Ayo

En lo profundo del inframundo, donde las peores almas habitan, existe un lugar donde si necesitan ayuda magica, puedas encontrar lo que necesitas. Sebastian se encontraba tan desesperado que regreso al lugar al que juro que jamas regresaria, esta vez el necesitaba la ayuda de una vieja amiga.

Mientra recorria las calles, las almas que alguna ve envio ahi lo reconocian, todos ahi en el inframundo sabian quien era el, y tambien sabian donde se encontraba Ayo.

Sebastian se aserco aun viejo conocido, alguien quien siempre esperaba entre en las calles a mujeres que buscaran saciar sus oscuros deseos.

—Hola sarnoso.

—Sebastian, mira lo que el diablo escupio por aqui.

—Solo vengo de pasada.

—Como siempre -le ofrecio algo de fuego para que pudiera enscender su cigarro.

—Gracias —disfruto de su cigarro y pregunto —, ¿Sabes donde esta Ayo?

—Si, donde siempre.

—¿El agujero?

—Es un lugar muy popular.

Sebastian le agradecio y luego se despidio. El agujero era un lugar donde todos se reunian a tomar, disfrutar de mujeres o de hombres, apostar, entre tantas cosas, asi como era de tentador de iual manera era muy peligroso.

Al llegar al lugar, Sebastian busco a Ayo por todos lados, hasta que a lo lejos pudo escuchar como algunas personas eran expulsados del agujero por intentar pelear con una mujer, una mujer que les habia ganado en las cartas. Se dirigio a la mesa y ahi estaba ella, tomando las cartas para preparar otro juego.

Sebastian se puso frente a la mesa, pero ella aun estaba ocupada con su victoria.

—Si quieren jugar mas vale que no seantan llorones.

—No soy tanto de cartas.

Ayo alzo la mirada, viendo de quien se trataba.

—Soy mas de ruleta.

—Sebastian —dijo ella con rencor.

—Hola cariño.

—¿Que carajo haces aqui.

—Ya sabes queria saber como estabas -tomo asiento, tomo una botella, tomo un trago y al terminarlo puso el vaso de vuelta en la mesa con agresividad —, y tambien para saber por que mierda le hablaste del libro a Sherry.

—No se de que me hablas —respondio con sinismo —, te ves muy alterado.

—No me vengas con estupideces, se que fuiste tu.

—Y que si fue asi, ¿Que haras? —ella disfrutaba retar a Sebastian hasta llevarlo a la ira.

—No sabes lo que hiciste —recargo sus codos sobre la mesa y con una sonrisa sinico le advirtio —, pero quiero saber que logras tu con esto.

Ayo de igual forma se recargo sobre la mesa y con la misma sonrsa le respondio.

—Lo hice solo para molestarte —de manera burlona le diio un pequeño golpe en la nariz —, veo que funciono.

Sebastian se recargo hacia atras, en su rstro se podia ver su molestia, pero su expresion rapidamente cambio, sabia como convecerla para que lo ayudara.

—Sabes no me molestare contigo.

—Wow gracias.

—Pero necesito tu ayuda.

—¿Mi ayuda? —comenzo a reirse —, ¿Por qué carajo deberia ayudarte?

Sebastian se sirvio otro trago y alzo su vaso en manera de brindis.

—Por que Wendell es libre.

Ayo se vio sorprendida, no creia lo que Sebastian habia dicho.

—Imposible, lo encerramos en el reino espiritual.

—Y dime, ¿Que paso hace dos años?

—Sherry —Ayo suspiro con preocupacion —, okey eso si es un problema.

—Claro que si.

Ayo aun no entendia para que ecesitaba Sebastian, que necesitaba que tuvo que regresar a esta lado del inframundo.

—¿Que quieres de mi? —pregunto.

—Pues gracias a ti Sherry esta quien sabe donde y con ella ese maldito libro.

—¿Por que no la buscas con sus amigos? —recordando cuanto deseaba regresar con ellos —, moria por volver con ellos.

—Lo mismo crei, pero durante todo este año no los a visitado.

Debido a la situacion, Ayo acepto ayudarlo solo a encontrarla.

—Esta bien, viendo lo deseperado que estas te ayudare —esta vez se sirvio un trago para ella y para Sebastian, tomo el suyo y lo alzo en manera de brindis —, pero solo a encontrarla, ¿trato?

Sebastian tomo el suyo y brindo junto a ella, aceptando el trato, pero encontrarla aun era un reto. Para su suerte el inframundo ofrecia una basta variedad de opciones.