Deimon.

Capítulo 39.

Verdadera Naturaleza

(Parte dos).

El momento había llegado y estaba nerviosa, o mejor dicho, asustada. Todo tiene que salir bien y en lo posible que ninguna de las dos muera en el intento.

Levanto la cabeza y miro al cielo nocturno siendo iluminado por una gran Luna Llena, suelto aire dirigiendo mi atención al agua, decidí que la forma de morir más rápida es siendo congelada, así que ahí estoy: frente al lago más cercano a la manada.

Me doy la vuelta y Bruce, Will, Matt, Ben, su hermano Cameron, Roma y Ryan me miran algo nerviosos, o al menos eso quiere demostrar ella. Pongo los ojos en blanco cuando la escucho quejarse por el frío y se pega a Will, este la mira con mala cara y se aleja, hace lo mismo con Ryan pero este solo le lanza una mirada mortal, para luego regresar su atención hacia mí, ahora más suave y triste a la vez.

Miro a Bruce rápidamente.

—¿Está todo listo?—

Asiente.

—El cuerpo de la señorita Jayme se encuentra en la cabaña junto a los demás—

Doy un asentimiento con la cabeza.

—Excelente. Ben, ¿sabes qué hacer?—

Asiente con nervios.

—Espero a que te metas al agua, cuando me des la señal comienzo a bajar su temperatura—

—Bien. Matt se encarga de medir el tiempo, Bruce me vigilará desde el plano espiritual, Roma tendrá las toallas y mantas, Cameron va a descongelar el lago y Will me sacará del agua. ¿Alguna duda?— paso la mirada por los integrantes. Ryan se aclara la garganta y mete las manos en los bolsillos del abrigo, suspiro— Ryan... creo que lo mejor es que estés con tu hermana—

Aprieta los labios.

—Ella estará bien, tiene a toda una manada de lobos y Skulls cuidándola, al igual que a los chicos y a la pelirroja—

—Ryan— suavizo mi voz lo mejor que puedo.

Niega para que detenga mis palabras.

—Me quedaré y... te esperaré— lo escucho tragar grueso.

Suspiro nuevamente, no tiene caso comenzar una discusión.

Tomo aire, les doy una última mirada a todos y regreso mi atención al lago, sin más me quito el buzo por la cabeza, las botas, el pantalón y las medias, quedando en shorts y una remera de tirantes, me abrazo a mi misma y suelto aire por la boca, con una respiración profunda me adentro al agua.

Ahogo un chillido por el agua fría tocando mi piel y erizando cada zona de mi cuerpo, me detengo cuando el agua llega a mi cintura, giro sobre mi eje y extiendo los brazos, miro a la Luna con los nervios a flor de piel y la dirijo a Ben, asiento con la cabeza, doy una respiración profunda y me dejo hundir en el agua.

Abro los ojos con dificultad, solo para observar la imagen distorsionada de la Luna, una que se vuelve menos definida gracias al hielo que empieza a cubrirme, en cuestión de segundos dejo de sentir mi cuerpo y la respiración comienza a faltarme, mi vista se nubla ante la falta de oxígeno pero la pérdida de movimiento no me permite hacer nada, mi cuerpo se ha congelado y no falta nada para quedar inconsciente.

Las burbujas de aire salen de mi boca y mi cuerpo se sacude levemente pero no llego a sentirlo... solo lo veo desde afuera, una vez mi cuerpo se queda quieto y mis ojos se cierran es suficiente para que atraviese el hielo.

Camino a paso rápido hacia la orilla, Ben se aleja cuando el lago queda completamente congelado, Will y Cameron se quedan cerca de la orilla para cuando tengan que sacarme, Roma mira la situación con gesto aburrido, Ryan camina de un lado a otro e intercambia miradas nerviosas entre el lago y Matt. Me acerco al último y veo el cronómetro, solo han pasado noventa segundos y son perfectos.

Sonrío en dirección a Bruce, este asiente al verme y se acerca.

—Tiene que buscar el alma de la señorita Jayme— los demás lo miran de reojo y fruncen el ceño cuando habla solo.

—Ella no ha estado en este plano en las últimas semanas, tendré que ir a buscarla al cielo pero eso me llevará más tiempo—

Bruce asiente, siendo consciente de lo arriesgado que es. Hasta que su rojiza mirada se ilumina.

—Utilice el portal a ese reino—

—Estaba en el volcán, pero desapareció— menciono con obviedad.

—Desaparecieron luego de activarlos ese día, ya no son necesarios que estén ahí porque usted es el portal para ambos mundos. Solo dilo en latín e irás— explica con rapidez.

Asiento y decido no perder más tiempo. Comienzo a correr lejos de ellos en dirección a la cabaña, y en medio del camino lo digo:

—Caelum (cielo)—

Un destello blanco y cegador hace que me detenga bruscamente, tropiece y ruede por el suelo. Suelto un quejido, sacudo la cabeza y me pongo de pie. Entre abro la boca al ver que llegué al lugar de hermosa naturaleza, en donde el enjambre de mariposas azules me reciben y el río de agua cristalina fluye con tranquilidad, sonrío ante las mariposas azules pero decido no distraerme y echarme a correr por el césped verde repleto de flores.

Corro sin dirección alguna porque de alguna forma extraña el lugar siempre te lleva a donde necesitas, en demostración sonrío al ver a Jayme en la lejanía, ella está de pie bajo un árbol y le arranca los pétalos a una flor, sin decir nada me abalanzo sobre ella y la abrazo con fuerza.




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