NOCHE ROTA
Gabriel Scott
Nunca me habían gustado los trajes. Prefería las camisetas grandes, un estilo peculiar que reflejaba mi personalidad. Pero esta noche, el traje me resultaba incómodo, una sensación que se sumaba a la pequeña, pero visible, herida en mi labio. Era la fiesta de fin de curso, y acompañaba a Stefanía. Tomé las llaves de mi Ferrari rojo y conduje hasta el colegio.
Al bajar, vi a Sofía, quien me saludó con efusiva alegría. Busqué a Stefanía, pero no la encontré. El gimnasio estaba transformado. Mesas decoradas con flores, luces danzantes, música vibrante, y un escenario imponente. Me senté en una mesa, la tensión y la anticipación carcomiéndome por dentro.
De pronto, sentí unas manos sobre mis ojos.
- ¿Stefanía? - pregunté.
- Mm - respondió una voz que reconocí al instante como la de Martina. Maldita sea, pensé, ahora no me libraría de ella.
- Tanto tiempo sin verte, Scott - dijo Martina, con una sonrisa que no alcanzaba a disimular su interés.
- Lo mismo digo - respondí, con un tono seco. Martina se sentó a mi lado.
- Quería invitarte a salir conmigo...
- No me interesa - interrumpí, cortante, levantándome de la mesa.
- Pero...
La ignoré, buscando desesperadamente a Stefanía. La encontré al otro lado del gimnasio, y el aliento se me quedó atrapado en la garganta. Llevaba un vestido largo verde esmeralda, que hacían reflejar el color de sus ojos. Su cabello, suelto y ligeramente ondulado, caía en cascada sobre sus hombros. Era impresionante. Me vio y sonrió.
- Hola linda - dije, acercándome y besándola suavemente. - Estás muy hermosa. - Se ruborizó.
- Gracias, tú también estás muy guapo - respondió, con una sonrisa tímida.
Le ofrecí mi brazo, y lo tomó con delicadeza. Caminamos hacia una mesa y nos sentamos. Pronto, Lucía y Lili, seguidas por Joel y Sol, se unieron a nosotros. Stefanía tuvo que retirarse para prepararse para su actuación. Esperé quince minutos, un tiempo que se sintió eterno. Cuando una mujer con cabello corto subió al escenario, el silencio cayó sobre la multitud. Y entonces, apareció Stefanía. Brillaba, radiante. Comenzó a cantar, y su voz llenó el gimnasio.
Girl Only
La-la-la-la
La-la-la-la
La-la-la-la (uh, yeah)
La-la-la-la
I want you to love me
Like I'm a hot ride (uh, yeah)
Be thinking of me (uh)
Doing what you like
So, boy, forget about the world
'Cause it's gon' be me and you tonight (yeah)
I wanna make you beg for it
Then I'ma make you swallow your pride, oh (uh, uh)
Want you to make me feel like I'm the only girl in the world
Like I'm the only one that you'll ever love
Like I'm the only one who knows your heart
Only girl in the world
Like I'm the only one that's in command
'Cause I'm the only one who understands
How to make you feel like a man, yeah
Want you to make me feel like I'm the only girl in the world
Like I'm the only one that you'll ever love
Like I'm the only one who knows your heart
Only one
Want you to take it (uh)
Like a thief in the night (uh)
Hold me like a pillow
Make me feel right (uh)
Baby, I'll tell you all my secrets that I'm keeping
You can come inside (yeah)
And when you enter, you ain't leaving
Be my prisoner for the night, oh
Want you to make me feel like I'm the only girl in the world
Like I'm the only one that you'll ever love
Like I'm the only one who knows your heart
Only girl in the world
Like I'm the only one that's in command
'Cause I'm the only one who understands
Like I'm the only one who knows your heart
Only one
Take me for a ride, ride
Oh, baby, take me high, high
Let me make you rise, rise
Oh, make it last all night, night
Take me for a ride, ride
Oh, baby, take me high, high
Let me make you rise, rise
Make it last all night
Want you to make me feel like I'm the only girl in the world
Like I'm the only one that you'll ever love
Like I'm the only one who knows your heart
Only girl in the world
Like I'm the only one that's in command
'Cause I'm the only one who understands
How to make you feel like a man
Only girl in the world
Girl in the world
Only girl in the world
Girl in the world
Cuando terminó, un torrente de aplausos llenó el espacio. Stefanía, sonriendo, encontró mi mirada. Nuestros ojos se encontraron, y una corriente invisible unió nuestros corazones.
Stefanía Lancaster
El último acorde resonó en el gimnasio, vibrando en el aire junto con los aplausos. La ovación era ensordecedora, un mar de manos que aplaudían con entusiasmo. Mi voz, aún resonando en mis oídos, se fue apagando lentamente, dejando un vacío que fue llenado por la calidez de las miradas que se posaban sobre mí. Y entonces, lo vi. Gabriel. Nuestros ojos se encontraron a través de la distancia, y una sonrisa, espontánea e irreprimible, floreció en mis labios. Él me correspondió con una sonrisa que me llegó hasta el alma. En ese instante, el mundo se redujo a él y a mí, a la conexión silenciosa que se establecía entre nosotros.