De Vuelta

Capítulo 16

Sasha López 


Maldita sea, esto no puede ser  las cosas no están saliendo como me esperaba.  


El idiota de Mario, ahora se envalentonó y quiere hacerle la prueba de ADN, a mi hijo y eso es algo que no puedo permitir, porque echaría por tierra, todo mi esfuerzo.  
Mario es un hombre guapo, pero la verdad no es mi tipo, el muy imbécil es demasiado, correcto, demasiado decente, demasiado formal y demasiado fiel. A mi me gustan, los chicos malos, esos llenos de tatuajes, mal hablados, que te tratan como una cualquier en la cama, esos brazos fuertes de polos y jeans, si me gustan tipo Esteban Harry, el maldito infelíz que me preñó y luego me dejó tirada, cuando se enteró. Teníamos seis meses de estar saliendo, todo era perfecto, ya prácticamente estábamos viviendo juntos. Pero bueno, me descuide y un día olvidé tomar la píldora y bueno hubo acción y me jugó el número, en el primer momento, pensé en abortarlo, pero si algo me enseñó mi madre es que solo Dios puede quitar la vida. Así que simplemente no pude, no pude hacerlo, fui a la clínica, asistí a la cita para el aborto, pero el miedo me ganó y salí huyendo del lugar.  
Cuando Esteban se enteró de mi embarazo, literalmente desapareció, no me contesto nuna más el celular, fui a buscarlo a su apartamento y su casera me dijo, que ya no vivía allí, frecuenté algunas veces los bares en donde habitualmente nos veíamos y tampoco lo ubiqué, me costó aceptarlo, pero entendí, que no le interesábamos ni yo, ni nuestro hijo. Justo en ese momento, me fi cuenta que estaba sola, que iba a ser madre y que no contaba con el apoyo del padre, fue allí que se ocurrió seducir a mi jefe, metérmele por los ojos, si el típico cliché de jefe y secretaria, podría sacarme del embrollo. Solo tenía dos problemas la fidelidad de Mario y Samantha su muy enferma esposa.  


En varias ocasiones, me le insinué a Mario de forma descarada, pero él solo me ignoraba olímpicamente, la tonta de Sam, me trataba tan bien que hasta me hacía sentir culpable, por querer bajarle al marido, la muy estúpida decía que éramos amigas. Hay que ver que las mujeres somos tan confiadas que pecamos de ilusas, yo queriendo quitarle el marido, para que fuera el padre de mi hijo y ella, creyéndome la secretaria eficiente y leal. Me dí cuenta casi enseguida de que estaba embarazada, apenas tenía 2 semanas, cuando me enteré, así que al ver la reacción de Esteban, maquiné mi plan  de engatusar a Mario y endilgarle mi hijo. Me puse manos a la obra y justo esa misma semana, había un simposio de arquitectura al que Sam, me pidió que asistiera en su lugar, ya que por una recaída, ella no pudo acompañar a Mario.  


Esa tarde la exposición de Mario fue un éxito, después del evento, me pidió que recogiera todo, mientras él se fue al bar, se veía realmente atribulado por lo del estado de salud de su esposa, recogí todo lo más rápido que pude y lo seguí, esta era la oportunidad perfecta para accionar mi plan, debía acostarme con  Mario cuanto antes, para poder hacerle creer, que mi hijo era suyo.  
Llegué al bar y me senté en un mesa, algo apartada, mientras que Mario bebía en la barra, de manera descontrolada. Me acerqué a una de las meseras y le ofrecí un billete de cien dólares, para que pusiera en un trago de Mario, un somnífero, tuve que decirle, que la esposa me había pedido que lo cuidara, que yo era du secretaria, le mostré mi carnet  y le expliqué que si mi jefe, se sentía algo somnoliento, iba a dejar de beber y así podría llevarlo a descansar. Al final no se si la chica me creyó o no, lo cierto es que hizo lo que le pedí y tomó el dinero como pago.  


Unos minutos después, Mario no podía con su cuerpo, yo oportunamente llegué a su rescate y junto con uno de los botones del hotel, lo llevé hasta lujosa habitación del hotel, en la cuál se estaba hospedando.  
Cuando el chico que amablemente me ayudo, salió de la habitación, empecé a desvestir a Mario, dejándolo completamente desnudo. Yo tambièn me desvestí y me metí con él a la cama, no tendríamos sexo, debido a su estado casi de inconciencia, pero eso le haría creer, al fin y al cabo, yo lo que quería, era que mi hijo tuviera un padre y si era millonario, pues mucho mejor.  

Cuando Mario despertó y me encontró desnuda a su lado, casi se muere. Se puso como loco, gritaba que él no había podido hacerle eso a Sam, que èl la amaba y que ella no se merecía un acto tan ruin, me rompió el corazón al verlo llorar y estuve a punto, de decirle la verdad, pero recapacité y me dí cuenta, que por el bienestar de mi hijo, valía la pena llevarse entre las patas a cualquiera. Así que con mi cara de víctima, le hice creer que habíamos hecho el amor, de todas las formas y maneras posibles.  Pero, Mario se rehusaba a creerme y hasta amenazó con echarme,  así que lo único que se me ocurrió, fue amenazarlo con decirle a su esposa, que éramos amantes. Se lo repetí tantas veces, que el hombre se acobardó y no hizo nada en mi contra.  
Los días pasaron y dos semanas después, planee decirle de mi embarazo, no podía esperar mucho, porque de lo contrario, los tiempos iban a delatarme.  
Esa tarde, cuando me decidí a contarle de mi embarazo, no me esperé que Samantha nos sorprendiera en plena conversación, eso sí que fue un golpe de suerte, así como lo fue, el hecho de que muriera de un infarto fulminante, yo me conformaba con el divorcio, pero que Mario enviudara, fue fenomenal, aceleraba todos mis planes. 


Los días posteriores a la muerte de Sam,  Mario cayó en una profunda depresión, así que aproveché su aturdimiento, para engatusarlo con lo del bebé, pero las cosas no salieron como yo esperaba, yo me veía casada y viviendo como reina y en lugar de eso, Mario me removió de mi puesto de trabajo y me mandó a mi apartamento a descansar y muy lejos de él. Nunca me visitaba y solo me acompañaba a las citas de ginecología, en alguna ocasión intenté seducirlo, pero ya el embarazo, estaba haciendo cambios importantes en mi cuerpo, lo que no lo hacía lucir tan sexy.  




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.