De Verano A Verano

1: El inicio del viaje

 

Pasar las siguientes seis horas dentro de un auto con tres de los chicos Medal nunca formó parte de mis planes.

No solo tendré que ver de nuevo a Joseph, quien terminó conmigo por mensaje de texto y nunca más volvió a hablarme, a pesar que nos hemos conocido toda la vida. También tendré que ver a Colt, quien se ha encargado de arruinar mi vida desde que nací.

Y bueno, estará Connor, quien es mi favorito de la familia Medal. Quizás el hecho que sea cuatro años menor que yo ayuda mucho.

Pensaba que ya me había preparado mentalmente para este viaje, que solo tendría que entrar, saludar y escuchar un audiolibro por el resto del camino. No importaba que Joseph me dejara después del verano pasado con muchas respuestas, tampoco importaba que Colt arruinó mi último cumpleaños, humillándome frente a todos.

Estaba concentrada en sobrevivir a este viaje.

Hasta que escuché un auto estacionarse frente a la casa y lo supe. Jamás iba a estar lista para ver a los hermanos Medal después del verano anterior.

—Hora de irte —Adrien, mi hermano, me dice.

Lo miro entornando los ojos. —Pudiste ir a dejarme tú.

Levanta al pequeño Cameron. — ¿Con un bebe de dos meses? —Besa su cabeza sin cabello—. Estarás bien, Britt.

—Podría quedarme aquí más tiempo —murmuro y me acerco para acariciar la mejilla de Cameron, su piel es tan tersa y delicada—. Soy buena niñera.

Realmente he sido una buena niñera desde que este bebé llegó, ayudo a bañarlo, cambiarlo y cuidarlo. Me gusta recostarme a su lado mientras sus padres están ocupados de un lado para el otro. El pequeño Cameron es aún muy poco consiente de lo que hay a su alrededor pero cuando me mira a los ojos por varios segundos, me parece que está intentando decirme algo.

Cameron es un bebé muy tranquilo. Como todos, llora cuando es necesario pero el resto del tiempo permanece tranquilo, observando cada objeto que sus ojos enfocan. Es muy pronto para hacer predicciones de su futura personalidad pero algo me dice que será muy curioso y observador.

—Mamá te extraña —me dice, con un tono triste.

No sé si lo hace realmente, si fuera así no hubiera dejado que pasara el último año con mi hermano mayor y su esposa en lugar de estar con ella, utilizando la excusa que se quería “auto conocer” y que necesitaba un tiempo para ella sola.

No estoy en contra de eso, seguramente después de todo lo que ocurrió mamá necesitaba tomarse un respiro pero, ¿Qué hay de mí? Yo también viví muchas cosas trágicamente inesperadas y tuve que aprender a afrontarlas sin ella.

No es justo.

Pam se acerca, la esposa de mi hermano y me sonríe. — ¿Ya te vas? —Me toma entre sus brazos—. Te extrañaremos mucho.

Pam me conoce desde hace diez años. Él y mi hermano eran amigos antes de ser una pareja adolescente y mucho antes de casarse. Supongo que han vivido toda una historia de amor, de esas que me gusta encontrar en los libros pero que soy completamente consiente que no existen en la vida real.

Pam siempre fue agradable conmigo. Mientras que toda la atención la recibía Madeleine, mientras que los chicos me ignoraban y yo me sentaba a un lado, jugando con mis muñecas, ella se acercaba y me dejaba que le pintara las uñas o nos maquilláramos.

Mi hermano me pedía que no me consintiera tanto pero ella nunca le hizo caso, Pam era como mi modelo a seguir. Su piel bronceada naturalmente, su cabello largo y ondulado, su ropa muy linda y siempre oliendo a vainilla. Pam era todo lo que yo quería ser cuando creciera.

En parte, lo soy. Me gusta vestirme bien, no a la moda ni con prendas costosas pero sí armar conjuntos lindos, me gusta usar maquillaje de vez en cuando y sigo llevando mi cabello largo, por la cintura.

Recuerdo que mis abuelos me llamaban su muñeca de carne y hueso, y aunque sabía que Madeleine era naturalmente más bonita y siempre lo sería sin mucho esfuerzo, me hacían sentir bien.

Extraño tanto a mis abuelos, ojala estuvieran vivos, seguramente podría pasar el verano con ellos en lugar de en esa casa que prometí jamás volver.

—Ten —mi hermano le entrega el bebé a Pam—. Iré a dejar tus maletas en su auto.

He intentado de muchas formas evitar este viaje. Quise convencer a mi hermano de dejarme aquí en la casa, que él me llevara o que yo viajara en taxi pero siempre me dio razones para no aceptar. Incluso si yo tuviera auto, no me dejaría irme sola.

Es una lástima, probablemente conduciría al lado contrario del país.

Muerdo mi labio. —Está bien —mis pies se han pegado al suelo, no quiero hacerlo.

Pam no sabe mucho de lo que ocurrió, solo le he contado las partes menos vergonzosas y finjo estar bien pero después de todo, me conoce muy bien y sabía qué estaba sucediendo entre Joseph y yo. —Llámame cada vez que lo necesites —el pequeño Cameron hace un ruido.

Le muestro una sonrisa en señal de agradecimiento a Pam, también desearía que ella estuviera conmigo.

Le doy un beso en la frente a Cameron. —Te extrañaré, amiguito.

—Vamos Britt —Adrien me hace una seña para que salgamos por la puerta.

Tomo una larga respiración y me repito a mí misma que todo estará bien, que solo es un viaje y que por las siguientes seis semanas no tengo que convivir con ellos. No estoy obligada a hablar con Joseph, no estoy obligada a fingir ser amable con Colt.

Estando ahí, me encargaré de encerrarme en mi habitación designada y tener la menor interacción posible con las personas que me expulsaron de sus vidas.

Mi hermano sale primero y yo me escondo como niña pequeña detrás de él, veo que levanta la mano para saludar y da pasos largos. Tomo una larga respiración para tomar valor y algo de aire conocido y seguro. Sin duda el verano ya está aquí, puedo sentirlo inexplicablemente en todo mí alrededor.

Adrien me deja a mitad del camino cuando camina al frente para saludarlos, con la mirada en mis sandalias y mis uñas recién pintadas de un rosa brillante.




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