La cena estaba servida, un festin muy especial para invitados muy especiales. En la mesa habia un pavo esquisito, pure de papa, ensalada, pan y vino para poder brindar. Todo lucia delicisoso, pero el hecho de no saber que estaba pasando realmente no los dejaba disfrutar.
Ayo no entendia en que momento prepararon todo esto, parecia mas un acto de brujeria que de una buena cocinera.
—En que momento prepararon todo esto —murmuro.
—Oh bueno hemos tenido practica —respondio Chloë —, Sherry es muy buena cocinando.
—Basta —dijo sonrojada —, la verdad es que yo solo ayudo en lo que puedo, Chloë es quien hace todo.
—No me digas —respondio Sebastian extrañado.
Al ver la actitud tan peculiar de ambas, Sebastian dio golpe en la pierna de Ayo, dandole la señal para que indagara mas.
—Oigan, ¿Y desde cuando se conocen?
—Pues yo diria que de toda la vida —respondio Sherry viendo a Chloë.
—Si la verdad es que nos distanciamos un tiempo y cuando nos reencontramos, decidimos no separarnos mas.
—Entonces, ¿son pareja o ago asi? —pregunto Ayo de una manera picara.
—No realmente —respondio Chloë de manera algo nerviosa —, si hemos tenido nuestros deslices, pero...
—Pero nada formal como para llamarnos pareja.
—No sabia que eras del mismo bando Sherry —agrego Sebastian.
Ayo penso rapidamente en como terminar con este juego de la pareja feliz.
—Una ultima pregunta, ¿coomo terminaron viviendo juntos?
Chloë y Sherry se mostraron extrañadas de tantas preguntas, pero a la vez entendian que Ayo las tuviera, no era muy comun verla para ellas.
—Perdon es que Sebastian y yo casi no nos vemos, así que por eso no estoy al tanto de todo.
No hay problema —respondió Sherry —, la verdad es que sentía la necesidad de venir aquí, sentí que algo me llamaba y fue cuando encontré a Chloë.
—Está casa era de mis padres, así que dije por que no darle un buen uso.
Continuaron con la cena, aunque un quedaba una duda, ¿Por qué nunca busco a la patrulla?, parecía que Sherry era muy feliz en Ridgewood, pero la última vez que Sebastian estuvo con ella, ella solo quería ir con su familia.
Sebastian termino de cenar, se puso de pie y encendió un cigarro, pidió disculpas si eso les molestaba, pero ya llevaba tiempo sin fumar uno. Fue cuando cuestiono a Sherry por estar aquí y no en Westheart.
—Dime cariño, ¿Por qué no buscaste a Río... —preguntó mientras el humo fumaba una nube cerca de el —, o Milo, Winn o alguno de ellos?
La mirada de Sherry se lleno de confusión, sus ojos reflejaban la duda de no saber de quienes hablaba.
—Perdón, pero quienes son ellos —titubeo—, ¿amigos tuyos?
Ayo se puso de pie, su cuerpo se encontraba alerta, pero su expresión era tranquila.
—No recuerdas al circo al que llamas amigos.
Sherry entre risas nerviosas busco refugio en Chloë, no por miedo, sino buscando respuestas. Sebastian lo noto.
—¿Esta todo bien cariño?
Sherry lo miró fijamente, poco a poco sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, aquello mirada de confusión comenzó a desvanecerse lentamente, sus puños comenzaron a cerrarse, sus ojos buscaban desperadamente algo y una lagrima comenzó a resbalar en una de sus mejillas.
—¿Sebastian? —suspiro sintiendo alivio.
—Si soy yo —comenzó acercarse a ella quien aun no se levantaba de la silla.
Chloë comenzó a mostrarse preocupada, intentando consolarla ante lo que fuera que la hubiera hecho sentir abrumada. Pero Sherry al verla se mostro sorprendida por su presencia.
—¿Chloë?
—Si, ¿todo bien?
Sherry comenzo a analizar la situación, clavando su mirada fijamente en Ayo, y cuando pudo reaccionar de inmediato le dio una orden.
—Ayo...atacala.
Sin dudarlo, Ayo atacó a Chloë con un hechizo de poder, que la lanzó fuera de la casa, lo que hizo que Sherry recuperará completamente la consciencia.
—Sherry, todo est bien, aquí estamos ya.
—Que carajo —dijo Ayo — explicame, por que acabo de lanzar a esa rubia fuera de la casa.
Sebastian ayudo a Sherry a levantarse de la silla, parecía débil, pero poco a poco recuperaba fuerzas.
—Chloë es una bruja, hace años que ninguno de la patrulla sabía nada de ella —explicó Sebastian —, ¿Por qué esta aquí contigo?
—Solo recuerdo llegar aquí por alguna razón, y ella me encontró —respondió Sherry entre suspiros.
—Pero que quiere ella, que decido volver a aparecer.
Ayo entendió rápidamente que buscaba, y al ver a Sebastian ambos al unísono dijeron.
—El libro.
De pronto el cielo se oscureció, fuera de la casa el viento golpeaba las ventanas y los árboles perdían aún más rápido sus hojas, el cielo retumbaba entre relámpagos y quien los esperaba ya no era Chloë...era la bruja.