Dead Patrol Y El Reino Espiritual

Criatura

El aire en la mansión se siente más pesado a cada paso.
Los ecos del grupo se mezclan con el viento que silba entre las paredes agrietadas.
Winn camina detrás de Maggie y Milo, mirando hacia atrás una y otra vez.

Algo no encaja.

—¿Dónde están Kara y Río? —pregunta, deteniéndose.

Maggie gira apenas la cabeza, notando su ausencia.
—Creí que nos seguían.
—No. No están. —Winn frunce el ceño, el pulso acelerad —. Yo… voy por ellos.

Milo quiere protestar, pero el tono de Winn no deja lugar a discusión.
—Sigan. Los alcanzo.

Y antes de que alguien diga algo más, se da media vuelta y baja por el pasillo oscuro. Sus pasos resuenan solos ahora.
El pasillo está lleno de sombras que parecen moverse cuando no las mira directamente.
—Kara… Río… —su voz apenas se escucha.

Nada responde, solo su propia respiración.
Y entonces, otra se suma. Una respiración profunda, rasposa y sedienta de sangre: un animal, un monstruo.

Winn se queda helado.
No era humana.
No venía de ninguna dirección exacta: estaba en todas partes.

El aire se vuelve más frío. Su aliento sale en vapor.
Y entre la penumbra, algo cruje.
Una figura delgada, enorme, huesuda.
Ojos vacíos. Dientes largos, goteando oscuridad: El Wendigo.

Winn retrocede, el corazón desbocado.
La voz del Wendigo resuena en su cabeza: "No tengas miedo, solo quiero saborear tus huesos"

Trevor.
Antes de que todo se fuera al infierno, fue miembro de la Dead Patrol, Winn solo lo pudo conocer como el monstruo que era y ese mismo monstruo le causaba terror. Nunca habló de eso, nunca contó que cada noche tiene pesadillas sobre el entrando y devorandolo.

Ahora, Trevor ha vuelto.

El Wendigo gruñe, un sonido que parece romper el aire.
Winn se lanza detrás de un mueble destruido, conteniendo la respiración.
Escucha el crujir de las garras en el suelo, el olor metálico de la sangre vieja.

El monstruo pasa cerca.
Sus pasos lentos.
Su sombra cubre la pared como un eclipse.

Winn se arrastra, temblando, hasta alcanzar su arco plegable. Sus manos tiemblan, mientras trata de abrir un portal para huir.

El Wendigo se detiene, inhala y se gira hacia él.

Los ojos de Trevor, los de antes parpadean apenas por un instante. Winn duda y el monstruo salta.

Winn abre un portal cerrandolo rápidamente, partiendo a la mitad al Wendigo.

Winn respira con dificultad. Se acerca, temblando.
—Lo siento, hermano… —susurra.

Pero entonces, un crujido.
El cuerpo del Wendigo se mueve, volviéndose a unir nuevamente.
Las costillas se reacomodan, los ojos se abren.
Una sonrisa retorcida se dibuja en su rostro.

El Wendigo se levanta.

Winn retrocede, una pequeña rafaga de luz apenas se hace notar entre sus manos temblorosas. La respiración del monstruo vuelve, más fuerte, más cercana.

Y la cacería…comienza otra vez, y Winn busca la manera de sobrevivir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.