De Verano A Verano

31: No puede ser mejor

 

Me separo de él y lo veo, con lágrimas en las mejillas.

— ¿Como que me has querido toda tu vida? —tiene que ser una mentira.

Sonríe tímidamente. —Así es, Brittany Michelle —remueve el cabello de mi cara—. Me has gustado desde siempre, ¿sorprendida?

¿Es esto un sueño? Esto no puede ser verdad, ¿Cómo Colt va a decir esas palabras? ¿Cómo puede ser posible que todo este tiempo yo le he gustado a él?

—Pero tú… —empiezo.

Él me interrumpe. —Ya sé, creo que hay mucho que deberíamos hablar pero es verdad —acaricia mi mejilla—. Te quiero, lo siento. Sé que no es el mejor momento para que te diga algo así pero, lo hago. Te he querido desde hace mucho tiempo  y no recuerdo como empezó, solo sé que siempre he sentido algo por ti y ese sentimiento fue creciendo con los años.

Respiro profundo, esta información es demasiado para mí.

Colt Medal es el chico que a mí me ha gustado desde que soy una niña, mi amor imposible y totalmente platónico. Sabía muy bien que jamás en la vida saldría con él y tampoco me esforcé a hacer que algo sucediera pues era un caso perdido.

Pero ahora estamos aquí, en el suelo, en la casa de Madeleine y él me ha confesado sus sentimientos.

— ¿Me quieres? —pregunto con el corazón acelerado—, pero, realmente me quieres, ¿no? Digo, ¿es como una broma? ¿Es otra de tus bromas?

Parpadea una vez. — ¿Que? —Sacude su cabeza—. No bromearía sobre esto, ¿de verdad nunca pudiste ver ni la más mínima señal?

Bueno, sí hubo algunos momentos entre nosotros pero siempre pensé que eran una broma de él. —Bueno, es solo que contigo no se podía estar totalmente segura de nada.

Asiente. —Lo sé —suspira—. Recuerdo que cuando éramos niños a veces solo quería que tu atención regresara a mí, no me gustaba que jugaras con Joseph y no conmigo.

Entorno los ojos. —Pero eso es porque él si se sentaba conmigo y tú no, tú preferías salir con Allan o con tu papá a jugar algún deporte.

—Sí pero sí quería tu atención —arruga su nariz—. L asiento, era un tonto y pensé que si seguía el juego de tus bromas, pensarías en mí de alguna forma.

Levanto mi mano. — ¿Cuándo es que te sentiste así?

Acomoda su cabello con una mano. —Bueno, no sé, digo, sí me divertían las bromas porque era como un juego para nosotros —asegura—, pero no sé, recuerdo que te veía y pensaba que eras muy linda aunque claro, jamás lo admitiría en voz alta.

—Ah… —me he quedado sin palabras.

—Luego, como a los doce, buscaba formas de acercarme a ti —sonríe viendo hacia el techo—, te hice pensar que en el pasillo había un fantasma y tú me pedias que te acompañara cada vez que querías ir por ahí.

—Luego dijiste que el fantasma estaba en el jardín, en tu sala y en m cocina —le recuerdo.

Suelta una risa corta. —Sí, quizás exageré —dice—, pero luego que Joseph te acompañaba yo te aclaré que todo era mentira.

Frunzo el ceño. —Es difícil creerte.

—Lo sé —dice—. Pero es cierto, todo este tiempo tú me has gustado y bueno, siempre sentí que ya no podía arreglar nada entre nosotros. Tú me mirabas como el chico fastidioso y nada más.

Muerdo mi labio inferior por unos segundos. —Tú sabias que me gustabas, ¿no?

Sonríe primero, como si le pareciera una mentira pero luego sus ojos se abren. —Un momento, ¿yo te gustaba?

Bufo. — ¿No era obvio? Hasta tú me molestabas por eso, decías que estaba enamorada de ti.

—Era un broma —sigue con la expresión llena de sorpresa—. No sabía que tú, espera, ¿Desde cuándo? ¿Cómo?

Miro hacia mis pies. —Um, pues desde siempre —confirmo—. Creo que fue así, tú eras el chico molesto pero también eras quien siempre me gustaba ver.

Colt toma mi rostro entre sus manos y lo mueve para que lo vea a los ojos. — ¿Estás bromeando? —Junta sus cejas—. ¿Pero, porque no me lo dijiste? ¿Y porque saliste con Joseph? ¿Es verdad?

—Colt —coloco mis manos sobre sus muñecas—. No te lo dije porque eras un fastidioso y te hubieras burlado de mí, salí con Joseph porque… no sé, digo, éramos mejores amigos y nos llevábamos bien, solo pensé que quizás era como las cosas deberían ir. Él y yo, parecía que estaba destinado a suceder.

Entorna sus ojos, negando. — ¿Me querías cuando tenías trece? —Asiento aun con sus manos en mis mejillas—. ¿Y a los quince? —Lo hago de nuevo—. ¿Aun sentías algo por mí un día antes que Joseph te besara por primera vez?

Mi estómago se llena de esas mariposas tontas que me han acompañado desde los diez años. Cada vez que Colt estaba cerca, una de ellas revoloteaba en mi interior y se turnaban para hacer su aparición, pero esta vez, todas se abortan libremente.

—Sí —confieso—. Aun antes de ese día, incluso yo… —bajo la mirada—, pensé que quizás durante ese verano algo podría suceder contigo pero no esperaba que Joseph me confesara sus sentimientos y…

Colt se acerca a mi rostro y une sus labios con los míos.

Oh. Dios. Mío.

¿Esto es lo que se siente besara a Colt Medal? Esto es la mejor experiencia que he sentido en toda mi vida. Sus labios son suaves, sus manos acarician mis mejillas y mi corazón celebra con golpes de martillo.

Él se separa y se cubre la boca. —Lo siento, Brittany —pide—. Lo siento, no debí hacer eso, yo…

Me inclino hacia adelante y lo beso de nuevo, enredándome de nuevo en este maravilloso sentimiento. Sus manos me toman por la espalda y me acercan a él, yo rodeo su cuello con mis brazos y lo beso como siempre he querido hacerlo.

No me imaginé que algún día basaría a Colt, y si sucedía, no pensaba que ocurriría de esta manera pero a decir verdad, no puede ser mejor.




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