Deidades Solitarias

Capitulo 4

Aeson finalmente se acercó al lugar en donde se encuentra su Creadora, aunque claramente, no se ha acercado a ella para revisarla, ya que sentía las miradas curiosas de Anshul y Amorrette, haciendo que se ponga bastante nervioso.

No sabe que hacer ahora, su mente se quedó completamente en blanco, y toda la valentía que había guardado, se empezó a esfumar por algún motivo inexplicable.

Claramente Anshul elevó una ceja, mirándolo de manera interrogante. No entiende que le ocurre al contrario ni el porqué ahora tiene ese extrañó comportamiento. En cambio Amorrette, sonrió y se levantó para acercarse a esa Deidad.

—¿Vienes a examinar a ma... a la Creadora? —se corrigió enseguida al darse cuenta de lo que iba a decir, teniendo ahora una pequeña sonrisa nerviosa.

Aeson se espabilo y se alejó un poco de la mujer, finalmente asintió con su cabeza ante la pregunta. Le pilló desprevenido aquel movimiento y aquella pregunta, aunque se preguntaba que iba a decir antes de corregirse. Después de unos momentos, se acerca a la Creadora, y con un chasquido, un pequeño holograma aparece encima de ella.

Empieza a presionar algunos lados del holograma, viendo como ella no tiene nada malo, como ya lo suponía, pero igualmente siguió examinandola por varios minutos mientras es observado por las otras dos deidades, los cuales no le quisieron interrumpir para nada.

—Ella misma se hizo esto... —susurró bastante sorprendido.

—¿Cómo que ella misma se lo hizo? —preguntó Anshul, sin poder creer lo comentado.

—Mira —susurró temblando un poco por como el mayor le habló, mostrándole el holograma.

Se podía ver en el holograma como una especie de neblina estaba situada por todo el cuerpo de la Creadora, más específicamente en el cerebro. Algunos de los datos que pudo arrojar Aeson por su búsqueda intensa, ya que al principio no se había dado cuenta de la neblina, fue que ella misma se lo ocasionó con su propio poder; además de todo lo anterior, vio como su corazón, estaba sufriendo por la tristeza, le recordaba a como los humanos morían por ese mismo sentimiento.

El médico miró por unos momentos a los contrarios, viendo como no dejaban de mirar el holograma, por lo cual les explica las circunstancias en palabras que ellos puedan entenderlo, aparte, ya se encontraba bastante incómodo por la cercanía.

—¿Entonces se lo hizo por sentirse tan sola y triste? —le salió la voz rota mientras sus ojos se ponen llorosos. En sus manos tiene una corona de flores, la cual termino un tanto dañada por la fuerza empleada.

—Si... —fue lo único que pudo susurrar.

—¿No habrá alguna manera de despertarla? —preguntó esta vez Anshul, mordiéndose el labio inferior— Tiene que despertar. Amorrette y yo pudimos ver como sonreía un poco.

Aeson se quedó en silencio ante lo dicho, ¿sonrió así sin más? Se quedó bastante sorprendido por esa revelación, así que miró a esas deidades.

—¿Cuando...? —no supo como terminar la pregunta.

—Fue hace algunos días, después de que Anshul y yo nos empezamos a llevar cada vez mejor —aquello lo dijo sin pensar, haciendo que Aeson abriera la boca para hacer otra pregunta, pero fue interrumpido.

—Como familia, no pienses mal —con eso dicho, dejó callado a Aeson.

Se quedaron en silencio por unos minutos, cada uno pensando en ese tema. Se preguntaban porque la Creadora sonrió.

De un momento a otro, al menor de todos abre bastante los ojos, comprendiendo finalmente la situación.

—Si todos nos empezamos a ver como una familia, tal vez despierte —se tensa al sentir las miradas de ilusión de Amorrette—. Es una posibilidad, ya que reaccionó un poco cuando se empezaron a ver como hermanos.

Amorrette claramente quedo bastante ilusionada, en cambió Anshul ante esas palabras, se mostró renuente, ya que después de la reunión, sabe que ese tema es imposible, o eso cree él. Después de todo, algunas de las deidades se empezaron a culpar entre sí, o no hacer caso ante lo dicho.

—Que dilema —susurró, no queriendo pensar en como van a solucionar ahora ese clavo, que al final de todo, no saben si va a resultar.

(...)

Anshul en todos esos días ha pensado en como hacer lo dicho por Aeson, claramente también teniendo la ayuda de Amorrette.

No conseguían absolutamente nada, además de que no se les ocurría ninguna buena idea. Lo único que han echo, es agarrar por los brazos a la Deidad Médico para que pase tiempo con ellos, no lo dejan ir o simplemente se meten a su hogar sin más.

No lo dejaron negarse ni nada por el estilo, haciendo que Aeson solamente tuviera que aceptar aquellos tratos, además de que esa situación le hacía sentir una sensación bastante familiar.

Poco a poco el ir hablando, Aeson se daba cuenta de que ellos tres cometieron el mismo error, el de no hacerle caso a la Creadora, y se preguntaba si las demás deidades hicieron esto mismo o la ignoraban completamente, como si ella no existiera para nada. Aunque claramente, él se mantenía callado mientras escuchaba a los mayores hablar. Como no es muy sociable, no sabe como preguntar las cosas ni el como empezar a hablar.

Si a Aeson le hubieran dicho que extrañaría a su Creadora, y que por consecuencia, estaría metido en medio de las conversaciones de Amorrette y Anshul, no se lo hubiera creído para nada. Raramente se sentía en compañía, y eso que no ha pasado tanto tiempo junto a esas deidades.

(...)

Pasaron las semanas, Amorrette no podía hacer que Aeson hablará libremente con ellos, pero por lo menos este ya los dejaba entrar sin problemas a su hogar, haciendo que ahora ya no entren por la fuerza para pasar tiempo juntos.

Ahora ella está con Médico, en una de las tantas habitaciones qué dan al patio trasero, por lo cual se pueden ver distintas plantas medicinales y un gran árbol de cerezo en el centro, del cual se le podía ver sus pétalos rosas, y estos mismos caían lentamente.




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