De repente llegaste a mí

El baile

Estaba mirando mi plato que contenía pasta con albóndigas que había preparado mi padre, pero solo podía pensar en Trevor, en sus labios, en la manera en que me ha dicho que me desea, es como si un deseo intenso de tocarnos y amarnos se apodera de ambos. Trevor es un hombre verdaderamente increíble, respetuoso, paciente y de un enorme corazón.

—¿Estás cansada por el viaje, cariño? —pregunta mi madre mirando mi plato—No le has dado ni un mordisco a tu cena.

—Estoy un poco cansada, trabajé mucho antes del vuelo. Estoy comenzando a pensar que el tal Calvin es un completo bueno para nada que le gusta abusar de tu puesto—digo metiendo una albóndiga a mi boca.

—Suena a unas semanas muy estresantes—dice mi padre—Tu hermana menor también ha estado estresada cuando estaba en épocas de exámenes. Apenas podíamos hablarle—mi padre ríe un poco—Ahora mañana va a salir con el supuesto mariscal de campo. Espero que este tipo se comporte con mi hijita, porque de lo contrario le va a ir muy mal.

—No seas exagerado, solo es un amigo—dice Ashley sin mirar a mi padre.

—Si claro, el primer compañero de baile de Hayley fue su novio por un año—dice mi padre mirándome—Ahora vas con el entrenador.

—Así es, estoy emocionada por verlo mañana.

Mi padre no dijo nada, pero sé que en el fondo le molesta que esté con Trevor, algo que me hiere porque no conoce el buen corazón que tiene el Trevor que conozco. No sé muy bien lo que pasó en el pasado de él, pero sé lo que es ahora y por eso no puedo dejar de pensar en él... lo que estoy sintiendo por Trevor se está volviendo algo fuerte.

—¿Qué son exactamente? ¿amigos? ¿novios? —pregunta mi padre acomodándose en el asiento, lo miro y sonrío.

—Papá, nos queremos mucho. Tu sabrás como llamarle a eso—me levanto y tomo mi plato—No tengo mucha hambre, me iré a duchar—llevo mi plato hacia la cocina dejándolo en el fregadero y salgo finalmente para dirigirme a mi casa.

Estaba exhausta después de unas semanas duras trabajando. Calvin se había encargado de hacerle pasar un infierno a los nuevos y yo me encargaba de darle luz a ellos para que pudieran continuar, no me gusta llevarme el crédito, pero si no fuera por mi optimismo ninguno de ellos lo hubiera hecho bien.

Subí las escaleras rápidamente y al llegar hacia la entrada, abro la puerta y entro a mi casa. Me dirijo con dirección hacia la sala de estar y llevo mis maletas a mi habitación. Saqué toda mi ropa y la organicé en su lugar, algo que me tomó unos 20 minutos. Me quedé un rato mirando la puerta de mi baño... mañana iba al baile con Trevor y.... y quiero que sea especial... camino rápidamente hacia la mesita de noche que está al lado izquierdo de mi cama con una lampara sobre ella, abro un cajón y me fijo que hay una caja de preservativos. La tomo y miro la fecha de caducidad, sonrío satisfecha al ver que falta un año para que se dañen, por lo que estoy preparada para mañana.

Dejo la caja de preservativos en su lugar, cierro el bajón y camino directamente hacia el cuarto de baño. Es hora de limpieza... limpiar era lo que consistía esta noche. Ashley entró a mi habitación y me miró con una ceja levantada.

—Con que... mi profesor de educación física dormirá con mi hermana el día de mañana—dice Ashley con sus brazos cruzados mientras se recuesta de la pared mirándome con una mirada picara—Buena suerte.

—Si lo dices de esa manera suena a que es un completo mujeriego—digo riendo un poco.

Al día siguiente, antes de un buen baile siempre hay que pasar por un salón de belleza, donde hay que retocar las uñas, dejarlas hermosas y brillantes. Donde hay que depilarse por completo, Ashley y yo pasamos toda la tarde en ello, alistándonos para la ocasión. Pero debo de ser honesta, Ashley lo hacía porque yo le decía y prácticamente la obligaba, era como un código de hermanas o algo parecido, en fin, estaba segura de algo, iba a ser la mejor noche para ambas.

Eran alrededor de las 6:20 pm al llegar a casa por lo que tenía 40 minutos para alistarme antes de que llegue Trevor. Me dirijo rápidamente hacia mi habitación y saqué un vestido que había comprado en Texas, se trataba de un vestido de encaje, con escote en forma de v, pero de corte A que me llegaría hasta las rodillas, no tenía mangas, aunque no creo necesitarlas mucho y su color era un rojo vino verdaderamente hermoso. Me miré frente al espejo y antes de que me colocara el vestido me maquillé de inmediato, no quería algo exagerado, pero tampoco tan simple. Miré el reloj... mierda 6:50 pm

Me puse el vestido con cuidado, acomodé mi pelo, había decidido ondulármelo para verme diferente, me puse unos tacones dorados y finalmente los accesorios de color dorado por igual. Me miré otra vez por el espejo y sonreí satisfecha porque me veía muy bien. Escucho como alguien toca la puerta, así que rápidamente camino hacia la sala de estar, vuelvo acomodarme mi pelo y me dirijo hacia la entrada para abrir la puerta. Entonces veo a un Trevor verdaderamente elegante con un esmoquin negro a su medida, estaba peinado hacia un lado con gel y su perfume masculino llegó a mí de inmediato. Él me miró de pies a cabeza asombrado, era hermoso verlo de esa manera.



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En el texto hay: romance, amor, futbolamericano

Editado: 28.06.2019

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