Levantándose con una energía decidida, Emilia fue temprano a la panadería, arreglando en ese modo un rico y sabroso desayuno.
-Hola - tímido saluda el primero al levantarse.
-Buenos días, pequeño - lo saluda sonriendo y bajando a su altura. - Ven, aquí tenemos de todo - dice, levantándolo en brazos para sentarlo en su silla.
-Uumm - suelta con gusto.
-Dime lo que quieres y te lo acerco. ¿Qué vas a beber: leche, jugo, cacao?
-¿Puedo tomar agua primero? - pregunta escéptico.
-Claro - dice alegre, golpeando suavemente la mesa con la punta de los dedos. -, es lo primero que tomo en la mañana también. Te pondré un poco de limón que es bueno para la salud.
-No amo limón - dice, poniendo la cara de disgusto.
-Pruébalo, no es tan amargo, tuve cuidado con la cantidad. Con inseguridad y asco niño agarra con ambas manitas su vaso con Emilia a su lado que cuidad que no se le cae el vaso.
-¿Y, cómo está? - lo pregunta cuando alejo el vaso.
-Bono.
-Ves, no te mentí. Ahora dime ¿Qué te gustaría comer? Tú dime, yo te lo paso, eres el primero y eso te dan la ventaja.
-Bunas días - saluda la niña con la muñeca en los brazos.
-Buenas, cariño. Ven - volteando la cabeza, sonriendo la saluda y dando golpes con la palma a sus muslos, la llama a acercarse.
Cuando la niña llega la pone sentarse en ella para preguntarla antes de llevarla a sentarse.
-¿Qué quieres beber: cacao, jugo, leche o agua como tu hermanito? Y escoge de la mesa lo que gustes.
Frotándose el ojo del sueño, David entra en la cocina donde la escena lo hace detenerse.
-¿Qué pasa aquí?
-Buenos días - dice sonriendo. - Desayunamos, ¿Cómo se ve?
Impactado se acerca a la mesa.
-¿De dónde son estos pastelillos? - pregunta mirando un plato lleno de los que comía cuando eran niños.
-De la panadería, ¿de dónde crees que serían? Seguro no lo hice yo.
-¿Nuestra panadería sigue abierta? - por segunda vez esta mañana se sorprende.
-Si y como vez siguen haciendo nuestros favoritos - dice, pasando con la mano por encima de la mesa y todo en ella. - Tienes y tu café ahí - dice, enseñando al rincón de la mesa donde él se sienta.
Nora la jala de la camisa para llamar su atención:
-Dime, amor - le dice, bajando la cabeza para mirarla.
-Quiero ese - dice, apuntándolo con el dedito.
-Enseguida. ¿Tienes guardados los adornos de navidad o los debo ir a comprar? - pregunto mientras le pasaba la niña lo que busco.
David ya comenzó tomar café, por lo que trago antes de contestar:
-¿Para qué? Tengo algo.
-Pensé comenzar con los arreglos, por eso y vine, además...
Cuando terminaron de comer, los niños se fueron corriendo al baño, dejándolos solos.
David se armó de valentía para hablar:
-Emilia - pronuncio su nombre para llamar su atención.
Dejando los platos, se volvió hacia él.
-Sí.
-Mira, quiero pedirte perdón por lo de ayer - dijo, acercándose.
-No, la que te lo debe pedir soy yo. Tienes razón, mi trabajo me hace perder... Ya sabes - algo avergonzada admite. - Sabes que todavía no conocí a Harley.
-¿Eso es la más pequeña, de Karen?
Emilia responde cabizbaja asintiendo.
-¿Cómo? - pregunta sorprendido. - Las fotos, todo que me platicaste.
-Son lo que los demás me han contado y mandado, yo nunca la vi, ni por videollamada. Así de mala tía y hermana soy, únicamente mi trabajo, no veo lo demás.
-Emilia - dice con pena.
-Mira, hasta no intentaron llamarme para que me vaya con ellos, sabían la respuesta.
-Lo siento.
-No tienes porque, yo sola me lo eche encima.
-No digas eso...
-¡No!, es cierto y nada lo cambiará - lo interrumpe diciendo con la palma levantada.
-Si piensas que es tan grabe, siempre puedes buscar ayuda.
-¿Crees como profesional? No lo sé, por el momento me voy a dedicar a cumplirte, como te prometí ¿Dónde puedo encontrar las cosas de Navidad?
-Yo te los llevo antes de irme.
-Está bien.
Ella vuelve al fregadero mientras él se va a su cuarto a arreglar.
-Niños - los llama pasando por el pasillo a la sala. - Miran que nos trajo su papá - dijo, bajando la caja.
-¿Qué es?
-Arreglos de Navidad.
-Aaa - ambos quedan boca abierta inhalando.
-Ven, vamos a ver qué hay adentro.
Niños se sientan como ella en el suelo alrededor de la caja y ella la comienza a abrir.
Lo primero que saca es una bolsita de tienda que al abrir ve el papel aplastado. Sacando uno a uno se da cuenta de que se trata de los origamis con motivos de navidad.
-¿Qué es? - pregunta Nora.
-Unos origamis. ¿Saben que es? - atenta pregunta.
Cuando niegan con la cabeza, les explica:
-Son figuras hechas de papel. Estas son algo aplastadas por el tiempo que tienen de estar en caja... - dice, enderezando uno.
-¿A qué silve eto? - pregunta el niño, impaciente sacándolo de la caja.
-Es llamado el monocolor, como vez es un círculo hecho de bolitas en varios colores - responde, tomándolo de él para después dejarlo en el suelo.
-¿Eto? - pregunta la niña apuntando dentro de la caja. - ¿Pol que hay petonas?
-Es un belén, pesebre.
Encontrándose en dificultad de explicarles, pregunta:
-¿Han oído hablar de Jesús?
Gabriel encoge los hombros, mientras la Nora niega.
-Ok, eso resolvemos mirando unas películas de animes, lo entenderán mejor que si yo les cuento.
Mete la mano en la caja para seguir sacando las cosas.
-Vamos a ver que más hay - dice, haciéndolo. - Una tira de luces, ella se pone alrededor del árbol y cuando lo enciendes, brillan.
-Eso sabemos - dice el niño. - Lo tenemos en el kindl.
-Entonces algunas de esas cosas conocen, seguro han arreglado el árbol de haya. Miran bolas de cristal, ellas regresaremos a la caja, porque son peligrosas para ustedes.