De Verano A Verano

37: Los secretos de Jared

 

La oficina de Jared es como él.

La ves y sabes que es un lugar importante, que no cualquiera puede estar aquí y si estás, debes tener cuidado de no romper nada.

El escritorio largo, de madera costosa está al fondo y detrás de este hay dos estanterías altas con muchos libros de pasta dura. Todo parece estar en orden.

—Siéntate —señala la mesa pequeña a un lado de la habitación, con dos asientos frente a ella.

Lo hago, pensando en lo raro que es estar aquí. A diferencia de los Medal, Madeleine siempre vivió en otras áreas de la ciudad y en las ocasiones que visitaba su casa, nunca entraba a la oficina de su papá.

—Brittany —él se sienta en el asiento frente a mí—, ¿Qué está pasando entre ustedes?

Me encojo de hombros. Supongo que podría intentar elaborar una respuesta pero no tengo ganas de ordenar mis ideas.

Toma aire y suelta lentamente. —Entonces dime, ¿Qué es lo que pasa contigo?

Niego. —Nada —tomo los bordes del asiento.

Él me observa a los ojos. —No has visto a tus amigos por un tiempo y en lugar de estar feliz, parece que quieres huir de ellos.

Aprieto el borde. —No me siento bien, solo quiero regresar con Aiden.

Hace una mueca. —Hicimos un trato Brittany, si no hablas no te llevaré a ningún lado.

Bajo la mirada a mis pies. —Está bien, ¿Qué quieres saber?

— ¿Quieres ver a tu madre? —pregunta sin rodeos.

Por supuesto que Jared haría eso, él no se va por las ramas, dice las cosas tal y como son.

Iba a encogerme de hombros pero se supone que tengo que comunicarme con él así que, solo levanto mi rostro. —La verdad no.

— ¿Por qué? —cuestiona.

Golpeteo el suelo con la punta de mi zapato. —Pues, porque no. Mamá se alejó de mí, ¿verdad? Ahora resulta que recordó tener una hija.

Niega. —Eso no es así.

Recuesto mi espalda en el respaldo. —Sé que eres su mejor amigo, por eso la defiendes pero yo soy su hija —afirmo—. Tal vez para ti no fue así, quizás para ustedes… yo…

—Britt —baja la voz—. Tu mamá te ama.

Suelto una carcajada sin pensarlo. — ¿Amor? —Ruedo los ojos—. No estoy segura de eso. Solo porque sean mis padres no significa nada, ¿verdad? Tengo una madre que se olvidó de mí y un padre que prefirió empezar de nuevo con alguien más y borrar de su mente su anterior familia.

Jared permanece en silencio unos segundos, luego se levanta. — ¿Quieres café?

Resoplo. —No gracias.

Él camina a la cafetera y se sirve en una pequeña taza blanca, luego regresa. —Brittany —coloca la taza en la mesa, sin un plato debajo, algo que no suele hacer—. ¿Te puedo contar una historia?

Asiento.

Sonríe. —Bien, escucha —estira su mano para tomar la taza de nuevo y darle un sorbo—. Hace un tiempo yo tuve tu edad, hace mucho tiempo. En esos años yo no era muy bueno en nada, en realidad no era bueno en la escuela.

Regresa la taza y cruza las piernas.

—Pero tenía dos amigas —afirma—. Y eso era peor, ¿sabes cuánto me molestaban por tener amigas y no amigos?

— ¿Heidi y mi mamá? —pregunto, aunque sé la respuesta.

Asiente. —Sí, ellas. Éramos amigos desde que éramos adolescentes aunque siempre sentí que las conocí toda mi vida —explica—. Pero había un problema, yo… bueno, crecimos y cada uno conoció a su respectiva pareja.

— ¿La mamá de Madeleine? —pregunto con un poco de miedo.

La verdad, no se habla mucho de esa mujer. Nunca la conocí y nunca he visto fotografías de ella. Sé que por obvias razones, ella tiene una madre biológica pero nunca supimos nada de ella.

—Sí —dice—. Ella y yo nos conocimos en la universidad y era una relación extraña, todo el tiempo sentía que no era suficiente para ella. Luego de años juntos, ella estaba embarazada y al comienzo, estaba feliz pero después, estaba pensando en terminarlo.

Junto mis cejas. — ¿Qué?

Sacude la mano. —Era demasiado tarde así que, cuando mi niña nació, ella me dejó muy claro que yo estaría solo en eso.

— ¿Tan rápido? —sabía un poco de esa historia pero no imaginé que fuera así.

Asiente. —Sí, solo estuvo con ella en el hospital y unas semanas en casa pero no la quería, le molestaba cada vez que lloraba y yo me enfadaba con ella porque no era culpa de la bebé, fue nuestra responsabilidad.

Levanta un dedo luego de una pausa. —Al mismo tiempo, mis amigas estaba viviendo sus propias historias románticas, ellas casi al mismo tiempo tenían hijos, dicen que no lo planearon —sonríe—. Pero yo creo que sí, aunque se detuvo cuando nació Connor.

Asiento. —Regresando a mí, tu mamá y Heidi eran muy buenas, luego que ella me abandonó cuidaban a Maddy cada vez que podían y recuerdo que tú estabas ahí también, con Joseph. Eran como trillizos, eran adorables.

Tenemos la misma edad después de todo.

—Pero, hay algo que no te he contado aun —suspira y baja la mirada—. Yo… yo no iba a salir con esa mujer, tenía un plan y Heidi lo sabía, yo iba a invitar a alguien más.

Espero un poco para que continúe.

—Tu mamá, Britt, yo quería salir con tu mamá —confiesa.

Junto mis cejas y rápidamente cada momento de ellos dos juntos viene a mí, nunca actuaron diferente a como Heidi actúa con él. Para mi simplemente eran amigos.

— ¿Mi mamá? —pregunto, porque estoy confundida.

Aclara su garganta. —Yo siempre quise salir con ella, fue mi primer amor pero nunca me sentí listo para hacerlo. Entonces ella conoció a tu padre y era demasiado tarde, tuve que continuar con mi vida como ella siguió con la suya.

Rasco mi cuello. —Ah, no sé qué decir.

Realmente no tengo idea que decir sobre esto. Sé que mi padre fue una persona horrible por engañar a mamá y ahora, empezar una nueva vida lejos de todos pero, papá antes de eso fue una buena persona.

—Te digo esto porque, no pude evitar querer estar cerca de tu madre en esos momentos difíciles, quería cuidarla y asegurarme que estuviera bien. Ella se quedó con Heidi, ¿verdad?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.