Boston, Charlestown.
Mayo, 1978.
…
—Entonces… Dices que acabaste en el bosque a mitad de la madrugada, pero ¿no recuerdas cómo llegaste ahí?—preguntó el pelinegro con intriga.
T/n asintió. Ella obviamente recordaba todo, pero no se lo contaría a un tipo que acaba de conocer y pues quien según su criterio era extraño. No en el sentido físico, puesto que su ropa no era tan diferente a la que usaban en su tiempo actual. De hecho, él parecía una persona de 2019, pero… con pantalones negros y amplios.
—¿Y así me llamaste demente a mí?—Jungkook sonrió con sarcasmo
—Bueno, es algo difícil de explicar—respondió ella—Aún así,sigo creyendo que lo eres. ¿Quién tiene posters pegados en su habitación en pleno siglo XXI?—T/n no analizó sus palabras hasta que vio la cara de extrañeza de Jungkook—Ja ja ja, ¿dije XXI? Tienes razón, yo soy la demente—escondió su rostro.
Jungkook se frotó la sien con su mano derecha sin apartar la vista de la chica.
—Ha dejado de llover—dijo él. T/n volteo cautelosamente y corroboró que era verdad. Sin embargo, para ella no significaba nada, no tenía a donde ir y la única persona que conocía era a aquel chico que estaba delante de ella.
—Ahora como regreso… —murmuró T/n para sí misma, pero Jungkook logró captarlo.
—¿Por la puerta?—dijo este
T/n tenía miles de preguntas. Primero, ¿Cómo es que viajó a 1978? ¿Cómo es que Jungkook sabía de ella? ¿Por qué decía que tenía un hermano menor? ¿Es primero la leche o el cereal? Y ¿Por qué este extraño la miraba tanto?. Bueno, para la última pregunta si tenía respuesta.
—Según tú… ¿Me has visto antes por aquí?—preguntó ella
Él dudó —Algunas veces. Saliste en la portada de la escuela, cerebrito—se burló
—¿En qué portada? ¿Y-yo?
—Ohhh vamos, Lee, no juegues. Sabes bien que eres una obsesionada de la ciencia—Jungkook notó a la chica pérdida en sus palabras—¿La tormenta te aflojó el cerebro? ¿O tienes amnesia?
Ciencia.
T/n había crecido con esa palabra toda su vida.
Pero también, esa fue la razón por la que está en ese lugar.
—Jungkook —la voz de una mujer se escuchó por detrás de la puerta—¿Estás con alguien?
Ambos se miraron y permanecieron en silencio.
—Jungkook, he oído voces, abre la puerta ahora mismo.
—Estoy leyendo mamá, lo siento.
—¿Tan temprano?—respondió
—Tengo examen, solo me preparo…
—Jungkook, si no abres llamaré a tu padre.
El pelinegro maldijo en voz baja.—Sal por la ventana, si mi madre te ve en mi habitación y con mi ropa, nos matará a ambos.
—¿Qué? ¿Y por qué?
—Digamos que ella es fiel creyente que el hombre es para dos mujeres. Su madre y esposa. Y que el hombre tiene que guardarse para su futura esposa y no tener a nadie más antes de ella.
—Oh, eso es… tan de esta época—dijo con el ceño fruncido.
—¡Jungkook!—los sonidos de la puerta se volvieron intensos—Si estás con alguna chica, ya verás.
—Tienes que irte ahora—la llevó hasta la ventana y la ayudó a salir sosteniendo su mano antes de bajar las escaleras.
—¿Pero a dónde voy?
—Tu casa está a la vuelta, cerebrito—rodó los ojos
—Ahhh, si…si.. Claro, pufff, obvio lo sabía —ella dijo nerviosa.
—Ajá
T/n soltó la mano de Jungkook para saltar al suelo justo a tiempo antes de que su madre entrara. Luego de eso, ella solo salió de la cochera para finalmente saltar la cerca.
En las novelas románticas que había leído, siempre el chico es el que huye de los padres de la chica, pero en su historia fue diferente. Fué ella la que terminó escapando.
***
T/n recorrió el vecindario. Todo era nuevo para ella. Sin duda estaba en otros tiempos, se notaba por el diseño de los autos, el atuendo de las personas e incluso el mismo ambiente. Las casas tenían diseños particulares de la época.
Cuando llegó a la vuelta de la casa de Jungkook no sabía a qué puerta tocar.
—T/n, cariño. ¿De donde vienés?—dijo su mamá mientras barría afuera de su casa.
Bueno, en realidad no era su mamá. Ella jamás diría eso, tampoco se vestiría con esa gran falda blanca y blusa rosa. Sino, que era una mujer parecida a su madre.
¿Qué significa todo esto?
T/n se quedó en shock al verla.
—¿Cariño? ¿Qué pasa?—sonrió su mamá—Parece que has visto un fantasma.
—¿C-como…?—se quedó sin palabras —No es posible…
—Hay hija, debes estar cansada —se acercó y la tomó de los hombros—Entra a casa y duerme. Estar todo el tiempo en tus experimentos te tiene estresada.
La pelinegra no pudo articular palabra alguna, así que solo se obligó a entrar.
La casa por dentro se parecía a la suya en su tiempo. Ella revisó la sala, donde había varios cuadros con fotos. En ellas estaban T/n con un chico pequeño a su lado.
—¿Qué ocurre? Nunca ves la fotografía de tu hermano
—¿Hermano?—repitió con dificultad
La mayor asintió.
Fué ahí que T/n lo entendió. Ahora todo tenía sentido.
Ella no sólo había viajado en el pasado.
Sino que también a otra línea.
Una línea paralela.