"—Cuenta la leyenda que hace muchísimo tiempo atrás, entre la soledad y tiempo después de la traición de su ángel más querido, Dios creó un ave que sería su compañera en su eterna soledad. Un ave cuyo canto era tan dulce, que algunos decían que su melodía podía curar los dolores del alma. Dios le llamó Fenicia, como el pueblo de donde saco las plumas para su creación. Unas plumas tan brillantes y de hermosos colores que dejarían embelesados al mundo.
Lucifer al enterarse de aquello, exigió ver al animal. Cautivado por su belleza, el príncipe del infierno, se detuvo a contemplarle, invadido por la envidia, el enojo y los celos, no pudo soportarlo, y de un chasquido de sus dedos, prendió fuego al ave, haciendo de sus hermosos plumajes, solo cenizas. Satisfecho con haberle arrebatado su compañero a quien le desterró del cielo, Lucifer volvió victorioso al infierno después de su venganza. Fue tan grande la pena de Dios, que los cielos tronaban, los rayos caían al escucharlo llorar y en la Tierra, las catástrofes naturales estaban haciendo estragos. Ni los ángeles más cercanos a él, encontraban consuelo alguno para su creador. Y leales solo se mantenían a su lado.
Fue así, que de la chispa de Lucifer, el pájaro tomó el poder de la inmortalidad, de las lágrimas de su creador, tomó el poder de la curación. De esta manera, gracias a esto, Fenicia resurgió de sus cenizas, calmando con su melodía no solo a los cielos y a la Tierra, sino la gran pena que poseía Yahvé. El ave se proclamó así misma Fénix y en la Tierra los humanos felices con aquella ave, mostraron su agradecimiento contando el cuento de la vida, llamando al Fénix, el ave que no solo embeleso a Dios, sino que renació del mismo fuego de Lucifer. Para ellos Fenicia significó vida, curación y renovación.
Como regalo de dicha alegría, el soberano de los cielos, quiso compartir su felicidad con sus humanos, dejándola en libertad sobre la Tierra, no sin antes convertirla en uno de ellos. Creando así, una joven muchacha de cabellos rojizos como sus plumas, ojos verdes como los rosales donde aquella hermosa ave solía posarse, y unas hermosas pecas que simbolizaban la fuerza y la inmortalidad. Ella disfrutaría de una vida longeva en la Tierra, llena de protección de sus humanos, quienes estaban eternamente agradecidos. La vida entonces, fue simbolizada por la voluntad de Fenicia, ahora llamada Fénix por los mortales, quien con sus cantos en la Tierra lograba hechizar a todos los mortales. Inclusive Dios, solía detenerse y detener todo a su alrededor para escucharla recitar tan hermosas melodías. Pero esto, es solo la mitad de la historia. —"
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Editado: 22.01.2021