Deimon.

Prólogo.

En algún lugar desconocido.

—Es un placer conocernos al fin— finaliza con una risa suave pero cínica.

—Lamento no compartir el sentimiento—  suelto con asco.

Él se levanta de su silla y camina hacia mí, toma mi mentón con brusquedad.

—Es increíble el parecido que tienes a ellos—

—Soy su hija, ¿no es obvio?— me suelta.

Gira sobre su eje para mirar hacia el rincón oscuro de la habitación, consigo ver la silueta de una persona apoyada en la pared, y entonces menciona un nombre que conozco a la perfección. La persona camina hacia nosotros, levanta su cabeza y me mira con seriedad. Con voz entrecortada hablo.

—Tú—




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.