Déjame Amarte

DECISIÓN

— Agatha, nosotros no tenemos condiciones. Nuestro único interés es relanzar tus novelas. Es verdad que poseemos un gran y expansivo movimiento de marketing y publicidad pues es la mejor manera de promover las obras de nuestros escritores pero en tu caso es distinto. Tus obras ya son reconocidas y afuera hay un montón de gente pidiendo ejemplares que actualmente no se encuentran en el mercado. En cuanto a las promociones y eventos como firma de libros, podremos hacerlo de acuerdo a tu predisposición. 
La editorial Skyfireflies Press había enviado un par de representantes ni bien mi esposa contestó finalmente la carta. Lo hizo sin otorgar esperanzas y de manera muy precavida para que estuvieran predispuestos ante una posible negativa de su parte.  
— De hecho ese será, lo que considero el único inconveniente. No tendré mucha predisposición. Tengo una hija pequeña de la cual no pretendo separarme y también un esposo que requiere de mis cuidados y no lo dejaré a cargo de ningún extraño. Actualmente también tengo a mi hermano internado en un centro de rehabilitación, al cual prometí visitar cada semana.  
— Comprendemos perfectamente Agatha y si tú tomas la decisión de formar parte de nuestra editorial, firmaremos el convenio conforme a tus exigencias.   
— Así es… ¿Qué te parecen cuatro eventos en el año? Tú sólo debes estar predispuestas para cuatro eventos programados. Del resto se encargará el equipo editorial y tú podrás estar al tanto de todo a través de nuestros distintos medios de comunicación.
— Renovaremos tu website y potenciaremos tus redes sociales. 
Aquellos sujetos actuaban de manera muy convincente en verdad. A mí me convencieron de inmediato pero yo no tenía absolutamente nada que ver en la decisión de mi Agatha y ella no era para nada una persona fácil de persuadir. 
Les prometió a esos dos agentes enviados de la editorial, que tendría la respuesta definitiva para la media tarde de aquel mismo día y mientras eso sucedía, fui yo la víctima de sus dudas e indecisiones. 
Que caminara de un lado para otro, pensando en voz alta y respirara profundo cada cinco minutos en verdad ya estaba mareándome.  
— ¡Mi amor, di algo por favor! 
¿Decir algo?  —Pensé—
— Toma la tableta y manifiéstate. Necesito saber que piensas… sabes que yo no haría nada sin ti, cielo —Dijo sentándose sobre mi regazo entre abrazos— 
Tamam! En vista de que me lo había pedido, le manifesté lo que pensaba al respecto de una manera muy directa y clara. 
—Quiero ir a New York— 
— ¿Quieres ir a New York? 
Quería ir y si ella tomaba la decisión de firmar aquel contrato, iríamos por un par de días y quien sabe, con el tiempo hasta pudiéramos quedarnos a vivir allá.  
— Fiebre no tienes, mi amor —Dijo tocando mis mejillas poniendo en duda lo que le había manifestado— 
Posterior a eso no volvió a decir nada al respecto y luego del almuerzo, avisó que iría a visitar a su hermano antes de encontrarse con los agentes de la Editorial Skyfireflies Press.  
— ¿Te has sentido mejor?  
— Un poco.  
— Un poco mejor cada día, es buena señal. Te traje pastelillos de crema que Farah los hace muy ricos. También te traje este bolso con todo lo que necesitas.  
— Gracias por mantener tu promesa y no abandonarme en éste lugar, Agatha. Un día tal vez te canses de venir.  
— Arjen, eso no sucederá. Mira, si por alguna razón no puedo venir a verte en día de visitas, hablaremos por teléfono. Ya sabes que tengo a mi bebé y también un esposo que requiere prácticamente las mismas atenciones por lo tanto en ocasiones pueden surgir cosas que me impidan venir.  
— ¿Qué fue lo que le sucedió a tu esposo?  
— Es una muy larga historia. Te la contaré la próxima vez que venga. Ahora debo irme porque me encontraré con los agentes de una Editorial. Si tomo la decisión correcta con más razón necesitaré que te repongas hermano porque me gustaría mucho tenerte cerca de mí.  
— Esto no es fácil para mí, hermana pero también te hice una promesa y no voy a defraudarte. No conozco a la señora Farah pero agradécele de mi parte por los pastelillos.  
— Lo haré. 
Siempre que mi esposa salía de la casa y se tardaba horas, la incertidumbre carcomía mis pensamientos y aquella tarde no fue la excepción. Hatice y yo la aguardamos con impaciencia aunque de tanto en tanto nos entreteníamos viendo sus caricaturas favoritas en la TV o jugando con aplicaciones didácticas que había instalado para ella en la tableta.  
— Finalmente llegó, señora ¿Cómo le fue? —Preguntó Farah ni bien mi esposa ingresó a la casa— 
Ella no contestó de inmediato. Tomó entre sus brazos a nuestra hija quien la había ido a recibir con mucha alegría, y se sentó con ella en el sofá.  
— ¡Estoy exhausta! ¡Me duelen los pies! 
Entre suspiros observé a Farah consciente de que mi Agatha daría mil vueltas antes de contarnos lo que había sucedido.  
— Siéntate a mi lado un momento mi bebé —Pidió sentando a la pequeña—  
— Me fue bien Farah —Contestó finalmente sacando un papel de su bolso para ponerlo en mis manos  
— ¿Querías ir a New York, cielo? 
Era el precontrato que Agatha había firmado con aquella editorial y pude percibirlo de inmediato ni bien desdoblé aquel papel. Ella había tomado una decisión, una muy importante y en un par de días más, una semana para ser exacto, viajaríamos a New York para que sellara oficialmente aquel acuerdo con Skyfireflies Press. ¡Yo estaba en verdad muy contento!
— Señora, llegó un sobre. 
— ¡Ay no! ¿Otra carta? ¿Qué será ésta vez? 
Si aquella carta contenía alguna cosa mala, en verdad no quería saberlo. Me sentía muy contento como hacía tiempo no me sentía, por lo tanto no dejaría que absolutamente nada ni nadie me quebrantara.  
— ¡No lo puedo creer! —Exclamó Agatha al mismo tiempo en el que se me heló el corazón— 
¿Si es algo malo?  
— ¡Te lo dije, Oğuzhan! ¡Yo te lo dije! 
¿Qué fue lo que me dijo? ¡Allah! ¿Por qué mi esposa me asusta de ese modo?  
— ¿Te dije o no que estos dos acabarían juntos? —Preguntó exhibiendo delante de mí la tarjeta que contenía el sobre— 
¡Imposible! Esa tarjeta tiene que ser una broma.  
— Tu amigo, tu hermano del alma cayó. ¡No lo puedo creer! ¡Loan va a casarse!
Que la Dra. Loan fuera a casarse no era de extrañar a nadie. Una mujer bella, preparada, sofisticada y de una excelente profesión ¿Por qué razón no podría casarse? Pero que fuera a hacerlo con mi amigo Baymaz me resultaba tan improbable que no sabía si felicitar a la doctora o compadecerla por tan descabellada decisión.  
— Se lo tenían todo bien escondido. Há, pero yo siempre lo sospeché —Exclamó orgullosa de su acierto—
Agatha se veía muy emocionada por la noticia que trajo consigo aquel sobre y no perdió ocasión en llamar a la doctora. Yo hubiese hecho lo mismo con mi amigo pero ese hombre no iba a responderme tan fácilmente a falta de argumentos. 
Le oí hasta el hartazgo, decir que no era un hombre hecho para el matrimonio y las relaciones serias y fui testigo de sus incontables romances fallidos. Muchas de ellas por su temor a tropezarse y caer de amor ante los pies de una buena mujer como la Dra. Loan.  
— ¡Bonita manera de enterarme que te casas, Stephanie Loan!  
— Agatha, acabas de recibir la invitación para mi boda. Yo ni siquiera me enteré que tú te habías casado y tampoco me quejé. 
— Mmm, como sea ya sabia que las cosas acabarían así entre tú y Baymaz. El único incrédulo fue Oğuzhan.  
— ¿Ah si? ¿Ya sabias y aún así dejaste que me pusiera semejante soga al cuello? 
Pobre Dra. Loan —Pensé al oírla desde el altavoz—  
— Nada puede hacer una cuando se enamora. Mírame a mí, no me puse ninguna soga. La propia soga se enredó a mi cuello. 
¿Ne? ¿Mi Agatha me está considerando una soga enredada a su cuello?  
— ¡Serás muy feliz Loan! Lo que parecía más imposible ya lo lograste Si Baymaz en verdad es un hombre inteligente, debe sentirse muy afortunado.  
— ¿Lo crees en verdad? Porque yo tiemblo de solo dudar. No sé si hice lo correcto.  
— Hayır!  
— ¿Oğuz?  
— ¿Agatha? ¿Sucede algo?  
— Nada… Te llamo un poco mas tarde y seguimos hablando. ¿De acuerdo? 
— Está bien. 
Desde hacía un par de semanas me había puesto a intentar decir alguna cosa y fue producto quizás de compartir días enteros en compañía de mi Hatice quien lentamente comenzaba a pronunciar las palabras que aprendía. No quería ser para ella un padre apagado, incapaz de enseñarle palabras entonces entre los dos nos pusimos a practicar y practicar con ayuda de juegos de letras y sonidos en la tableta.  
— ¿Hablaste mi amor? ¿Lo hiciste? 
No lo hice de hecho, apenas lancé una palabra necesaria que me había salido de la nada sin demasiado esfuerzo en aquel instante pero mi esposa lo tomó como el acto más inmenso que pudo haber escuchado en su vida luego de las primeras palabras de nuestra hija.  
— No lo puedo creer, cielo —Repetía una y otra vez llenándome de besos— Faraaaaah… Mi esposo habló, dijo su primera palabra. 
¿Mi primera palabra? Allah Allah! está mujer de nuevo está tratándome como a un niño chiquito.  
— ¿Señor, es eso cierto? —Preguntó Farah— 
Tomé mi tableta únicamente para decirles que no lo hice y que por favor se calmaran las dos.  
— No puedes prohibir que me emocione, mi ogro encantador. 
¿Ogro encantador? ¡Suficiente! He oído muchas cosas de sus expresiones descabelladas pero cada día se inventaba algo nuevo.  
— Dilo otra vez, por favor cielo. Quiero oírte. 
No le di ese gusto, negué con la cabeza y abandoné la sala para ir a mi habitación. 
Si alguna otra palabra pudiera decirle, sería cuando a mí se me diera la gana hacerlo, En ese momento todo lo que quería era contactar a mi amigo y divertirme un poco con los estúpidos argumentos que fuera a decirme con respecto a su boda con la Dra. Loan.  
— Estas comportándote horrible conmigo, Oğuzhan. ¡Détente! —Me ordenó vanamente frente a la puerta de nuestra habitación—  
Ahora no, mi Reyna —Le advertí mostrándole la tableta—  
— ¿Ahora no? Eres un grosero.  
Y ella una latosa exagerada. Claro que eso ya no se lo dije porque las cosas no hubieran acabado nada bien, simplemente la ignoré y cerré la puerta con llave para que no se atreviera a molestarme.  
— Ya verás como me desquito contigo Oğuzhan Berli. Luego no te quejes.



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En el texto hay: drama, amor, perceverancia

Editado: 30.08.2021

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