Déjame Amarte

MIS ESCRITOS

MESES DESPUÉS  
Mi amigo Baymaz finalmente reportó noticias con su visita, sobre el caso que involucraba a la agresión que yo había sufrido. No fueron noticias alentadoras pues nunca lograron dar con el paradero de Cihan Alkan. Edward Hans quedó desvinculado del caso tras sus declaraciones y la investigación de su implicancia. Un par de nuevos involucrados saltaron a la luz y Nergis quedó bajo libertad condicional.  
— Edward Hans alegó haber sido contactado a través de una de sus redes donde le advirtieron de la situación y posterior a eso le facilitó su número telefónico a dicha persona. En vista de que tenía que ver con Agatha él no dudó en mantener contacto con dicha persona a través de ese medio, solo que la misma dejó de comunicarse con él por un par de semanas y la cuenta desde la cual se mantenía ese contacto, había sido eliminada. Al cabo de un tiempo recibió un llamado que provenía del teléfono móvil de Nergis sólo que ella alegó en todo momento que ella jamás realizó ese llamado. En la breve conversación le pidieron a Edward Hans que viniera por Agatha y que se la llevara de allí en vista de que tu habías quedado en condiciones desalentadoras, razón por la que ella junto con su hija quedarían desprotegidas y desamparadas. Dijo que por esa razón se apareció en Estambul con intenciones de llevárselas. Sobre quien fue realmente la persona que se contactó con Edward Hans, hay nuevos indicios de que pudiera tratarse de tu hermana Eylem en confabulación con tu madre. La intención era apartar del camino a Agatha y a tu hija para que ambas se hicieran cargo de ti y eso de algún modo también hubiese beneficiado a Nergis pues según ella, nunca pudiste siquiera acercarte a tu hija Elçin por culpa de Agatha. Como sea Nergis niega todo tipo de acusaciones en su contra y dijo que quizás fue Eylem quien realizó ese llamado en un descuido suyo. Edward Hans no estaba atravesando buenos momentos familiares. Su hijo menor se encontraba en estado grave de salud en el hospital y en vista de que Agatha se había negado en ir con él y que sabía que no acudiría al café donde le había pedido que se encontraran, decidió no ir hasta allá y se marchó de regreso a Londres ese mismo medio día. En cuanto a Eylem, se encuentra bajo investigación y tiene prohíbo abandonar el país.  
— Son todas unas arpías venenosas. ¿Cómo pudieron atreverse a tanto?  ¿Porque? —Dijo mi esposa con mucha rabia e impotencia, ambas tan grandes como la mía— 
Me sentía de igual manera e incluso mucho peor pues se trataba de mi propia familia. Personas con las que he convivido toda mi vida. Nergis fue la mujer a quien un día le entregué mi corazón y todo mi amor y seguía sin comprender como pudo volverse cómplice de actos tan imperdonables contra mí.  
— Lamento haber sido portador de malas noticias pero debían saber todo lo que sucedió desde que abandonaron Estambul. Ahora solo queda esperar a que atrapen a Cihan Alkan pues esa sería la única manera en la que todos los culpables paguen por sus malos actos. 
Para cómo fueron sucediendo las cosas ya no esperaba nada bueno de la justicia y en ese momento perdí todo interés en seguir oyendo cosas sobre ese asunto y se lo dije a mi amigo con un escrito que le envié a su móvil.  
— Sabía que lo lograrías maldito obstinado. Eres insosteniblmente terco de aquí a la luna —Expresó con un fuerte abrazo— Tamam! cambiaré de tema entonces. Ahora cuenten ¿Desde cuando es esto?  
— Quiso darte una sorpresa. Comenzamos a practicar con el móvil hace una semana, pero primero logró comunicarse con escritos en papel —Contestó Agatha— 
Ella estaba feliz por cada uno de mis logros, todos lo estaban y yo desde, luego pese a que escribir un par de palabras me tomaba más tiempo del que mi paciencia podía tolerar. Necesitaba lograr más cosas que sólo comunicarme con mi familia por escritos y en ocasiones perdía los estribos por la frustración de no poder lograr mis asignaciones de cada semana en las terapias físicas.  
Mi amigo Baymaz decidió permanecer en Ámsterdam para pasar sus vacaciones de verano. Decía que su estadía allí no pasaría en vano y el muy demente tomó aquello muy enserio en verdad y no me atrevía a pensar siquiera por donde andaba cuando se desaparecía y que lugares frecuentaba.  
Ámsterdam definitivamente era una ciudad que le venía como anillo al dedo.  
— ¿De qué te preocupas mi amor? Tu amigo puede cuidarse solo.  
— No me extrañaría que haya pasado la noche en el barrio rojo y al amanecer, haya ido a desayunar a un café de cannabis.  
— Oğuzhan, deja esa paranoia —Pidió devolviéndome mi cuaderno— Mejor te traeré a Hatice para que la hagas dormir.  
Mi traviesa y encantadora Hatice estaba a escasos días de cumplir su primer añito de vida. Ella en verdad había crecido bastante y a veces sentía al observarla, que me perdí de muchas cosas durante esos 12 largos meses en los que llegó al mundo para alegrar nuestras vidas. 
No estuve presente el día de su nacimiento, no pude cargarla cuando era apenas un diminuto ser, no pude desvelarme por las noches y estar atento junto a su mecedora cuando sufrió de cólicos, no pude alimentarla cuando comenzó a comer su papilla por primera vez, entre otras cosas. No obstante quedaban largos trayectos que recorrer junto a ella y eso me impulsaba con mucha más fuerza para lograr reponerme y de ese modo acompañarla en todos los buenos y malos momentos de su vida. 
Pará mí fortuna era apenas un bebé a quien solo le interesaba gatear, jugar en su corral de juguetes y agarrarse de lo hubiera junto a ella para ponerse de pie e intentar dar sus primeros pasos mientras yo finalmente podía comenzar a acompañarla en esos intentos pues mi silla de ruedas eléctrica era uno de sus soportes favoritos para ponerse de pie y cuando quedaba fatigada, podía cargarla sobre mi regazo y pasearla un poco. 
Esos paseos y giros le divertían mucho en verdad y no paraba de reír y aplaudir con sus pequeñas manitos mientras yo solo era feliz viéndola feliz.  
— Está por dormirse, mi amor. Te la encargo en lo que preparo la lista para el supermercado. Quiero tenerlo todo a mano para prepararle a nuestro cielito un hermoso cumpleaños —Dijo mi Agatha en lo que colocaba a la niña entre mis brazos— Farah tú iras a retirar los cupcakes que pedí y cuando llegues, Oğuz y yo iremos al supermercado. —Advirtió saliendo de la sala— 
— ¿Cupcakes, señora?  
— Si ¿Por qué pones esa cara? ¿Qué sucede?  
— El Señor me contó sobre la historia de los cupcakes y también me pidió que tuviera mucho cuidado a la hora de ir de compras porque todas las cosas que venden aquí contienen cannabis y otras sustancias. ¡Allah! Quizás todo este tiempo estuvimos consumiendo esas cosas sin darnos cuenta. ¡Y la niña también! ¡Esto es terrible!  
— ¿Qué fue lo que Oğuzhan hizo?  
— Yo puedo ayudarla a preparar los cupcakes aquí en la casa. Nos quedará tiempo pero por favor no traiga eso de afuera para celebrar el cumpleaños de la pequeña.  
— ¡Basta, Farah! ¿Cómo se te ocurre pensar todo eso? Oğuz en verdad tuvo que haberte mentido extremadamente para que estés así de paranoica. ¡Ah! Pero me va oír ese hombre.  
— El señor no pudo haberme mentido de esa manera. Tiene que ser verdad. 
— Claro que te mintió. En todo caso, exageró y bastante. 
Yo sólo me encargué de advertirle a Farah que tuviera cuidado a la hora de ingresar a ciertas tiendas para comprar los alimentos. Que ella haya exagerado en las interpretaciones de mis escritos, no era culpa mía.  
— Por tu causa, Farah ya se volvió paranoica igual que tú. Escúchame Farah —Le pidió delante de mí— existen tiendas exclusivas que venden productos en base al cannabis y lo podrás leer clarito en los carteles, por lo tanto no encontrarás nada de eso en los supermercados y nosotros no hemos estado consumiendo nada que contenga sustancias inapropiadas. ¿Cómo se te ocurre que yo pediría cupcakes de cannabis para el cumpleaños de mi hija?  
— Lo siento, señora.  
— Tú patrón en ocasiones es muy exagerado, obsesivo y paranoico por lo tanto procura no creer todo lo que te escribe. ¿De acuerdo? 
Farah solo asentó con la cabeza y posteriormente fue a retirar los pedidos de cupcakes que había hecho mi esposa. En cuanto a mí, no me libré de sus regaños, de esos que a final de cuentas acababan pasando sin dejar secuelas, pues así era ella.  
De ese modo conocí a Agatha y con todo ese carácter paralelo, la amé y la amaría por siempre hasta el día de mi muerte.  

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(Prohibida la copia de este capítulo y los conceptos generales de la trama) 

 



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En el texto hay: drama, amor, perceverancia

Editado: 30.08.2021

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