Ciudad de Westheart
Una semana antes del reencuentro
La lluvia no paraba. Golpeaba el asfalto con la misma insistencia que el corazón de Nick Blodstone retumbaba en su pecho. Sangre, suya, se mezclaba con el agua sucia de la calle mientras corría, tambaleante, por el callejón trasero de la calle Danton.
—Vamos… vamos… —jadeó, presionando su costado, donde una herida abierta seguía brotando líquido rojo oscuro. Un rastro lo seguía, como una firma.
Giró la cabeza. Nadie. O peor: nada. Lo que lo perseguía no dejaba huellas.
Un zumbido extraño, como un lamento eléctrico, flotó en el aire. Las farolas parpadearon. Su reflejo en los charcos se distorsionaba, como si algo invisible estuviera detrás.
—¡Muéstrate! —gritó Nick, forzando su poder. Las venas de sus brazos se oscurecieron, marcándose como raíces. La sangre respondió a su llamado, formando cuchillas flotantes a su alrededor.
Silencio.
Luego, una risa. Seca. Ajena.
Nick se giró y lanzó sus cuchillas hacia la oscuridad. El callejón se iluminó en rojo por un segundo… pero no dio en nada. Solo el aire.
Un golpe seco lo levantó del suelo. Algo lo había embestido desde atrás. Chocó contra un contenedor de basura, que se deformó con el impacto. Tosió, escupiendo sangre.
—Que carajo… —murmuró.
La figura emergió de las sombras, solo una silueta imposible: alta, distorsionada, como si estuviera compuesta por varias formas a la vez.
—¿Que diablos eres?, ¡Muéstrate!…
La figura no respondió. Solo levantó la mano.
Nick gritó. Su sangre empezó a hervir, literalmente. Las cuchillas cayeron al suelo. Su cuerpo se arqueó.
—¡No…! ¡Ellos vendrán… Ellos van a encontrarte!
La figura se detuvo, solo por un segundo, como si dudara.
Y entonces, Nick sonrió. Una sonrisa sangrienta.
—La Dead Patrol nunca muere…
La explosión fue silenciosa. Una ola de sangre estalló en todas direcciones. Luego, solo quedó el sonido de la lluvia… y un cuerpo inerte, rodeado de charcos oscuros que no se mezclaban con el agua.
En la pared, escrita con sangre, una palabra:
"VUELVAN."