Uriel esperaba a la princesa en el campo y cuando al fin apareció éste suspiró con molestia.
-Llega tarde princesa- nunca le agradó esperar y Adelaide comenzaba a hacer récord.
-Lo siento pero siempre me cuesta levantarme- dijo haciendo un puchero.
-Bien princesa, hoy practicaremos con tus dones- Adelaide se tensó ante las palabras de su amigo.
-sabes perfectamente que no puedo- dijo asustada.
-Puedes, practicaremos lo más sencillo ¿de acuerdo? Estaré para apoyarte- ella mantenía su vista en un punto fijo, perdida en sus recuerdos.
Flashback.
-Solo concentrate- Desmond estaba frente a ella, la tomó de los hombros dándole apoyo- yo estoy contigo- ella solo asintió y comenzó a hacer uso de sus dones.
Mientras creía que lo había logrado, su magia se intensificó y se salió de control, intentó pararlo pero no podía.
Desmond intento acercarse pero no lo dejó, luego todo se hizo más difícil, luces se desprendían de su cuerpo atacando a todo aquel que tuviera enfrente, levantó la vista y pudo observar a sus amigos caer cuando las luces chocaron contra ellos.
El dolor que sintió al ver a sus amigos fue tan fuerte que se derrumbó y todo se desvaneció.
Fin de flashback.
Uriel sabía lo que pasaba, tomándola de los hombros la sacudió suavemente haciendo que reaccionará.
-Deja de culparte- ella solo lo observó con sus ojos cristalizados- No es tu culpa, ¿entiendes?
Ella solo asintió y dejó que su amigo la consolara, cuando se sintió segura se apartó é hizo que su amigo se apartará lo más lejos posible de ella, se relajó y respirando hondo comenzó a hacer uso de sus dones.
-muy bien, ahora intenta darle a ese árbol.
(No pasa nada, respira) se dijo así misma, logro darle al árbol haciendo que esté cayera, impresionada por lo que había hecho mientras su amigo festejaba.
-Lo logré- susurró para si misma.
-Lo hiciste- dijo abrazandola.
Al terminar el entrenamiento, Adelaide observó a sus amigos quienes al verla sonrieron para después ofrecerle sus brazos, gustosa corrió hacía ellos uniéndose en un abrazo todos, la princesa era feliz, ahí con sus compañeros con los que estuvo 17 años, casi 18 y no dejaría que nadie se metiera con su felicidad.
-Bien mañana será mi turno torturarte- dijo Connor divertido.
-Dios no- dijo riendo la princesa- Desmond ayudame, no dejes que nada malo me pase.
-Mi entrenamiento será peor- dijo retando a Connor.
-¿Estás retandome Desmond?- dijo poniéndose frente a él.
-¿Y qué si lo hago?- ambos se miraban sin pestañar, ambos se fundieron en una pelea cuando Desmond lo tomó del cuello y comenzó a raspar su cabeza con el puño.
-De acuerdo, tu ganas- dijo soltándose del agarré mientras sonreía.
La princesa se hecho a reír y ambos la miraron con gesto molesto, cuando ella paró se disculpo y miró a sus amigos quienes ya tenían un plan macabro. Al ver sus caras Adelaide retrocedió pues sabía que sus intensiones no eran buenas.
-Chicos recuerden que soy la princesa- dijo intentando ganando tiempo.
-¿Y?- respondieron al unísono.
-Yo mando sobre ustedes- dijo tomando una posé segura de si.
-No mientras estés a nuestro cargo.
Adelaide corrió unos pocos metros antes de que sus amigos la derribaran con bolas de nieve mientras iban por ella y pelear para llevarla a entrenar.
—Uriel ayudame! —dijo estirando su mano.
—Lo siento pero sabemos que ambos me acabarían —sonriendo dejo que se la llevarán.
(...)
-Informes!- dijo el hombre.
-Señor, están entrenado a la princesa, si esto sucede será nuestra ruina.
-Traiganla ante mí.
-Si señor- dijo haciendo una reverencia para marcharse.
(Esos tontos arruinan mis planes, conseguiré a la princesa, cueste lo que cueste).
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Editado: 01.09.2020