De Verano A Verano

42: Que lo piense

Nos despedimos de Joseph y Madeleine antes de subir al auto y regresar a la casa de Jared.

Ahora mismo vamos a almorzar algo antes que nosotros continuemos con nuestro viaje, Colt conduce en silencio mientras yo veo como el escenario pasa a mi lado dejando que el ruido mecánico del auto y todos los demás sonidos del exterior sean mis acompañantes por ahora.

Colt aclara su garganta. —Entonces, ¿Hablaste con Joseph, no?

—Sí —estoy muy cansada mentalmente como para intentar contarle todo lo que hablamos pero lo haré, solo que no ahora.

Colt suspira. —Me alegro —dice—. Em, por cierto, tengo que decirte algo antes que nos juntemos con Jared de nuevo.

Jared va en su auto de camino a su casa también, frente a nosotros. — ¿Qué pasa?

—Pues cuando tú y Joseph se quedaron atrás, logré un momento a solas con ella —afirma—. Le pregunté sobre si sabía algo de una carta, la que Joseph leyó y la que yo te dije que había encontrado.

Me acomodo en el asiento, juntando las cejas mientras lo veo. — ¿Si?

—Me dijo que fue ella —asegura—. Ella… mira, ojala estuviera aquí para que hablara contigo pero, ella básicamente quería que ustedes terminaran. Según Madeleine, ella intentó acercarse a Joseph pero le dijo que estaba saliendo contigo así que pensó en una forma de hacer que ustedes se pelearan.

Bufo. —No puedo creerlo.

Hace una mueca. —Sí, mira, ella hizo algo malo pero, se ve arrepentida. No la defiendo, solo espero que, bueno…

Suspiro, recostándome en la puerta. —Colt, ¿Tu sabias sobre Jared y mamá, no?

Colt abre los ojos un segundo y luego asiente. —Sí, yo… bueno, sé que están más juntos, los he visto en la casa.

Dejo salir una exhalación larga.

— ¿Estás molesta? —pregunta, mordiendo su labio inferior.

Podría estar molesta y creo que en parte tengo derecho a estarlo pero no lo estoy. —En realidad, no. Me sorprende y tengo muchas preguntas pero no estoy molesta contigo.

—Tal vez debí decírtelo —murmura.

Miro hacia el cielo, hay un par de nubes. —Creo que no tenías que ser tú la persona que me lo dijera, al menos Jared lo hizo.

— ¿Estás molesta con tu mamá?

No lo sé. He estado molesta con ella por mucho tiempo y por supuesto que la noticia sobre ella ahora saliendo con Jared me sorprende pero, por alguna razón, también tengo cierta compasión por ella.

Quizás estoy empezando a verla no solo como mi madre sino como una mujer, una chica que alguna vez se enamoró y se casó ilusionada, jamás planeando que un día su esposo iba a engañarla.

— ¿Ella habla de mí? —pregunto, con mi frente en el cristal de la ventana.

Colt me da un vistazo y sé que sabe de quién hablo. —En realidad, sí, todo el tiempo —confiesa—. Sé que no lo crees pero ella sigue siendo tu madre y sigue amándote.

No contesto.

—Me ha dicho lo mucho que extraña salir contigo, de cómo tu risa es contagiosa y que antes, cuando eras pequeña, le gustaba peinar tu cabello.

Siento una punzada en mi pecho al recordar esos momentos con ella.

—Brittany, no tengo derecho a hablar sobre tu relación con ella pero, créeme que te ama y lamento que pues, tu familia…

Se haya roto. —Supongo que cuando la vea tendré que hablar con ella, ¿no?

Ese momento estará llegando pronto y aun no sé qué haré o qué le diré.

—Pero estarás bien —afirma.

Connor se mueve y me hace voltear, está tocando el techo del auto y sonriendo. No sé qué piensa cuando hace eso pero me hace sonreír también.

—Um, Brittany —Colt retoma mi atención—. Quiero que sepas que pase lo que pase, yo estoy contigo. Eres importante para mí, no solo porque te quiero sino porque lo eres. Créeme, me importas.

Sonrío en su dirección. —Sé que es así.

Estira su mano y acaricia mi mejilla por unos segundos antes de volver a colocarla en el volante. —Te quiero Brittany.

Mi corazón pega un salto. Podría grabar su voz y escucharlo decir eso por horas. —Yo a ti.

El auto se detiene en la entrada de la casa de Jared y las puertas automáticas se abren, dejando pasar primero a Jared. Ahora mismo caigo en cuenta que cuando salimos de aquí, estaban Joseph y Madeleine y ahora, ya no.

Colt se estaciona y Jared se acerca al auto mientras nos espera para salir. Una vez fuera los tres, él toma a Connor con un brazo sobre los hombros y le pregunta qué quiere comer.

Colt y yo caminamos detrás de ellos pero antes de entrar a la casa, colt toma mi mano. —Espera.

Volteo a verlo. — ¿Qué pasa?

Él rodea mis hombros con sus brazos y me acerca a él. Fue un poco inesperado pero no me quejo, inmediatamente rodeo su cintura con los míos.

—Solo necesitaba esto —besa mi mejilla.

Trago saliva, sintiendo cada centímetro de mi cuerpo con electricidad. —Gracias.

Acomoda mi cabello con sus dedos, pasándolos suavemente. —No tienes idea cuantas veces quise estar así contigo y simplemente tenía que fingir.

Sonrío. —colt, ¿Qué pensaste cuando leíste esa carta? La falsa, de Madeleine.

Sonríe de lado. —Sabía que no habías sido tu pero, me gustaba creer que sí, que yo te gustaba tanto como tú me gustabas.

—Todos piensan que era obvio lo que sentía por ti.

Acaricia mi mentón. —Pues digamos que eso pensaba también cuando te sonrojabas pero, tenía miedo que me rechazaras.

¿Quién en su sano juicio rechazaría a Colt Medal?

—Deberíamos entrar, Jared pensará que estamos besándonos —bromeo, viendo sus labios por un instante.

Colt se inclina y pasa suavemente sus labios sobre los míos. —Pues que lo piense.

Termina de sellas sus palabras con un beso suave, acercándome más a él. Puedo sentir mi corazón palpitando con fuerza, puedo incluso imaginarme como el suyo está latiendo igual.

Nos separamos y me sonríe, dándome un último beso corto antes de bajar los brazos y tomar mi mano.

Colt es calma entre la marea, es quizás algo más grande que un salvavidas. Es como un faro, iluminando todo lo que tiene a su paso. Es como la luna, esperando pacientemente al fondo, alumbrando el abismo.




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