en un susurro bastante bajo haciendo que Alice frunciera el ceño.

—No te escucho, confiesa...

—Porque creo fui la culpable—digo un poco más alto, pero Alice negó la cabeza.

—Esfuérzate un poco más y se sincera.

—¡Fue mi culpa! Maldición fue mi culpa, Alice —digo mirándola con los ojos cristalizados—Yo... yo debí detener a Calvin desde el principio, debí darle un límite y no lo hice... yo...evadí los problemas con Trevor y preferí darnos un tiempo en vez de buscar alguna solución. Todo es mi culpa... pero también fue la de Trevor, porque él... él me lastimó, me dijo que no tengo talento para la campaña y no es verdad, soy muy talentosa, Alice... me dijo cosas que no son reales, él tiene que entender que también se equivocó, pero no, no me habla, no me escribe, prefirió dejarme.



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En el texto hay: romance, amor, futbolamericano

Editado: 28.06.2019

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