Seis meses habían pasado desde la tormenta que casi destruyó la ciudad. Los edificios dañados eran ahora andamios y grúas, y las calles todavía tenían cicatrices visibles de lo ocurrido. La Dead Patrol recorría las zonas afectadas, ayudando en lo que podían: retirando escombros, asistiendo a los heridos y apoyando la reconstrucción de hogares. Así lo hacían desde que la tormenta terminó.
No todos miraban con gratitud. Algunos ciudadanos seguían furiosos por lo que había pasado con Sherry. Susurros sobre los muertos, el huracán y los poderes incontrolables flotaban entre la gente. Pero la patrulla no había venido solo a protegerlos; había venido a demostrar que podían confiar en ellos nuevamente.
El equipo decidió organizar una conferencia de prensa en el centro de la ciudad, un espacio abierto para que la ciudad escuchara directamente sus palabras. Las cámaras, teléfonos y micrófonos rodeaban el pequeño escenario, mientras decenas de personas se agolpaban, esperando lo que tenían que decir.
Río subió primero, su expresión firme pero calmada.
—Ciudadanos de Westheart —comenzó—. Hace seis meses, todos vivimos un momento que ninguno de nosotros olvidará. No solo la tormenta fue devastadora, sino también el tener de vuelta a nuestros seres queridos para después volver a perderlos, y sabemos que muchos perdieron confianza y seguridad.
Maggie continuó, con voz clara:
—Pero estamos aquí para ayudar a reconstruir, para demostrar que la Dead Patrol no solo protege, sino que también respalda a esta ciudad en los momentos difíciles, sabemos que han pasado años, pero estamos juntos de nuevo para ello.
Kara y Winn se turnaron para explicar los esfuerzos de la patrulla: coordinación con equipos de rescate, asistencia a los afectados y medidas para que situaciones como la de Sherry nunca vuelvan a ponerse fuera de control.
Cuando llegó el turno de Milo, su tono, aunque frío, transmitió sinceridad:
—No podemos borrar lo que pasó, pero sí podemos aprender de ello y asegurarnos de que esta ciudad y sus ciudadanos estén siempre protegidos.
Al final, Río cerró la intervención con una mirada directa a los presentes:
—Sabemos que algunos todavía sienten miedo, incertidumbre o enojo. Lo entendemos. Pero estamos aquí para quedarnos, para reconstruir y para demostrar que podemos ser confiables. No solo como héroes, sino como vecinos, como parte de esta ciudad.
La multitud permaneció en silencio unos segundos, asimilando cada palabra, antes de que surgieran murmullos, tímidos al principio, que fueron creciendo hasta llenar la plaza. Algunos ciudadanos continuaban dudando, pero la mayoría comprendía que la Dead Patrol no solo había sobrevivido a la tormenta, sino que estaba dispuesta a ser parte del renacer de Westheart.
Antes de que el equipo pensará en bajará del escenario, uno de los reporteros presentes los ataco con la siguiente:
—En el pasado ustedes fueron culpables de muchas muertes, la ciudad ya no confiaba en ustedes desde antes, ¿Por que debemos hacerlo ahora? cuando esto también fue su culpa.
Otro reportero agregó.
—Estuvimos bien sin ustedes estos años, y ahora vuelven y con ustedes también el caos.
Sabían que el camino hacia la aceptación completa todavía era largo, pero también sabían que, juntos, podían enfrentarlo.