De repente llegaste a mí

Celos

El cumpleaños de Trevor iba a ser mañana, me había preocupado tanto para que sea algo verdaderamente organizado y que todo esté en perfecta condición para que no pase alguna tragedia como la de mi cumpleaños.

Los padres de Trevor, junto con su abuelo iban a venir mañana temprano y no dejaba de estar nerviosa, quiero darle una mejor impresión puesto a las condiciones que nos hemos conocido anteriormente.

Pero ahora algo que está preocupándome de verdad es ver a mi padre analizando la invitación, digamos que mi padre no es la persona más sociable y decirle que íbamos a cenar con la familia de Trevor por su rostro me he dado cuenta de que no le ha gustado mucho la idea. Doy un respiro profundo e intento llenar mi mente de paciencia.

—Es importante que vayas, aquella idea de cenar juntos fue de los padres de Trevor, quieren saber más de mí y de mi familia. —digo mirando seriamente a mi padre.

—Entonces, ¿realmente aquella relación va de verdad? —mi padre da un suspiro—Hija, no me voy a oponer con respecto a esa relación, pero que quede claro una sola cosa. Creo que hay mejores personas que Trevor, es lo que pienso y es lo que voy a sostener. —dice caminando hacia la puerta principal de mi casa.

—¿Por qué no te agrada? —pregunto mirándolo con un dolor en el pecho por haber dicho aquello.

—Porque es un fracasado, quieras o no reconocerlo. —dice para finalmente salir de mi apartamento.

Me quedo un momento callada, ¿Cómo puede decir algo así? Desde que conocí a Trevor siempre lo he visto con esas ganas de seguir hacia adelante, trabajando duro y motivando a otros para que puedan cumplir sus metas. Es un excelente profesor y un increíble entrenador, no entiendo el desprecio de mi padre hacia él.

Entonces escucho como alguien toca la puerta principal, camino hacia ella preguntándome de quien se trata y al abrir la puerta miro sorprendida a Calvin, quien estaba con un ramo de flores y una caja de chocolate en sus manos, algo que no veía venir.

—Hola, Hayley. He traído este regalito para poder felicitarte personalmente por el proyecto que tenemos juntos en California. Estoy verdaderamente feliz y con saber que el mes próximo vamos a volver a trabajar juntos y me pareció buena idea venir a traerte algo. También quiero aclaras unas cuantas cosas. —sonríe dejándome mostrar que realmente se encontraba feliz.

—Hola, Calvin. Puedes pasar —digo haciendo un espacio para que pasara—Muchas gracias por el detalle, me encantan las flores—digo tomando el ramo de flores y la caja de chocolates. ¿Dónde quedó mi dieta?

Ambos caminamos por el pasillo hasta mi sala de estar, Calvin miraba muy atentamente cada rincón de mi apartamento debido a que es primera vez que está aquí. Me dirigí a la cocina y dejo el ramo de flores y la caja de chocolates en el encimero, entonces me dedico a buscar un jarrón para las flores.

—¿Desde cuándo vives aquí? —pregunta él acercándose hacia la cocina.

—Desde los 20, pero ha sido abandonada en muchas ocasiones. Cuando iba a la universidad y cuando viví por un tiempo con Richard en su apartamento—digo quitándole el envoltorio del ramo de flores.

—Por cierto, ¿Qué hay de Richard?

—Supongo que sigue en su apartamento con su vida normal. No me he enterado de que tenga alguna novia, pero estoy segura de que eso llegará pronto, es alguien muy atractivo para estar solo tanto tiempo—digo llenando el jarrón con agua—¿Quieres algo de beber?

—Claro. Vino, por favor—dice para caminar hacia la sala de estar y sentarse en el sofá.

¿Quién se creer para pedir vino directamente? ¿No se supone que el vino hay que ofrecerlo? Ni me había dado tiempo de ofrecérselo. Doy un suspiro y busco una botella de vino, entonces dudé un montón en abrirla debido a que Trevor me la había comprado con intención de usarla para una de esas noches en las que se queda y hacemos cena.

Pero no podía negársela a Calvin, por la que lamentablemente la abro y busco dos copas. Antes de irme donde Calvin, pongo las flores en el jarrón de agua dejándolas vivir un poco más. Entonces tomo las copas y la botella de vino para dirigirme a la sala de estar.

Me siento al lado de Calvin y le paso una copa, este la toma sonrientemente y le sirvo un poco de vino, hago lo mismo y me sirvo un poco.

—Entonces, el viaje será dentro de un mes. Tenemos programados tres paradas para diferentes eventos de las mismas tiendas y marcas en la que daremos publicidad. Primeros iremos a Sacramento, duraremos todo el mes de septiembre, luego a San Francisco, que solo duraremos dos semanas y finalmente Los Ángeles, donde vamos a quedarnos un largo tiempo hasta diciembre. ¿Tienes alguna idea de cómo se distribuirán los eventos? o ¿se hará lo mismo en todos? —pregunta finalmente dándole un sorbo a su vino.



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En el texto hay: romance, amor, futbolamericano

Editado: 28.06.2019

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