De repente llegaste a mí

Diciembre

La Nochebuena es un momento de compartir con toda la familia. Primos, tíos, tías, abuelos y familiares lejanos que se reunían para la gran cena. Era algo más que una simple cena de navidad era el espíritu de estar con la familia que hacía que esta noche era la mejor de todo el año.

Sonreí mientras me encontraba sentado en el sofá viendo como Taylor presentaba a Jamie a los demás miembros de la familia haciendo que su relación fuera publica oficialmente. Algo que me llenaba de mucha felicidad. Del otro lado de la sala de estar también veía como Liam presentaba a su pareja, algo que también me hacía sentir bien. A lo mejor Taylor y él hayan superado su relación finalmente y ambos estén felices con sus respectivas parejas.

Llevé mi vista hacia mis manos, cuanto me habría encantado estar con Hayley este día... intenté comunicarme con ella hace una semana, pero no me respondió ningunas de mis llamadas dándome la sensación de que no quiere volver conmigo. A lo mejor ya ha encontrado a alguien más o simplemente necesite más tiempo... pero lo que estoy seguro es que no quiere resolver las cosas porque... ni quiere verme.

—¿Qué haces allí tan solo? —pregunta mi padre, levanto la mirada rápidamente e intento disimular mi tristeza.

—Me quedé observando como la están pasando. Me alegra mucho que la reunión familiar esté marchando bien—sonrío un poco.

—Así es, tu madre se ha esforzado bastante este año—dice sentándose a mi lado. —¿Qué harás después de la cena?

—Iré a casa... Liam se irá a casa de su pareja. Supongo que Taylor se irá después de cenar y bueno, iré a casa para descansar un poco.

—Mañana abriremos los regalos de navidad. Debes de estar temprano. Pero también puedes dormir aquí, puedo preparar tu habitación y...

—No, tranquilo. Yo iré a casa. —digo llevando mi vista a los demás— Taylor parece muy feliz.

—Lo está, solo mira ese brillo en sus ojos. Extrañaba verla así de feliz —dice mi padre con una sonrisa llena de nostalgia—Ha crecido bastante, ya no es una niña.

—Es toda una mujer profesional—digo volviendo a mirar mis manos. Mi padre lleva su mano hacia mi hombro y da un suspiro.

—Vamos con los primos. Están hablando de deportes—me anima mi padre.

Me levanté del sofá y caminé hacia mis primos lejanos, ellos hablaban sobre béisbol, por lo que solo me limité a escuchar.

Después fuimos a cenar, donde había un gran banquete, y todos cenaban con entusiasmo, con felicidad. Rayos, era evidente que no estaba feliz a pesar de que todos estábamos juntos... ¿por qué sentía este pequeño dolor en mi pecho? ¿Es que acaso soy un cobarde que no puede ir a buscar a Hayley? Yo... ella... ella no me contesta las llamadas ¿Qué me hace pensar que quiera verme?

—No has comido nada, Trevor. —dice mi madre interrumpiendo mis pensamientos— ¿Estás bien, cariño?

—Sí, claro que estoy bien. Me quedé pensando, lo siento—digo tomando mi tenedor para poder meterme algo en la boca.

Luego de la cena, me levanté rápidamente de la mesa dirigiéndome hacia las escaleras, las subo para llegar al pasillo del segundo nivel de la casa. Busco mi celular dentro de mi bolsillo del pantalón y marco el número de Hayley, llevo mi celular a mi oreja y espero que ella conteste la llamada... espero y espero... no recibo respuesta... hasta que...

Hola, habla Hayley Stone. En estos momentos no estoy disponible, puede dejar su mensaje... —después escucho un pequeño pitido que me indica de que puedo dejar mi mensaje.

—Hola, Hayley... yo... yo he intentado comunicarme contigo y no me contestas... yo... lo siento mucho por haberte dicho aquellas cosas. Sé que estás molesta conmigo por haber sido tan celoso... yo...—me quedo callado un instante, mi corazón palpitaba con mucha más velocidad— Yo... te echo de menos... solo quería desearte feliz navidad y... siempre te esperaré porque... —siento un doloroso nudo en mi garganta—porque te amo—digo aquello con la voz quebrada. Cuelgo la llamada enviándole el mensaje, entonces siento unas manos en mi hombro.

Doy media vuelta encontrándome a Taylor, quien me mira con preocupación... mis ojos se cristalizan, a lo que Taylor lleva su mano a mi mejilla y cambia su expresión a nostalgia.

—Ella no quiere hablar conmigo—digo en un hilo de voz ya que el nudo me impide hablar correctamente, dejando escapar una lagrima. Taylor la limpia rápidamente con su pulgar. —¿Y si ya no me ama? ¿Qué voy a hacer, Taylor? Yo... yo quería todo con ella... quería casarme, formar una familia... yo lo quería todo con ella.



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En el texto hay: romance, amor, futbolamericano

Editado: 28.06.2019

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