Dead Patrol

El futuro es tu creación

Reino espiritual

El velo líquido de los 7 minutos parecía temblar bajo los pies de Sherry. La oscuridad que antes se filtraba como un susurro ahora rugía dentro de ella.
Sebastian extendió la mano con calma, intentando atrapar su mirada.

—Sherry, respira. No podemos dejar que te consuma.

Ella se volvió hacia él, ojos brillantes como brasas.
—¿Controlarme? ¿Otra vez? ¿Someterme para que otros estén cómodos? —su voz era una mezcla de ira y cansancio—. Ya no lo haré. Nunca más.

Sebastian tragó saliva, manteniendo la calma.
—Se que todo fue horrible, pero tienes que confiar en mi. No estás sola. No tienes que hacerlo sola.

—¿Confiar en ti?, tu eres que ellos, quieres controlarme, ¿Por que? ¿Por miedo?. Estoy cansada de fingir, Sebastian. Estoy cansada de esconderme, de callar, de sacrificarme por ellos. Mi poder no es una maldición que se pueda encerrar. Es parte de mí, con todo lo oscuro y terrible que trae.

Sus palabras resonaron como un trueno sordo, sacudiendo la neblina del reino.

—Lo sé cariño, pero tienes que tranquilizarte.

De repente, sin aviso, un estallido de energía brotó de Sherry. Fantasmas invisibles, ecos de almas perdidas, explotaron en una onda expansiva que fracturó el suelo espiritual como si fuera vidrio.

Sebastian dio un paso atrás, protegiéndose.
-¡Sherry!

Pero la grieta se extendía, y con ella, el equilibrio del reino comenzaba a romperse.

Mansión Blodstone

En la sala principal de la mansión, la figura encapuchada de a quien tenían cautivo los observaba, disfrutando ver al equipo sufriendo. El ambiente era tenso. Río, Milo, Maggie y Allegra rodeaban al cautivo, mientras Winn y Kara se encontraban con Nick quien aun seguía en el piso.

—Tenemos que asegurarnos de que no escape —ordenó Río, con la voz dura—. Si lo hacemos, perdemos el rastro del Clan.

El cautivo levantó la cabeza lentamente, revelando uno de sus ojos fríos, casi carmesí. Su sonrisa era sardónica.

—¿De verdad creen que estoy preocupado por mí? —susurró—. Ustedes tienen cosas mucho más urgentes de qué ocuparse, que por nosotros.

Milo frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir?

—Nunca encontraran a el Clan Rojo, por que nosotros... somos una tormenta que nunca verán venir. Ustedes están atrapados en un juego mucho más grande, y ni siquiera lo saben. Y si no me dejan ir las consecuencias serán más graves que todo esto.

Río apretó los puños, pero Maggie hizo un gesto para calmarlo.
—Déjenlo ir. Tendremos tiempo para el Clan más adelante.

El cautivo soltó una carcajada baja, llena de presagio.
—Pueden intentarlo. Pero el camino que tienen por delante es mucho más oscuro y largo de lo que imaginan.

Con un movimiento rápido y una explosión de sombras, desapareció.

Despuésde que este se desvaneció, el grupo puedo enfocarse en lo importante, Nick estaba acostado en el suelo. Allegra, Winn y Kara lo rodeaban, visiblemente tensos.

Por un instante, Nick abrió los ojos, que estaban completamente negros, reflejando una oscuridad sin fondo. La sonrisa volvió a sus labios, esta vez más fría y profunda.

Sin previo aviso, comenzó a levitar lentamente, su cuerpo elevándose unos centímetros del suelo.

—No... —susurró Allegra, retrocediendo—. Nick, tienes que reaccionar...

Winn y Kara intercambiaron una mirada de terror mientras Nick fijaba su mirada en el equipo, como si pudiera ver cada uno de sus miedos más ocultos.

Reino espiritual

En el reino espiritual, la explosión de Sherry había dejado una grieta gigantesca, un vacío que tragaba todo a su alrededor.

Sebastian intentó acercarse a ella, pero la energía era demasiado intensa.
—¡Sherry, tienes que detenerte!

Ella agitó las manos, convocando una tormenta de espíritus furiosos que giraban a su alrededor, alimentándose de la fractura.
—No puedo. No quiero. No más control.

La grieta creció, y el reino comenzó a desmoronarse, fragmentos de recuerdos y almas atrapadas flotando en el vacío.

Sebastian cerró los ojos y murmuró un hechizo, intentando contener la destrucción.
Pero el poder de Sherry era imparable. Y ella lanzó todo su poder hacia Sebastian.

Mansión Blodstone

De vuelta en la mansión, Nick flotaba en silencio, sus ojos negros destellando con una luz oscura.

Río dio un paso adelante, dispuesto a enfrentarlo, pero la voz de Nick resonó en la sala, profunda y amenazante:

—Ella está a punto de despertar... Esto apenas comienza.

El aire se volvió pesado, la atmósfera cargada con una amenaza palpable.

Y el equipo se preparaba para lo inevitable.




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