Decisiones

¿Quién soy?

— Yo me ofrecí — explicó Nekal, la joven la miró incrédula — tenía fe en la humanidad, y no me defraudaste hermana.

— A pesar que dijiste no creer en nada superior, en el fondo de tu corazón sabes que algo así existe, por eso rezaste para que la protegiera, todavía tienes fe, eso las salvo a ambas — explicó Rafael, sonriente.

— Pero fue a mis dioses a quienes se los pedí, no al tuyo.

— El mío como le dices ha tenido muchos nombres, Buda, Krishna, eso no importa. Cuando alguien hace algo malo supuestamente por la luz, está haciéndolo por la oscuridad; quien hace el bien, aunque no crea en la luz, igual tendrá su recompensa en el paraíso.

— Si él es bondad, porque permite tanta maldad.

— Como padre, deja que sus hijos tomen su decisión, no puede obligarlos a seguir sus enseñanzas.

— ¿Y ahora qué? Se irá con ustedes para que se la vuelvan a llevar esos demonios.

— No te preocupes, hermana, ya la conjunción pasó, donde voy ahora la oscuridad no podrá encontrarme jamás. Nunca te olvidaré.

— Pero... — la muchacha quería hacerle tantas preguntas, pero la niña le puso un dedo en los labios para hacerla callar.

— Tranquila, todo irá bien — Nekal le dio un beso en la mejilla que la hizo dormir.

Varias horas después en una ambulancia llevaron a Dukra a urgencias, quienes la encontraron supusieron que estuvo en algún tipo de accidente, estaba inconsciente cuando la encontraron al costado de una autopista. El médico que la atendió era la reencarnación de Fermer, que ahora se llamaba Felipe, cuando por fin despertó la joven padecía amnesia.

— ¿Qué haremos con ella? No tiene marcas de nacimiento, ni tatuajes, ni cicatrices, ni orificio para los aros, su dentadura es perfecta, es como si hubiera caído del cielo — dijo el médico que conversaba con el reencarnado.

— En verdad, es como un ángel — respondió el otro sin poder apartar su vista de la paciente.

— Lo único que estamos seguros es que debe tener como 16 o 18 años, por los exámenes tu ser celestial ya ha tenido relaciones sexuales.

La reencarnación de Fermer siguió como hipnotizado viéndola, mientras ella estaba sentada en la cama hablando con una enfermera.

La policía investigó entre las personas desaparecidas que pudieran calzar con la descripción, pero no encontraron nada, en el hospital le permitieron elegir un nombre para no seguirla llamando desconocida, una tarde, por casualidad, escuchó a un hombre libanés que se iba, al llegar su hija le dijo Dukra, le gustó tanto a la sin memoria que insistió que la llamaran así.

A los diez días debían darle el alta, ya que no podían hacer nada para ayudarla, la asistente social quería llevarla a una casa para indigentes, pero Felipe le encontró un puesto de asistente de aseo en un hogar de ancianos, incluso la ayudó a que postulará a una beca para que estudiará enfermería, ya que demostró tener habilidad para curar heridas.

El galeno vivía tranquilo en una gran casa, su padre fue un millonario que le heredó toda su fortuna a él, pero por su buen corazón, el médico no desamparó a su madre ni a sus dos hermanas menores. 

Unos meses después, una noche, Felipe recibió la visita de Peggie, la hija del mejor amigo de su fallecido padre, ambos hombres mayores quisieron unir sus familias por medio del matrimonio de sus hijos, pero el galeno nunca se sintió atraído por la millonaria, por su mal corazón, solo la aceptaba como amiga. Pero el acercamiento que él había tenido últimamente con Dukra le trajo en ese momento una escena desagradable.

— ¿Por qué te preocupas tanto de esa chiquilla? Me dejaste tres veces plantada por ir a ayudarla, tú no eres asistente social — le reclamó la mujer de cabello rojo, tenía un cuerpo perfecto que mantenía a base de pastillas y ejercicios diarios para mantener su juventud.

— Ella es inteligente, y esforzada, en el hogar ya se ha hecho de muy buena reputación por atender bien a los internos, además esas veces te avise que la llevaría a entrevistas para becas — le recordó.

— Pero yo creí que por los sentimientos que nos unen irías al cumpleaños de mi mejor amiga conmigo — se le pegó melosa.

— Solo somos buenos amigos, nada más — le recordó apartándola, molestó

— Pero nuestros padres querían... — antes que terminará fue interrumpida.

— Eso era un deseo de ellos, no mío, siempre te he dicho que no te amo, nunca te di esperanzas de ningún tipo — la miró serio

— Todo es por esa maldita mujerzuela.

— No le digas así — la mira fijamente — será mejor que no nos veamos más.

— Me las pagará esa aparecida — la pelirroja se fue dando un portazo.

— Fue lo mejor hijo, ella no es para ti — le dijo la madre tomándolo del hombro — ¿No es como Dukra? ¿Verdad?

— ¿Y si ella recupera la memoria y tiene a alguien más?

— Solo sigue a tu corazón, lo que ocurra después solo Dios lo sabe, confía en él.

Dos años después el doctor aplaudió orgulloso cuando la joven subió al escenario para recibir su título de Enfermera, durante ese tiempo ella se había hecho visita asidua en la casa del Doctor, su familia la quería mucho, sobre todo por ver lo feliz que era él a su lado.

— Al fin lograste terminar tu carrera — la abrazó feliz cuando todo termino.

— Sin ti no lo habría logrado, desde que llegue a ese hospital, luego de mi accidente has sido mi ángel de la guarda. No se cómo pagarte por todo lo que has hecho por mí. Gracias por las flores, están preciosas — le agradeció como siempre que podía sus atenciones hacia ella.

— No digas eso, es tu esfuerzo el que ha rendido frutos. Recuerda que más tarde mamá te espera, quiere hacerte una cena especial — dijo nervioso, quería aprovechar esa oportunidad para hacerle una gran pregunta.

Esa noche todo fue muy agradable, cuando terminaron de comer, la pareja se fue a sentar al balcón.

—Siempre que vengo no me quiero ir — le dijo Dukra al médico — son todas tan buenas conmigo.




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