De repente llegaste a mí

Taylor York

Abro mis ojos con pesadez y con mucha pereza. Era la primera vez dentro de 3 años que me daba pesadez levantarme. Me siento en mi cama mientras estiraba mis brazos, vi toda mi ropa esparcida en mi habitación. Ayer llegué como pude, me quité la ropa lanzándola en toda la habitación y me acosté de inmediato solo con un bóxer puesto, hoy sería un día de descanso.

Salgo de la habitación y veo que Liam estaba cambiado con una camisa con cuadros rojos de mangas cortas, unos pantalones negros, unos convers rojos, su pelo estaba despeinado como siempre, pero se había puesto un perfumen que desde la cocina podía olerse.

—¿Tendrás alguna cita? —pregunto entrando a la sala de estar, él me mira y sonríe.

—Así es... Saldré con la ex de mi primo, saldré con la mujer que he amado desde hace tiempo. Es mi oportunidad, ayer casi me da un infarto al enterarme que estaba saliendo con un hombre, pero como hoy ella aceptó mi invitación, puedo conquistarla. Deséame suerte.

—Buena suerte—encojo mis hombros y me dirijo hacia la cocina—Espero conocer a la dichosa ex de tu primo—digo sacando un melón del refrigerador.

—Muy pronto, ya verás—dice para luego salir por la puerta.

Corto en rebanadas el melón, con cuidado quito la cascara e introduzco las rebanadas costadas en mi boca disfrutando el sabor del rico melón. Escucho un ruido proveniente de la puerta delantera, al parecer a Liam se le ha quedado algo. Camino hacia la entrada y veo a Taylor con sus ojos verdes puestos en mí.

Mi hermana menor podía ser alguien verdaderamente aterradora al aparecerse de esa manera sin avisar. Se trataba de una mujer de 26 años, su pelo era de color rubio pálido, sus facciones eran más finas que las mías pareciéndose más a mi madre. Sus labios eran carnosos con un toque fino y sofisticado, llevaba sus típicos pantalones vaqueros y una camiseta blanca, su rostro estaba cubierto por unas ligeras y no exagerada capas de maquillaje con un brillante y potente labial rojo.

Ella se acercó a mí con una mirada desafiante y sería.

—No puedo creer que tenga que viajar hasta Manhattan para poder ver a mi hermano mayor. Tienes los fines de semanas para visitar a nuestros padres y para visitarme. No es justo que tenga que perder mi tiempo en conducir hasta llegar hacia aquí—dice abrazándome. Me tranquilicé y le devolví el abrazo.

—He estado ocupado. Sabes cómo son las cosas por aquí—nos separamos lentamente. Ella miró mi apartamento y luego me miró.

—¿Dónde está el tonto de Liam? Lleva días que no me habla ¿Cree que porque terminamos hay que dejar de hablarnos?

La relación entre mi hermana y Liam había terminado más de un año quedando como grandes amigos, pero en algunas ocasiones mi hermana puede llegar ser la persona más extraña del planeta y lo digo por sus encuentros a escondidas con Liam.

—Creo que intenta conquistar a una chica—digo dirigiéndome a la cocina, ella me sigue con su bolso en sus manos y sonríe.

—Vaya, me alegra mucho escuchar aquello—ella se para delante de mí. La miré con una ceja levantada y ella se ríe un poco—Sabes que nuestra relación era más por el sexo entre ambos que por lo que sentíamos. Éramos como una especie de amigos con derecho que se hacían llamar novios para que suene más sofisticado—hace un ademan con la mano indicándome que todo estaba bien.

Ambos nos quedamos callados un momento. Entonces ella me mira de pies a cabeza y sonríe satisfecha.

—Te ves muy bien. Puedo decir que hasta más fuerte y eso te hace ver atractivo ¿enserio no quieres salir con Emely? Ella es una mujer increíble y necesitas novia. Mamá está preocupada porque no has tenido novia desde hace tres años. Mira, lo que ha sucedido con tu rodilla no...

—No vuelvas con lo mismo. Tay, estoy bien, no he encontrado a la mujer indicada eso es todo. Mi rodilla no tiene nada que ver—digo irritado—Aquella lesión me hizo entender que había personas interesadas detrás de mis habilidades. Desde que se enteraron de que ya no iba a formar parte de los New York Jets y que mi carrera había terminado todos me dieron la espalda, incluyendo a tu queridísima amiga Kendall, quien aseguraba amarme—digo ahora molesto—Ahora mírame. Viviendo en Manhattan siendo un fracasado más en la grande lista de la ciudad. Teniendo una maldita lesión en mi rodilla que no me permite correr como lo hacía antes, trabajando en una escuela secundaria donde les enseño a los demás como jugar en vez de hacerlo yo. Tenía grandes sueños y ahora estoy aquí, sin saber qué diablos haré dentro de 5 años.

—Trevor, no digas eso. Sabes que todo fue un accidente, pero debes de pensar que todo estará bien, que vas a superarl...—pero la interrumpo drásticamente.



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En el texto hay: romance, amor, futbolamericano

Editado: 28.06.2019

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