ENTRE DUDAS
Stefanía Lancaster
- ¡STEFI! - grita Lucía, su voz estaba llena de entusiasmo.
- ¿Qué sucede? ¿Estás bien? - digo preocupada ante su grito.
- Amiga por favor dime qué si - dice con emoción, sus ojos brillaban con una mezcla de nervios y alegría.
- Pero ¿qué pasa? - la miro con curiosidad.
- Está noche hay carreras ilegales ¿Vamos? Un amigo nos ha invitado.
- ¿Amigos? ¿Aquí? - frunzo el ceño algo incrédula.
- Ya sabes, virtuales, nos hemos conocido por Instagram. Dime qué si, amiga vamos - dice rogándome, su voz estaba llena de súplica.
- Amiga estoy castigada, mis padres han dicho que Joel me acompañara a donde vaya.
- Ay no - dice decepcionada - Oye ¿Y si nos escapamos?
- ¿Porque tienes tanto interés en ir? - le pregunto intrigada por su insistencia.
- Amiga ya sabes, vamos, prometo que volvemos antes de las 02;00am - luego de pensarlo un poco, decidí aceptar.
- Vale.
- ¡Siii! Préstame ropa - Lucía abre mi closet con una sonrisa de oreja a oreja, buscando lo que se pondría. Ella siempre había usado mi ropa, y eso no me importaba.
- ¡No! - exclamo, viendo cómo sacaba un vestido de mi closet, y me repasaba para ver si me quedaba - Este es el que te va a hacer brillar.
Era un vestido negro corto de encaje, con detalles de flecos que se movían con gracia al ritmo de sus manos. Lucía lo sostenía como si fuera una obra de arte.
- ¿Enserio? - dije insegura. Nunca me había atrevido a usar algo tan revelador.
- ¡Sí! Te va a quedar increíble, confía en mí. - Lucía me guiñó un ojo y me tendió el vestido.
- Hay no Lucí - dije dudando, no estaba acostumbrada a ponerme ese tipo de vestidos.
- ¿Y entonces porque lo tienes en tu closet?
- Mi tía me lo regaló pero ni me gusta.
- Hay amiga no seas aburrida, vamos a divertirnos - seguía dudando - Ayy vamos hoy seremos las estrellas. Sin quejas mi Stefi - me sonríe, sus ojos estaban llenos de picardía.
Estábamos cenando, Joel se había mudado con nosotros, mis padres solo hablaban de temas de trabajo mientras que Lucía me tiraba miradas cómplices.
- Buen provecho, estoy demasiada cansada, es mejor que ya suba para dormir - dije una vez terminada la comida.
- Claro Stefi, que descanses mi vida - dijo mi madre.
Subí a mi habitación y allí me quedé esperando a que Lucía terminara de cenar para no levantar sospechas de lo que haríamos.
- ¡Aquí estoy! - dijo Lucía apenas entró.
- Tardaste demasiado, literalmente estaba por dormirme.
- No, no te dejaría - soltó una carcajada.
Está noche solo estarían mis padres ya que Joel saldría con amigos. Una vez que mis padres terminaron de cenar pasaron a tomar un licor y hablar sobre temas de ellos, mientras nosotras estábamos ansiosas para que ya se fueran a dormir. Paso media hora y mi madre vino a darme las buenas noches y un beso al igual que mi padre.
Eran las 11;20 pm y nosotras apenas empezábamos a arreglarnos.
Me miré en el espejo dudando. El vestido era precioso, con un encaje delicado que resaltaba mi figura. Pero era tan corto...
- ¿Y si me pongo una chaqueta encima? - le pregunté a Lucía.
- Claro, pero primero pruébatelo así - Lucía me sonrió con picardía.
Me puse el vestido, sintiendo un poco de nervios. Me miré en el espejo y me sorprendí. El vestido me quedaba perfecto, acentuando mis curvas sin ser vulgar.
Me coloque un maquillaje marcado, con ojos ahumados y labios rojos,
- ¡Te ves increíble! - exclamó Lucía, aplaudiendo - Ahora, una chaqueta de cuero negra corta y unas botas altas de tacón fino con detalles de encaje.
Me puse la chaqueta y las botas, sintiendo un cambio radical en mi imagen.
Lucía se colocó una falda de cuero negra, tan corta que rozaba lo indecente a mi gusto. Una musculosa negra, también corta, dejaba al descubierto su abdomen, complementando el conjunto. Todo era del mismo color, un negro intenso que resaltaba su piel. Se recogió el cabello en una coleta alta, dejando su rostro enmarcado por mechones sueltos. Un maquillaje marcado completaba el look. Para rematar, se calzó unos tacones altos de aguja, del mismo color negro que el resto de su atuendo, un estilo que mi tía solía regalarme pero que nunca me había gustado.
- ¡Vamos! - dijo una vez que bajamos por una escalera que había desde el balcón.
- No puedo bajar me están matando los tacones - dije silenciosamente.
- Tampoco yo, es mejor que nos saquemos los tacones - nos sacamos los tacones y así pudimos bajar.
Luego caminamos silenciosamente por el jardín, nos aseguramos de que las luces de la habitación de mis padres estuvieran apagadas. A la salida de la mansión había un auto esperándonos, era el amigo de Lucía el que había conocido por Instagram, apenas lo ví, la fulmine con la mirada.
- Hola lindo - dijo ella saludándolo en la mejilla.
- Hola hermosas, las estaba esperando - era un chico cabello castaño corto y de ojos miel, tendría casi la misma edad que nosotras.
- Pero aquí estamos, vámonos mejor
- dijo feliz Lucía. Ella se subió en el asiento de copiloto mientras que yo tuve que ir detrás.
____________________________________________
- ¡Wow! ¡Mira que bombonasos! - dijo Lucía, sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y picardía.
- Hola chicas, ¿Necesitan compañía? - preguntó un joven con cabello negro, acercándose a nosotras.
- Si es que somos nuevas aquí - dijo Lucía, su voz llena de coquetería.
- Las puedo ayudar vengan - dijo el chico con una sonrisa pícara.
- Amiga vamos - me agarró del brazo Lucía, tirando de mí hacia el chico.
- No, ve tú - dije preocupada, sintiendo un nudo en el estómago.
- No va a pasar nada ¡Vamos!
- Mejor te espero aquí
- Vale ya vuelvo - dijo feliz mientras se iba con el chico.