De Vuelta Al Paraíso

El Mensajero

CAPÍTULO VI

Me levanto otro día más, a pesar de que deseo con todo mi corazón no volver a despertar; hay algo que no me suelta y cada rutina que debo volver a repetir se vuelve más dolorosa.

Cada día veo caminar a la gente por las calles, dirigirse a su trabajo, la misma rutina día a día y algunos parecen no prosperar y pareciera que nada les ayuda para bien.

Veo a otro grupo de personas que resaltan entre los demás; realizan la misma rutina de su diario vivir, pero observo como prosperan y suelen ayudar a aquellos que no lo logran.
- ¿Qué hay de ello?
- ¿Por qué sucede esto? Pareciera que ellos tienen una esperanza extra, que algunos no la ven.

Recuerdo la historia de la condenación a causa de la desobediencia del hombre y entiendo por qué ya no somos iguales a Dios.

Abro de nuevo aquella antigua biblia mientras la hora de salir llega y veo como el escritor relata que aquellos seres al comer del fruto prohibido notaron una desnudez y sucede un gran escenario ahí, pero centro mi atención donde habla que, para evitarles la vergüenza, Dios les puso una vestidura de piel.

Algo me dirige a ver mis manos, mis pies y todo mi cuerpo; solo me veo cubierto de piel. ¡Wow! Así que eso sucedió, el pecado apagó nuestra luz y esta piel la vino a reemplazar.

Cuanto daría por quitarme la piel a pedazos y ver que de mí sale luz, pero no se puede hacer, es la condenación que vino sobre toda la humanidad.

Se entristece mi corazón al ver que todos fuimos condenados; ahora entiendo el porqué de algunas cosas malas que suceden en el mundo.

Salgo nuevamente y me es necesario pasar por los mercados; mientras recorro los callejones inundados de gente que busca vender y comprar, escucho en las calles a personas gritar:

- ¡JESÚS ES LA SALVACIÓN Y ÉL VINO PARA LIBRARTE DE LA CONDENACIÓN! ¡VINO PARA QUE TENGAS LUZ EN LA OSCURIDAD!

Los dichos de sus bocas llaman mi atención:

- ¡Oigan! ¿Cómo así? ¿Podemos salir de nuestra condenación? ¿Podemos volver a tener luz?
- No sé cómo lo descubrieron estas personas, pero sabiendo como era mi origen y lo que me condenó, saber que, según ellos, existe una puerta de salvación para volver a ser como antes, me hace investigar.

Porque créanme, quiero librarme de esta rutina matadora que vengo cargando desde hace muchos días atrás.

Después de unas horas, al cumplir con mi "obligación diaria," llega la hora del almuerzo; me dirijo con mis pocas fuerzas hacia el centro del parque lleno de árboles y lindos pájaros que llenan el ambiente con sus cantos; donde el viento ministra paz y tranquilidad al alma.
De repente escucho a un señor de unos setenta años, gritar como si fuera un joven de veinte:

- ¡ÁBRELE LA PUERTA DE TU CORAZÓN A JESUCRISTO CUANDO ÉL TOQUE, ÉL QUIERE ENTRAR Y CONVERTIRTE EN UNA NUEVA CRIATURA!

Distinguía por lo que oía, que era alguien con el mismo concepto que aquellos a los cuales había escuchado hace poco, estaba seguro que él podía responder a mis dudas, así que me acerqué y le dije:

- Disculpe, señor ¿Cómo es posible esto?
- Usted dice que si dejo que Jesucristo entre en mi corazón al momento que me toca ¿puedo convertirme en una nueva criatura?

Mientras me veía fijamente con un profundo amor en sus ojos, me sonrío y muy amable contestó:
- No hijo, no lo digo yo, lo dice la biblia, la palabra de Dios, y tú serás transformado a un nuevo ser cuando decidas vivir una vida con Jesucristo.

A mi mente vino el recuerdo y pensé:
- La biblia, el libro que narra el principio y como ocurrió la condenación ¿habla de una solución? ¿Por qué no lo vi?

Aún confundido le pregunté:
- ¿Quién es él?

Amablemente contestó:
- Él es Jesús, el hijo de Dios, el que venció a la muerte y al mismo enemigo muriendo en la cruz, al derramar su sangre pagó el precio para que nuestra condenación fuera quitada y nos pudiéramos acercar confiadamente al Padre por medio de él y alcanzáramos vida eterna nuevamente. Resucitó de la tumba al tercer día y con ello selló su victoria.

Quedé totalmente sorprendido ante esto y le dije:
- ¿Por qué es necesario hacer esto, entregarle la vida a Él?

Se sentó y abrió un libro que parecía ya muy antiguo, señaló una página con su dedo y me dijo:
- La biblia dice que a los que le recibieron y a los que creen en su nombre les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Ocurrió una pausa ahí en milésimas de segundos, porque medité:
- Ser hijo conlleva ser igual que el padre, es decir que si me hago hijo de Dios seré igual a Él. Volveré a mi identidad, volveré a ser como Dios es, tal como era en el principio.

Rápidamente le pregunté a aquel señor con su barba blanca:
- ¿Qué debo hacer?
- ¿Qué necesito para ser hijo de Dios?

El respondió:
- Primero debes creer, como está escrito, que Dios levantó a Jesucristo de entre los muertos y que el pagó por tus pecados; recíbele en tu corazón.
- Escrito está que el que cree y es bautizado será salvo, pero cree primero y luego ve a bautizarte, porque ese es el nuevo nacimiento, que Jesús mismo nos enseñó cuando se bautizó en el Jordán y ahí mismo recibió al Espíritu en forma de paloma, para luego escuchar la voz de Dios decir: éste es mi hijo amado…
Si tú lo haces de esta manera te convertirás en una nueva criatura y serás hecho hijo de Dios... - culminó diciendo.

Aquello que escuchaban mis oídos era tan sorprendente, tenía la esperanza de volver a ser imagen y semejanza de Dios, puede terminar mi oscuridad y volverme un ser de luz, el origen de la humanidad y la conclusión de la misma, era más que una historia, era un estilo de vida. Pero aún había dudas en mí, a lo cual le pregunté a aquel hombre:

- Oiga ¿y todo esto para qué?

Dio una respuesta sencilla y dijo:
-Para caminar tal como Cristo caminó en la tierra, despojándose de lo que era, llevando una vida de santidad y sin pecado, a fin de que cuando se cumpla nuestro propósito seamos llevados al cielo con él, ya no como seres de carne, sino como seres de espíritu.
- El apóstol pablo dijo que allá no entra la carne ni lo inmundo, por lo cual es necesario arrepentirse de pecado, apartarse de la inmundicia y buscar la santidad a fin de ser salvos. - concluyó.




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