Decepción

Capítulo 1

NICK FOSTER 
 

En estos tipos de momentos me doy cuenta como mi vida se pone peor, la verdad es que ya era un asco.
 


 

Ya ordené todo, salgo de mi habitación y me despido de mi tío. Me dice que me cuide y que me quiere mucho, la verdad es que yo también lo amo, siempre a estado para mi y lo quiero como si fuera mi papá.
 


 

Salgo de la casa, me voy al aeropuerto, tomo el avión y toma 5 horas llegar a la universidad donde voy a estudiar.
 


 

Eduardo Samir, la única persona en quien confío, nos conocemos hace cuatro años. A sido un buen amigo, aunque me costó demasiado confiar ya que desde lo que paso cuando era solo un niño a echo que odie y desconfíe de las personas.
 


 

Él llego primero que yo porque tomo un vuelo más temprano, habíamos quedado en venir juntos pero el muy descarado después dijo que no. La verdad no le rogué para que lo tomara conmigo, menos le pregunté por qué no quería.
 


 

Me está esperando en el aeropuerto, está con una maleta que parece que llevará hasta la casa ahí adentro. Camino a su dirección, no me nota, está comiendo algo, desde mi punto no se que es.
 


 

Llego a su puesto, lo saludó y él me salta encima como si tuviera un año que no me ve, deja caer lo que estaba comiendo y yo que ya estaba preparado para quitárselo-tengo demasiada hambre-logro quitármelo de encima.
 


 

-Calma.
 


 

-¿Como que calma? Pensé que el avión se había estrellado y estabas muerto- me dice y luego ve la comida en el suelo 
 


 

-Tengo hambre, así que cállate-le digo caminando-Comamos algo para irnos 
 


 

-Yo también te quiero.
 


 

Pongo los ojos en blanco. 
 


 

Caminamos a un restaurante serca del aeropuerto, comemos y nos vamos al edificio donde nos quedaremos, no es tan lujoso como el de otros chicos pero es cómodo, de todas formas nadie vendrá, solo estamos mi mejor amigo y yo.
 


 

Acomodo lo que tengo que acomodar, él solo se queda viendo el celular, termino, dejando todo bien, coloco la alarma y duermo.
 


 

Llego a la dicha universidad y, me quedo asombrado, en las fotos no era tan grande, hay demasiados alumnos y eso no me gusta para nada. Llego al salón, hay más alumnos de lo que esperaba, en la parte de atrás están los típicos chicos que se meten con todos, en la parte de alante los nerds y hay chicas maquillandose.
 


La clase ya va a comenzar y hay un puesto vacío, cuando me pregunto de quien será entra una chica de cabello castaño. Ella está parada en la puerta esperando a que el profesor le dé permiso de entrar, él nota que ella aún no entra y...

-¿Que pasa señorita Evans?

-¿Puedo entrar?

-Claro.

-Con permiso.

La chica se sienta en el puesto vacío que está a dos puestos de mi, es baja de seguro mide unos 1.60. la clase no basa más de dar los horarios y esas cosas.

Tengo hambre, voy para la cafetería y pido algunas cosas, me siento en un lugar lejos de esos incompetentes. No me gusta estar rodeado de mucha gente, hace que quiera matarlos a cada uno, la misma chica de la clase pasa en frente de mi, me da una pequeña sonrisa. Por lo que he notado se las da a todos, debe ser aquellas chicas que cree que el mundo es color rosa y que todo le saldrá bien aquí, no sabiendo que por más que intentes hacer las cosas bien, para ellos no eres más que una boba que no sabe de nada.

Es hora de salir y me dio dolor de cabeza de tanta gente que vi. Llego a mi departamento, Eduardo esta en la sala con bandejas de comida en una mesita
 


-¡Hola!-dice mi mejor amigo

Sus ojos son de color verde un poco claro, su cabello es castaño y con rizos, es alto y le gusta andar siempre alegre. Él es más de fiestas, alcohol, música, chicas, fumar y ese tipo de cosas. Yo soy más de libros, músicas, pero no del tipo de músicas locas que el escucha, las que yo escucho te relajan, te llevan a otro planeta, prefiero estar leyendo mientras llueve a estar en una fiesta.

-Hola-le digo desanimado.

-¿Qué pasa?

-Nada, solo estoy cansado, así que agradecería que te fueras a tu cuarto y no fastidiaras.

-A huevo el niño anda de mal humor- dice en un tono burlón-Sonaste igual a mamá cuando yo llegaba de la escuela

Me siento a su lado y le quitó comida, por lo que veo estaba estudiando.

-¿Como te fue hoy?

-¿Hablo en chino o en ruso?

-¿Suguro que no eres mamá?

-No.

-Bueno. No me quites comido rata inmunda

-Rata inmundatu tu abuela- me acuerdo que está muerta y suelto una carcajada

-No te rías- me saca el dedo corazón

Comemos, hablamos por un rato de nuestro día, a pesar de que no estoy de buen humor él busca las formas de sacarme conversación. Se levanta, coloca música y comienza a cantar, me levanto, no lo soporto escucharlo es que no canta solo grita.

                          * * *

Después de tranquilizarme por la misma pesadilla de mierda, decido levantarme, faltan todavía unas dos horas para entrar a clases, no creo que logre dormir otra vez.

Me baño de mala gana, después busco ropa, agarro unos pans negro-hoy toca deporte- una playera negra y tenis blancos, salgo para dirigirme al salón y veo a Eduardo dormido en el sofá, este hombre otra vez se desveló, me dirijo a   la cocina para ver si hay algo que me apetezca, usualmente Eduardo es el que prepara el desayuno pero, hoy parece que esta más echo mierda que las veces que lo he encontrado en la sala.

Como no veo nada que me guste, a pesar de que hay macarrón con queso, pero que pereza calentar, agarro una bebida del refrigerador, tomo un libro para entretenerme.

Siempre he dicho que aunque se vea aburrido leer es lo más tranquilizante que hay. Te hace salir de esta realidad de mierda, te hace soñar una y mil cosas queriendo aunque sea ser algún personaje de algún libro, te hace feliz ese libro.




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