De vuelta al barro

Prólogo

Corría el año 1992 cuando escuché por primera vez el nombre de Howard Phillips Lovecraft y fue gracias al juego de rol "La Llamada de Cthulhu", ambientado en las historias que había iniciado el autor a partir de, aproximadamente, 1920. Hasta entonces, todo aquel universo de dioses primigenios, horror cósmico y criaturas de pesadilla aguardaba pacientemente a que decidiera cruzar el umbral para atraparme con sus largos tentáculos.

El juego de rol trajo consigo la lectura obligada de muchas de las novelas y relatos del genio de Providence, siendo "El horror de Dunwich" el primer libro que cayó en mis manos. Aquella lectura me fascinó y me abrió las puertas a un género literario que no había degustado, más allá de una antología de Edgar Allan Poe (figura capital, por otra parte, en la primera etapa como escritor de Lovecraft) que andaba por las estanterías de la casa de mi pueblo.

Más de 30 años después sigo consumiendo literatura lovecraftiana, ya sea en forma de recopilaciones que incluyen cuentos que no conocía, releyendo alguno de sus clásicos o disfrutando de adaptaciones al cómic (muy recomendables, por cierto, las obras de François Baranger). Si bien el impacto de su particular manera de narrar ya no es el mismo, sí me sigue sorprendiendo su increíble capacidad para crear una cosmogonía y un universo propio, así como su talento innato para describir miedos ocultos que parecen acechar permanentemente y el innegable mérito de ser capaz de romper con los moldes del terror clásico y ensanchar los horizontes de dicho género literario.

Cada uno tendrá sus favoritos, pero de toda la vasta obra de Lovecraft me quedo con los siguientes: "El horror de Dunwich", "En las Montañas de la Locura", "La sombra sobre Innsmouth", "El modelo de Pickman", "El caso de Charles Dexter Ward" y, por supuesto, "La llamada de Cthulhu". Hay más, muchos más, y seguramente me habré dejado alguno de vital importancia en la bibliografía del autor, pero los citados son los que mejor recuerdo me dejaron en su día.

La influencia del escritor de Providence es un hecho irrefutable, ya sea en la literatura, en el cine, en las series o en los cómics y su nombre ha ido llegando a más oídos gracias a personalidades como Alan Moore, Guillermo del Toro, Neil Gaiman, Ramsey Campbell, Stephen King o Sam Raimi, sin olvidar que Metallica, entre otras bandas, tiene una canción titulada "The call of Ktulu" o que Iron Maiden hizo aparecer en la portada de su disco "Live after Death", una lápida en la que puede leerse la frase No está muerto lo que puede yacer eternamente, y con el paso de extraños eones, incluso la muerte puede morir, firmada por el propio Lovecraft. Y si bien irrumpió en los juegos de rol a principios de 1980, con los años, la larga sombra de escritor también ha alcanzado el campo de los videojuegos y el, cada vez más amplio, mundo de los juegos de mesa.

Lo que podréis leer a continuación es mi pequeño y modesto homenaje de Howard Phillips Lovecraft; una sucesión de relatos breves ambientados en sus novelas, en las partidas de rol que he podido jugar y en los cómics que he ido leyendo relacionados con los Mitos de Cthulhu. Cada uno de los capítulos está dedicado a una divinidad o criatura concreta; en algunos de esos capítulos el ser aparece directamente y en otros... solamente se intuye.

Mi intención es la de introducir brevemente una situación para ubicar a la lectora y al lector y, luego, generar un clima de creciente desasosiego y tensión que culmine en la antesala de un enfrentamiento directo o de un final irremediable. Ese punto de no retorno es el que pretendo dejar en vuestras manos, confiando en que sea vuestra imaginación la que confeccione un posible final.

El ser humano es un capítulo insignificante en la historia de la Tierra y, en muchas ocasiones, desconoce -afortunadamente- todo aquello que dormita en la noche de los tiempos y que amenaza con regresar algún día...

Espero que disfrutéis de la lectura, ¡salud!

Nota: Todos los derechos de las imágenes utilizadas para ambientar los capítulos pertenecen a sus propietarios/as y no son utilizadas con ningún fin más allá del mencionado. Si cualquiera tiene algún problema con las imágenes, que contacte conmigo y las retiraré; gracias.




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