Dead Patrol Y El Reino Espiritual

Puedes pasar

Winn toco de nuevo la puerta de su amigo, esperando que lo dejara pasar esta vez.

—¿Esta todo bien? —preguntó con cautela.

—Si, todo bien no te preocupes.

—¿Puedo pasar?

Río tardo en responder, pero al final dejo pasar a Winn, quien solo quería estar con su amigo. Los últimos dos años los habían vuelto unidos, tanto a ellos dos, como a todos en general, solo eran los cinco después de todo.

—¿Qué pasa Río? —le pregunta mientras se sienta junto a él, ambos recargados en la pared cerca de la puerta.

—No es nada, ya lo tengo controlado —le responde mientras pasa su mano por su rostro.

—Sabes no se bien que es lo que pasa contigo, pero se que te tiene alterado.

—¿Qué te hace pensar eso?

—Nunca pasas tiempo en tu habitación.

Ambos rieron, una pequeña risa entre tanto silencio lleno de angustia y dolor.

—Carajo, debo estar muy mal entonces —sonríe agachando la cabeza.

—Anímate, ya casi Halloween...nos gusta Halloween.

Apesar del esfuerzo por animar a Río, Winn no sabia que además de ser una fecha que le encantaba a el, también le traía tristeza, después de Halloween llegaba el cumpleaños de Lena y eso lo hacía sentir miserablemente más culpable.

Río se sincero con Winn, contándole que el tenia una hermana que vivía también en la mansión, Winn y Kara llegaron tiempo después de su muerte.

—¿Recuerdas al títere maestro?

—Como olvidar a ese psicópata.

—El mato a mi hermana...se llamaba Lena. Kara y tu no la conocieron, aunque me hubiera encantado que si —respiro profundo y siguió contándole, —un día el Títere Maestro regreso a ocasionarnos problemas y fuimos a detenerlo, Lena tenía poderes, pero nunca deje que se involucrara en estas cosas.

Mientras le contaba a Winn lo ocurrido, podía sentir la misma tristeza que sintió ese día, como si las heridas volvieran a sangrar.

—Al final todo fue una distracción, el títere no estaba en el hospital infantil como nos habían reportado, el estaba aquí en la mansión y solo quería mantenernos ocupados.

—¿Para que? —preguntó Winn.

—El...el quería a Lena —sus manos recargadas en sus rodillas comenzaron a temblar, —cuando nos dimos cuenta de donde estaba ya era demasiado tarde, llegamos a la mansión y ella ya estaba...

Río no pudo continuar, lo intento, pero no pudo más. Winn lo observó con profunda tristeza, lograba ver el dolor que cargaba a pesar de los años. No le dijo nada, no trato de consolarlo, solo se quedaron ahí sentados hasta que Río estuviera bien.




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