Al abrir mis ojos, puedo notar que es de día, mi espalda duele, no puedo creer que nos quedáramos a dormir en la oficina, esta chica es un caso único, veo a mi alrededor pero no veo a Adeline por ninguna parte, será que volvió a casa temprano y no me despertó.
Una de las encargadas del aseo toca la puerta de la oficina y dice,
—Buen día Joven.
Me levanto del suelo y saludo un poco apenado y con mi mano en el cuello,
—Buen día.
Ella comienza a asear la oficina, yo me dirijo al tocador, comienzo a lavar mi rostro, cuando recuerdo el medicamento que guarde en la bolsa de mi pantalón, la curiosidad me domina y decido buscar en internet, para lo que es el medicamento que tenía Adelina en su bolso.
Según lo que investigue es un medicamento para dolores demasiado fuertes, pero no encontré nada específico, me comienzo a sentir mal por Adeline, yo he sido tan malo con ella, la estoy obligando a que pague por mi computadora, al salir del tocador noto que ella viene entrando a la oficina, le sonrió y saludo amablemente,
—Hola Adeline, ¿Cómo estás?
Ella me ve seria y levanta una ceja,
—¿Qué te sucede? ¿Por qué de pronto eres amable conmigo?
Llevo una mano a mi cabeza y digo nervioso,
—¿Quién está siendo amable contigo? Estás loca, solo quería ser educado, pero veo que no conoces la educación.
Ella dice molesta,
—Que infantil, solo te hice una pregunta, tú no eres amable ni educado conmigo, veo que no fuiste a tu casa, aún usas la misma ropa de ayer. —Dice en tono de burla.
La observo de pies a cabeza y puedo notar que ella regresó a su casa y pudo darse una ducha, no sé qué tiene esta chica, pero siempre encuentra la forma de hacerme enojar, digo tratando de retener mi enojo,
—Sabes que, cállate.
Ella sonríe con orgullo,
—Es demasiado fácil hacerte enojar.
Pongo mis ojos en blanco, suspiro y decido ignorarla, no puedo creer que le tuve lastima, tomo las pastillas y las coloco sobre su escritorio, ella me ve sorprendida y dice nerviosa,
—¿Cómo es que tú las tienes?
Digo sin darle importancia,
—Las encontré en el sofá, supongo que son tuyas.
Ella dice con total sinceridad,
—Muchas gracias, Joey, no sé lo que haría si hubiera perdido este medicamento.
La observo y noto que realmente ella necesita ese medicamento, digo algo serio,
—No me agradezcas, ¿a qué horas te fuiste?
Ella me observa aun nerviosa por sus medicamentos, pero en su mirada se nota un gran alivio,
—Me fui cuando el sol salió, debía darme una ducha, dormías tan profundamente que no quise despertarte.
Pienso, que le costaba despertarme, al menos me hubiera logrado dar una ducha. Me acerco a mi escritorio a intentar trabajar, pero recuerdo que mi ordenador esta dañado, veo a Adeline trabajando ella está muy concentrada,
—Saldré un momento, no tardare mucho.
Balbuceo un poco,
—Este, la reunión que tenemos pendiente, ¿podrías moverla a otra hora? —Pregunto, sin ver a Adeline.
Ella me ve con el ceño fruncido,
—Estas bromeando, ¿Cambiar la reunión?, Joey todo está preparado para las 10:30am, no podemos hacer un cambio de último momento, el jefe se molestará y sabes yo no quiero salir regañada por tu culpa.
Suspiro, ella tiene razón, pero la forma en cómo me dice las cosas hace que me moleste, así que digo de forma fuerte,
—Adeline, hablare con el señor Miller, tu habla con los clientes y diles que la reunión se pasara a las 11:30am, no es mucho lo que te estoy pidiendo, es algo que hasta tú puedes hacer.
Noto como las mejillas de Adeline se van tornando rojas, por el enejo, se levanta de su escritorio, coloca sus manos en puños,
—¿Joey te sientes bien?, ¿piensas que esto es un juego?, no podemos cambiar una reunión tan importante, no se trata de mis habilidades como empleada, y si piensas que con tus palabras me harás dudar de mi capacidad, estas muy equivocado, lo que tu pides es algo serio, si no logras entender algo tan simple como eso, realmente no sé qué haces aquí.
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