De Vuelta Al Paraíso

Capítulo IV

Un Reflejo de lo Divino

Entonces, ¿por qué aquellos hombres aún enseñan que somos seres creados a imagen y semejanza de Dios y no hacen uso de la lógica misma que Él les dio?, ¿por qué permanecen en ese credo si haciendo uso de esta sabiduría, es notorio que no todos nos parecemos?, si la imagen y semejanza reflejan un parecido al modelo original, todos tendríamos que serlo.

En ello se encierra mi conclusión y quizá algunos si me escuchasen podrán decir que estoy equivocado. Mi abuela misma quizá opinaría eso, tanto que quizá me daría un golpe en la cara, pero solo es un “quizá”.

Pero ciertamente según lo que me mueve, tengo la seguridad de lo lamentable: ya no somos hechos a imagen y semejanza. Si lo fuéramos, todos seríamos totalmente iguales, con las mismas características por ser formados igual que nuestro Creador. Espero que se entienda realmente lo que digo: es Un Solo Creador, Una Sola Imagen. Tendríamos que ser como tal, a menos que cada persona tuviese un creador propio, a lo cual, eso sería imposible. Podré parecer un loco hablando solo al descender a la sala de mi casa, pero dado a mi facilidad, no pienso quedarme con la duda sabiendo que puedo descubrir algo que puede cambiar el rumbo mismo de nuestra existencia.

Parte de lo que me enseñó la loca filosofa de mi maestra comienza a surgir de lo profundo de mi ser en medio de todo esto y comienzo a cuestionar algunas cosas de la biblia con un gran conjunto de preguntas: Si la biblia dice eso sobre el primer hombre en la tierra y se supone que dependemos de él; si él fue hecho de esa manera, ¿por qué nosotros ya no? – Creo estar en la razón de lo que digo.

Siempre hay tiempo para recordar, tiempo para tomar una dulce taza de café. Mientras me sumerjo en este amplio mar de consultas, cada sorbo de café en mi taza blanca, se convierte en un caramelo durante el viaje. A veces si no sabemos controlar tantas cuestiones en nuestra cabeza, nos pueden hacer enloquecer. Deberíamos aprender, a primero asegurarnos de las cosas con la información segura y no comenzar a crear falsos imaginarios en nuestra cabeza, sin base alguna.

A pesar del pequeño brote de confusión que comienza a germinar en mí, parece ser que las mismas ideas me guían a la verdad. Como mencioné, cometemos errores ante nuestra falta de información. Muchas cosas pueden ser evitadas si tan solo tomásemos el tiempo para entender y conocer lo que sucedió en realidad desde un principio. Pero no, al contrario, tendemos a dejarnos llevar por la contaminada manipulación de nuestras mentes.

En la realidad que radica sobre nuestra existencia, creo que se puede aplicar el tema. A pesar de que sabemos que nuestro fin acá es la muerte, debe haber alguna información o algo por el estilo que defina al menos el por qué ha sido nombrado eso como tal. Además, creo que nuestro final radica en algo más que un acto tan simple verdaderamente. Al igual que con nuestras vidas individuales, creo que, lo que realmente sucedió en el principio tiene mucho que ver con lo que pasa ahora en el mundo y aun de lo que deberíamos buscar. Creo que, en la verdadera historia de los orígenes del ser humano, se esconde el “porqué” de todo lo que hoy podemos ver y aún, confío en que se esconde la esencia del “para qué” suceden.

Después de iniciar el día con una profunda meditación referente al tema y tomar un rico desayuno, me veo obligado a tomar mi propia y dolorosa rutina la cual me ha tocado adoptar estos últimos años. La horrenda y dolorosa batalla contra el cáncer. Me lo diagnosticaron desde hace mucho, pero no es un tema del cual me guste hablar.

Tomo mi abrigo para salir, pues afuera el frío viento no tiene piedad. Trato de ser amable con todos a quienes veo, no importa si los conozco o no, especialmente si son personas mayores. Siempre acostumbro a saludarles amablemente y mostrarles una sonrisa, uno nunca sabe cómo están pasando su día. Mientras recorro parte de las calles de la ciudad, voy meditando todavía en el pensamiento que me tomó desde hace poco. Es lo mejor que puedo hacer ahora, creo que es una buena manera de aprovechar el tiempo. Cada vez que viajo por el autobús, la ventanilla me permite admirar la maravillosa creación que somos, pero, ¿cómo siendo una creación tan admirable en su poder y sabiduría, dejamos de parecernos a nuestro Creador si estoy en lo cierto?

Al menos, creo que es un punto demasiado importante. En serio, tenemos poder, tenemos conocimiento, hacemos lo que queremos, pero si evaluamos todo ello, realmente aún ni siquiera hemos entendido por qué lo hacemos. En ello se encierra mi razón, porque realmente perdimos nuestra verdadera identidad. Somos grandes creaciones, pero no sabemos siquiera el por qué. Y creo que la identidad radica más allá de solo saber quién soy, sino que, también conocer para qué soy como soy. ¿De qué sirve la copia de un libro, si le faltan capítulos?, o peor aún, ¿el título?

Somos así, de nada nos sirve ser quienes somos ahora si no tenemos la verdadera esencia de aquel que nos hizo. Para mí, me sería mejor parecerme a la inexplicable y auténtica esencia que guarda el Creador, a ser único en mi manera y que al final todo sea desvanecido. Cuando yo mismo he escuchado que el Creador es eterno, y si él lo es, todo aquello que es él, tendría que serlo. Y he ahí otro argumento, somos seres perecederos arrastrados al camino de la muerte, si aún fuésemos igual a Dios, guardaríamos con nosotros su misma esencia, la capacidad de ser eternos.

Después de mi rutina, el pasar por las quimioterapias y todo eso, acostumbro encaminar mis pasos hacia el supermercado con el fin de comprar algunas cosas y también despejar mi mente un poco. No me gusta centrarme en el cáncer y a lo que me ha de llevar, prefiero vivir el presente y dejar que todo fluya.




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