Déjame Amarte

PREGUNTAS

— Pasen por favor. El Dr. Sesselaar tuvo que viajar de urgencias a Bruselas para una intervención quirúrgica pero me dejó a cargo de las principales consultas hoy —Dijo aquella doctora de nombre Roos Helsinj— 
¿Otra doctora? —Pensé—  
— Según su expediente, Sr. Berli, debe hacerse una resonancia magnética del cerebro, hoy. 
Yo no tenía idea pero al parecer así era y mi esposa lo confirmó.  
— La RM no estaba confirmada para hoy pero el Dr. Sesselaar había quedado en avisarme. 
— ¿Y le parece si hacemos hoy?  
— Será lo mejor —Contestó Agatha— Ya que estamos aquí.  
— Bien. Ordenaré que lo tenga todo listo para ingresae a la sala al Sr. Berli.
En lo que yo permanecía en RM, mi esposa fue a pediatría con nuestra Hatice y en compañía de Farah no sin antes encargarme mucho a mi hermano.  
— Ve tranquila que yo me quedaré al pendiente de él. 
Permanecí en RM aproximadamente 20 minutos y para cuando salí, mi esposa aun no retornaba, entonces mi hermano y yo la aguardamos en uno de los pasillos.  
— ¿Dónde conociste a esa brava mujer, hermano? —Preguntó y entonces le respondí por medio de la tableta que me había regalado mi esposa y que llevaba conmigo a todas partes— ¿En Londres? 
Asenté con la cabeza pero le dije que ella no era una mujer brava, pese a que en ocasiones me regañaba y me echaba sermones por cosas que la disgustaban. Desde que ella y yo nos conocimos, pasamos por situaciones muy complicadas que nos había vuelto algo paranoicos a los dos.  
— Pues yo si creo que es brava. Solo le falta que me muerda con la mirada —Dijo riendo— ¿Pero sabes que? Me gusta el modo en que te cuida. Puedo notar como desparrama amor por ti y se preocupa bastante por tu bienestar. Eres muy afortunado de tener una familia tan bonita —Acotó besando mi frente— 
Minutos más tarde, Agatha finalmente regresó en compañía de Farah y con nuestra hija en brazos.  
— ¿Esperaste mucho, mi amor? —Preguntó y le dije que no— Oğuz, la pediatra dijo que todo está muy bien con nuestra bebé. Creció un poquito y también subió unos gramos más de peso este mes.
No tuve dudas al respecto pues cada día nos costaba un poco más cargar entre brazos a nuestra Hatice quien para ese entonces ya había logrado caminar por si sola y nos tenía al vilo constante de todas sus travesuras.  
— Ahora debemos ir a recepción por los resultados de tu RM y volver a entrar con la neuróloga.  
— Déjame que yo cargue a mi sobrina mientras van —Pidió mi hermano en lo que Agatha, repentinamente, inundada en dudas, costó entregarle a la niña entre sus brazo—  
— No tienes porque preocuparte de nada, además Farah estará aquí conmigo.  
— Está bien —Aceptó finalmente— No tardaremos mucho. Farah no dejes que toque cosas y mucho menos que se siente en el suelo.  
— No se preocupe de nada, señora. 
Fuimos por los resultados de la RM y unos minutos posteriores a ese, ingresamos nuevamente junto a la Dra. Helsinj.  
— Las zonas afectadas del lóbulo frontal han sanado lo mejor que han podido, Sr. Berli y eso en parte se han debido a sus terapias y a los buenos cuidados que recibe. Es consciente que ciertos daños son irreversibles pero todo lo que pueda lograr en su recuperación, dependerá de usted y toda su fuerza de voluntad. —Explicó aquella doctora— ¿Ha intentado pronunciar algunas palabras? 
Si no le contestaba con palabras aquella pregunta era evidentemente porque no podía hablar pero le contesté con la cabeza para no parecer grosero. Desde luego que intenté hablar en varias ocasiones. ¿Como no intentarlo teniendo a mi Agatha como esposa? 
En varias ocasiones ella llegó a sacarme de quicio con sus extremas manías e intenté expresar alguna que otra palabra pero apenas me salían balbuceos inentendibles.  
— ¿En qué aspecto siente que ha logrado recuperarse completamente? ¿Reacciones emocionales? ¿Personalidad? ¿Concentración? Puede contestarme usted por su esposo, Sra. Berli.  
— Creo que su concentración es buena. Lee libros y ya acabó dos. Sí ha tenido problemas emocionales. 
¿Problemas emocionales? —Me pregunté observándola—  
— Pierde la paciencia con facilidad y si no logra alguna cosa, se deprime y desea tirarlo todo por la borda. Es más, ya no ha querido venir a sus terapias solo porque no ha podido lograr colorear sin salirse de las líneas. 
Allí estaba de nuevo mi Agatha, hablando sin frenos como si poseyera alguna cuerda oculta, jalada por alguna posesión maligna que la hacía decir cosas sin que pudiera detenerse.  
— Y a veces se comporta como un niño chiquito, mimado y malcriado. Creo que se le olvida que debe comportarse como un esposo —Dijo con semejante descaro abismal dándome posteriormente un par de besos—  
— Entiendo… a veces este tipo de etapas forman parte de la recuperación. No es fácil y puede llegar a ser frustrante y cansino, por eso es muy importante el apoyo de la familia, las motivaciones diarias y la capacidad de ser paciente y no presionarse a sí mismo sin sentido en todas las tareas diarias.  
— Así es. ¿Oíste eso mi amor? 
Lo oí y ojalá no lo hubiese hecho.  
— ¿Y en la intimidad como van? ¿Su esposo ha logrado recobrar la sensibilidad o aún se ve afectado por el entumecimiento de sus miembros inferiores?  
— En el sexo vamos muy bien. De hecho su pene fue el primero que recobró la sensibilidad y una sensibilidad absoluta.  
Eso era demasiado para mí y definitivamente no iba a quedarme allí para seguir oyendo las respuestas desorbitadas de Agatha. Puse a funcionar mi silla y me dispuse a salir de aquel consultorio de inmediato.  
— ¿Oğuz?  
— Sr. Berli, no debe incomodarse con mis preguntas. Son necesarias, pues conforme a sus respuestas, sabré sobre su evolución y cada avance que tenga quedará constatada en su expediente médico. Debo saber todo para registrarlo.  
No, ella no debía saber todo y ese tipo de preguntas no eran necesarias. No era de su incumbencia ni la de ningún médico. 
Muy enfadado salí finalmente del consultorio y mi esposa salió detrás de mí, despidiendo con disculpas de la doctora. Llegamos hasta los pasillos donde mi pequeña Hatice, mi hermano y Farah estaban aguardándonos pero yo no tenía intenciones de detenerme.  
— Espera, Oğuzhan ¿Que sucede contigo? —Gritaba y yo no podía creer que aún lo preguntara— La doctora ya te explicó porque nos hizo esas preguntas. 
Ella no tenía porque responder nada por mí y se lo dije.  
— Claro que sí debía responder. Otra vez estas comportándote como un chiquillo. 
Ya la había oído suficiente y no quería hacerlo más. Aceleré mi silla de ruedas y fui yo solo con dirección a la salida.  
— Oğuzhan… No tan rápido mi amor 
Todos fueron detrás de mí mientras preguntaban que fue lo que había sucedido. Solo faltaba que Agatha se detuviera a explicarles con lujo de detalles lo mismo que a aquella doctora.  
— No tan rápido Oğuz.  
Fue mi hermano quien acabó deteniéndome finalmente y apagó el botón que conducía mi silla, antes que llegara a las escaleras.  
— ¿Qué te sucede, hermano? Un poco más rápido y caías por las escaleras. 
¿Me creía tonto acaso? Iba ir por las rampas no por las escaleras.  
— Sakin ol kardeşim! ¡Calma! Lo que sea que te haya enfadado, déjalo pasar un poco —Pidió sujetándome de mis mejillas— Sakin! Tamam mı?
En ese instante me aferré a mi hermano y el decidió entonces cargarme entre sus brazos para llevarme a casa.  
— Te prometo que todo estará bien. Todo estará bien, hermano —Repetía una y otra vez—  
— Tiene un poco de fiebre. Debemos volver pronto a casa. Adelántate con la niña, Farah y prepara sus medicinas. ¡Por favor!
— Sí, señora.  
— ¿Y si mejor nos quedamos para que lo atiendan?  
— Mejor vamos a la casa. Allá tiene las medicinas que me recetó su médico. Aquí solo quieren meterlo a observación si la fiebre no cesa en 24 horas o si es bastante elevada.  
— Vamos a la casa entonces. 
Me sentía bastante cansado, apenas podía escuchar y abrir mis ojos. 
Todo lo que quería era dormir y lo habré hecho pues ya no recuerdo nada posterior a esos momentos. Unicamente la sensación de mi suave, olorosa y confortable cama unos cuantos minutos más tarde.  
— ¿Qué fue lo que lo puso así?  
— Solo conteste las preguntas que nos hizo la neuróloga.  
— ¿Qué preguntas pudieron haberle alterado de esa manera? 
— Este tipo de conductas repentinas y reacciones emocionales, son parte de las secuelas de mi Oğuzhan. Que tú no lo sepas porque acabas de aparecer, no te excusa para que no estés al tanto de todo lo que le sucedió a tu hermano.  
— Se todo lo que le sucedió a mi hermano como también sé que cada uno de los responsables van a pagar y muy caro por haberlo dejado en estas condiciones.  
— ¿De qué estás hablando?  
— ¡Por favor Agatha! Entrégale está carta cuando despierte y pregunté por mí. Dile que voy a volver y que no se preocupe de nada.  
— ¿Qué? ¿Vas a irte sin despedirte de él? Tú definitivamente no dimensionas nada. Oğuz se pondrá muy mal cuando se dé cuenta que no estás y sepa que te has ido.  
— Estoy diciéndote que voy a volver, Agatha. En mi ausencia tu sabrás que hacer. No has necesitado de nadie para cuidar a mi hermano durante todo este tiempo. ¿Qué excepción podría haber ahora?  
— ¡Esto es increíble!  
— No puede irse de nuevo de esa manera, Sr. Ömer.  
— Görüşürüz, Farah! 



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En el texto hay: drama, amor, perceverancia

Editado: 30.08.2021

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