Dead Patrol

Oh viejo amigo, oh muerte fatal

La luz del sol comenzaba a cubrír la mansión Blodstone, después de semanas de lluvia. El viento sacudía las ventanas suavemente, y en el cuarto de Río, solo se escuchaba su respiración pausada.

Hasta que una mano tocó su hombro con firmeza.

—Río —susurró Milo—. Despierta. Tienes que ver esto.

Río entreabrió los ojos, adormilado.

—¿Qué pasa? ¿Nick esta bien?

—No es Nick —dijo Milo, con el rostro serio, pálido incluso bajo la penumbra.

Río se sentó en la cama, ya en alerta por el tono de su amigo.

—¿Qué?

—Rápido, en la sala. Lo están pasando en las noticias.

Ambos salieron rápidamente. Bajaron las escaleras en silencio, los pasos resonando como presagios. Al llegar a la sala principal, encontraron al resto del equipo reunido frente al televisor. Kara abrazaba sus piernas, sentada en el suelo. Sherry estaba de pie, inmóvil. Maggie tenía las manos cubriendo su boca conteniendo su sorpresa, Allegra apretaba los labios. Winn apenas parpadeaba.

Río entró sin decir nada. Su mirada se dirigió al noticiero local.

—...Los cuerpos fueron hallados en un callejón entre Elm y Herbor. La policía ha identificado al oficial Jeremiah Warlock, oficial con más de treinta años de servicio.

—Junto a él se encontró a una mujer cuya identidad aún no ha sido revelada. Aúnno se confirma la causa de las muertes, fueron encontradas unos símbolosjunto a los cuerpos.

—Se investigan posibles vínculos con crímenes anteriores.

El rostro de Jeremiah apareció en pantalla. Una foto antigua, sonriente, con su distintiva gabardina y su mirada cansada pero amable. El mismo que les compraba hamburguesas. El mismo que los defendía frente a la policía, el sistema, el mundo.

El mismo que ahora estaba muerto.

—No… —susurró Río, dando un paso atrás—. No puede ser.

El silencio en la sala era absoluto, solo interrumpido por la voz del reportero.

—El oficial Warlock era conocido por su cercanía con casos superhumanos y por su relación informal con la llamada “Dead Patrol”...

Río apretó los puños.

—Maggie, Milo —dijo sin apartar la mirada del televisor—. Prepárense para salir.

Maggie se giró hacia él al instante.

—¿A dónde vamos?

—A la escena. Quiero ver el lugar antes de cualquier otra cosa.

Milo ya había empezado a moverse.

—¿Y nosotros? —preguntó Kara desde el suelo.

Río la miró, sus ojos cargados de una rabia contenida.

—Ustedes se quedan. Nadie sale de la mansión sin mi permiso. Necesito que vigilen a Nick. Si algo ocurre me llaman.

Sherry bajó la mirada. Allegra ni siquiera habló.

Winn tragó saliva, incómodo.

Río se giró hacia Milo y Maggie, ya en la puerta.

—Vamos.

Y salieron sin más, dejando la sala en una oscuridad más profunda que antes.

Ahora sabían que la muerte de Nick no fue un accidente. El mismo símbolo estaba en sus investigaciones
Y estaba cazando... otra vez.




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