Dead Patrol

Donde comenzamos

La lluvia seguía, como si se rehusara a irse.

Kara estaba sentada en el alféizar de una ventana del segundo piso, los pies descalzos colgando. Afuera, las luces de la ciudad eran solo manchas borrosas tras el cristal. Detrás de ella, el sonido suave de pasos la alertó antes de que escuchara su voz.

—¿No puedes dormir tampoco?

Winn.

—¿Desde cuándo dormimos bien? —respondió Kara sin girarse.

Winn se sentó a su lado, cruzando las piernas. Silencio. Cómodo y punzante al mismo tiempo.

—¿Recuerdas la primera vez que vinimos a esta casa? —preguntó él.

Kara cerró los ojos.

—Claro que sí. Apestábamos a calle, a miedo... y a desesperación.

Winn sonrió apenas.

—Y Nick... se rió.

—“¿Vinieron con equipaje o con trauma?” —imitó Kara su voz, entre dientes, con una sonrisa débil.

—Y nosotros respondimos: “Un poco de ambos”.

Ambos se rieron, pero el sonido murió rápido. Kara bajó la mirada.

—Nosotros no éramos parte del equipo original. Éramos los de “último minuto”. Los que llegaron cuando el grupo ya se estaba desmoronando.

—Eso no es cierto.

—Sí lo es, Winn. Río, Maggie, Milo, Sherry... ellos vivieron las guerras. Nosotros apenas alcanzamos a ver las ruinas. Siempre fuimos los chicos nuevos. Los que estaban de paso.

—Nick no lo veía así —dijo Winn.

—Nick... —Kara tragó saliva— Nick era distinto. Él nos hizo sentir en casa. Incluso cuando el equipo no lo hacía. Él me enseñó a usar mis poderes, lanzar rayos sin electrocutarme a mí misma. Se quedaba conmigo cuando tenía ataques por las noches. Me dijo que tenía un corazón enorme... que iba a salvarme algún día.

—Y lo hizo —dijo Winn suavemente—. Nos salvó a los dos.

Kara apretó los puños. La voz quebrada.

—¿Y ahora quieres convertir esto en una misión? ¿Una más para tachar en el historial de la Dead Patrol?

—No es eso, Kara...

—¡¿Entonces qué es, Winn?! —gritó, volteando a verlo por fin—. ¿Una redención? ¿Una manera de sentir que somos “parte de algo”? ¡Nick no es un caso que resolver!

Winn la miró. En sus ojos no había enojo. Solo tristeza.

—Lo sé. Pero no puedo dejarlo así. No sin saber por qué. No sin entender qué pasó. Le debo eso.

Kara bajó la mirada.

—Yo le debo todo. Y por eso no quiero hacerlo. No quiero ensuciar lo que queda de él con secretos, con sospechas... con más dolor.

—¿Y si él también quería que supiéramos? —preguntó Winn en voz baja—. ¿Y si este era su grito de ayuda?

Kara no respondió.

Winn alargó la mano y le tomó la suya. Ella no la rechazó.

—Tal vez no éramos del equipo original. Tal vez nunca lo fuimos del todo. Pero eso no cambia que él fue nuestra familia. Y si hay algo que esta casa nos enseñó... es que la familia no siempre viene de donde uno espera.

El silencio volvió. Kara respiró hondo, conteniendo lágrimas que no quería soltar.

—Solo prométeme algo.

—Lo que quieras.

—No lo olvides. No permitas que esta búsqueda lo convierta en otra misión. No dejes que el Nick real se pierda en los detalles.

—Nunca lo haré —respondió Winn.

La lluvia golpeó el cristal con más fuerza. Pero dentro, al menos por un momento, la tormenta se calmó.




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