Jamie Foster

Miraba a Taylor, quien estaba terminando de preparas el desayuno. Mi hermana mejor estaba muy diferente, que preparara el desayuno tenía mucho que decir, mayormente era yo quien tenía que prepararlo. Puedo decir que hasta llevaba un brillo diferente en los ojos... ¿será que?

—Una pregunta, Taylor. —digo, Taylor da media vuelta para mirarme— ¿Estás saliendo con alguien? —sus mejillas obtienen un color rojizo dándome a entender que mi hermana ya está con alguien más. Sonreí porque al fin ella ha encontrado a alguien.

—Pues... sí, estoy con alguien—dice acercándose a mí.

—¿De quién se trata?

—¿Recuerda a Jamie Foster? —asiento recordando a mi antiguo compañero de clases, un joven chico que usaba lentes. —Pues estoy saliendo con él... bueno... para ser más específica, somos novios.

—Entonces ¿te estás acostando con tu jefe? —pregunto, Taylor me mira y se echa a reír.

—Si lo dices de esa manera haces de que suene verdaderamente mal. Pero en cierta forma tienes razón, él y yo... estamos juntos y la verdad es que, después de tanto tiempo estoy iniciando a sentir algo fuerte por alguien. Es un sentimiento que estaba oculto y diablos Trevor. Siento que lo quiero—dice Taylor acercándose a mí.

—Me gustaría ver como está ahora, la última vez que lo vi llevaba lentes y le iba muy mal en el amor—digo mirando mis manos. Me alegraba un montón que mi hermana por fin esté saliendo con alguien distinto a Liam, entonces la miré nuevamente y sabía que tenía que decirle—Liam se casará.

—Lo sé... mientras estabas dormido él y yo conversamos cosas que no habíamos aclarado anteriormente. La verdad me alegro por él. Espero que sea feliz —dice Taylor volviendo a preparar el desayuno.

Me quedo callado un momento analizando lo que ha dicho, ¿será posible que mi hermana lo haya superado? Entonces se me ocurre una brillante idea. Era temprano y podíamos ir a Brooklyn para verme con Jamie.

Por lo que se lo había comentado a Taylor, ella pareció dudarlo, pero entonces asintió. Me levanté rápidamente para ducharme, mamá iba a morir de felicidad al verme en Brooklyn después de tanto tiempo.

Después de un pequeño recorrido, Taylor estaciona su auto frente a nuestra casa, donde habíamos crecido y donde inició toda una locura en nuestras vidas. Me bajo del auto con una sonrisa recordando los viejos tiempo y camino con dirección hacia la entrada. Siento a Taylor caminar detrás de mí. Abro la puerta y me encuentro con mamá, quien estaba a punto de salir, ella me mira sorprendida y luego se lanza a mí dándome un fuerte abrazo.

—¡Cariño! ¡Tenemos una gran visita! Oh mi Trevor, no sabes lo mucho que me hacía falta verte—dice mi madre acariciando mis mejillas con sus pulgares.

—Mamá, lamento no haber venido antes, yo...

—Tranquilo, lo entendemos—dice mirando detrás de mí y encontrando a Taylor, ella se separa de mí y le da un afectuoso y fuerte abrazo a mi hermana menor.

Luego vi como papá llegó hacia nosotros y su rostro se iluminó. Se acercó a mí y me atrapó dándome un fuerte abrazo, luego se separó de mí para abrazar a Taylor. Todos caminamos hacia la sala de estar, me senté en el sofá mientras veía como mamá había corrido prácticamente hacia la cocina. Luego de unos minutos mamá aparece con una bandeja llena de bocadillos caseros, mis favoritos.

—¿Por qué no ha venido Hayley? Ella nunca ha venido aquí y sería buena idea que la trajeras—dice mi madre dejando la bandeja sobre la mesita de sala. Miré mis manos y luego recordé lo que ha pasado conmigo y Hayley.

—Hayley y yo no estamos juntos—digo en un susurro.

—Pero... ¿Qué ha pasado? Ambos se veían muy enamorados—pregunta mi padre desconcertado.

—No nos entendimos en algo—digo mientras tomo una galleta de la bandeja.

—¿Van a resolver las cosas? —pregunta mi madre.

—Pues... no lo sé. Todavía no hemos hablado de nada. No nos estamos comunicando... a lo mejor era lo mejor para los dos, ella tiene que terminar una campaña publicitaria mientras yo necesito enfocarme en el equipo. —digo sin mirarlos, pero sé obviamente lo que están pensando.

—Pero ¿Qué pasará con tu felicidad? Trevor, los problemas no se tienen que evadir y más cuando se trata de esas circunstancias. —dice mi padre mirándome fijamente.