¿De qué se trata todo esto? ¿Por qué mi hermano aparece con Elçin entre sus brazos? ¿Qué pretende? ¿Qué?
— Mi amor abre la puerta por favor. ¡No me hagas esto!
No quería ver a nadie ni mucho menos oír explicaciones. Mi hermano podía volver por donde había venido y llevarse a esa niña. Los quería muy, muy lejos de mi presencia y de ser posible, durante lo que me restara de vida.
Cerrar la puerta con seguro, cerrar mis ojos, tapar mis oídos, no sirvió de nada. Intentar ignorar toda la verdad que se abalanzaba sobre mí, no funcionó. Ömer forzó la puerta y acabó ingresando a mi habitación y detrás de él, mi esposa de quien acabé aferrándome, intentando vanamente huir de todo aquello entre sus brazos.
— No puedes aparecerte de esta manera en nuestra casa a perturbar la paz de tu hermano. Sabes que eso puede hacerle daño.
— Le prometí en aquella carta que volvería para contarle toda la verdad. También te dije a ti que volvería. Hermano, tendrás que escucharme quieras o no —Advirtió— luego sí me iré y no volverás a verme.
Me vinieron a la mente todas sus últimas palabras, en las que me suplicaba su perdón y me había dicho que los culpables pagarían por lo que me hicieron. Sentí entonces aún mucho más miedo de tener que oír sus verdades pues apenas hacía un par de horas me había enterado sobre la muerte Çihan Alkas.
Ömer no sería capaz de estar involucrado en una atrocidad como esa —Pensé— No tendría siquiera porque conocer a aquel sujeto. No podría —Me repetí una y otra vez negando con la cabeza—
¿Cómo podría vivir yo con el tormento de todas aquellas dudas? Necesitaba oír todas y cada una de sus verdades, necesitaba volver al estado en el que me encontraba antes. Feliz junto a mí familia y debatiendo sobre todos los planes de mi esposa.
Decidí escucharlo entonces aunque aquello implicara luego, perderlo nuevamente y está vez para siempre.
— Te advierto que no voy a salir de aquí, Oğuz. Me quedaré por si me necesites —Dijo Agatha yéndose a sentar en un asiento que teníamos junto a la ventana de nuestra habitación—
Ömer se sentó al borde al borde de la cama, se dispuso a decir sus palabras y yo a escucharlo sin más preámbulos.
— Ella nunca te amó Oğuzhan.
— ¿Ne?
— Me refiero a Nergis. Ella y yo nos conocimos en la Academia de artes, nos enamoramos, salimos y estuvimos un año juntos. Todo fue perfecto entre nosotros hasta que decidí postularla para la audición de actrices que los directores de tu elenco llevarían a cabo en aquella época. Viajé con ella a Estambul, la acompañé durante todo el proceso y cuando logró finalmente el papel principal, ella tuvo que permanecer allí. Hicimos nuevos planes. Yo acabaría mi año de carrera en Ankara y me mudaría junto a ella a Estambul pero nada de eso pasó y nada volvió a ser como antes. Ella y tu se conocieron durante aquellas grabaciones y definitivamente te creyó mucho más conveniente que un don nadie como yo. Tu carrera ya estaba hecha, hermano y tendría muchas más oportunidades contigo que conmigo. A Nergis le segó la ambición y poco o nada le importaron sus verdaderos sentimientos, te utilizó y yo te lo advertí ¿Lo recuerdas? Te lo dije y no quisiste creerme. Un par de meses después decidí marcharme de Turquía y alejarme de todo lo que tuviese que ver con la actuación y el mundo de las artes. Viajé a Bulgaria, me radiqué en Sofía y allí me mantuve durante todos los años que no supieron de mí hasta que decidí regresar. También allí conocí a Çihan Alkas quien siempre aparentó ser una buena persona, un empresario exitoso con muchos negocios y muy reconocido en toda la región. Conseguí un buen trabajo en una de sus empresas de carga, transportando contenedores de una ciudad a otra inclusive en ocasiones, al límite de la frontera con otros países. El propio Çihan se encargaba siempre de vigilar todo el cargamento de los contenedores antes de que partiéramos, yo y otros cargueros. Éramos simples choferes y desconocíamos lo que transportábamos cada noche pero a mí poco o nada me importaba, me pagaban buen dinero por llevar cargamento al destino que me indicaban y era todo. Una noche el propio Çihan me ofreció el triple de lo que me pagaba por llevar un importante cargamento a Skopie para dejarlo allí pero me dio ordenes estrictas junto con un mapa trazado para que lo hiciera llegar en tres días. Ese viaje me hubiese tomado apenas cuatro horas de distancia pero por alguna razón quería que lo hiciera llegar en tres días al punto indicado. Él al igual que todos sus colaboradores se veía bastante tensos aquel día. Alguna cosa había sucedido y todos detrás de mí, abandonaron aquella fábrica de donde siempre partíamos con los camiones. Seguí cada una de las indicaciones de Çihan Alkas y deteniéndome de ciudad en ciudad llegué en tres días con la carga hasta una finca que se encontraba casi a las afueras de Skopie pero no se encontraba absolutamente nadie en ese lugar. Todo estaba silencioso y vacío, sin embargo decidí esperar en el lugar por un par de días hasta que apareciera alguien para la entrega del contenedor pero eso nunca pasó y yo no podía permanecer en el sitio por más tiempo, sin dinero, sin comida y sin saber lo que había ocurrido. Casi a una milla del lugar finalmente hallé a unos cuantos pobladores, pregunté por los habitantes de aquella finca pero ninguno supo decirme nada. Me pasé una semana entera con aquel cargamento, volviendo a la finca en dos ocasiones pero nada había cambiado entonces decidí regresar a Sofía. Al llegar a la fábrica, el sitio estaba intervenido. La policía Federal había restringido el acceso no solo a esa fabrica sino a todas las demás pertenecientes a Çihan Alkas quien para ese momento ya contaba con orden de captura por algún delito que para ese momento yo desconocía. Todo aquello se veía muy grave en verdad y yo no supe que hacer. No quería involucrarme más de lo que quizás ya estaba y decidí entonces tomar ese camión y huir lo más lejos posible hasta llegar a las costas de Burgas. En ese lugar me estanqué pues ya no tenía dinero ni mucho menos un rumbo fijo. Pensé bastante y no tuve mucha elección más que abrir aquel contenedor para tener al menos una idea de lo que había allí dentro. Lo que vi fue un montón de paquetes, todos perfectamente sellados, ordenados y enumerados. Fue entonces que sospeché de que se trataba todo aquello y definitivamente no quería verme involucrado en ninguna cosa ilícita. Cerré nuevamente aquel contenedor, abandoné el cargamento en aquel lugar y di aviso a las autoridades. Cuando hice eso ya me encontraba muy lejos y con suerte, salí limpio de todo aquello, al menos por un tiempo. Llevaba trabajando cinco años para Çihan Alkas y él sabía todo sobre mí al igual que sobre todos sus demás empleados por lo tanto no se detuvo hasta dar con mi paradero y saber que fue lo que había hecho con su último cargamento. Claro que por mucho tiempo no supe que él estaba tras mis pasos. Yo regresé a Ankara pero decidí no llegar a casa, simplemente quería estar cerca de mi familia. En esos tiempos me enteré que la relación entre tú y Nergis no iba nada bien y al enterarme de que se encontraba en Ankara, la busqué. De principio no quiso verme pero lo creí normal luego de todas las cosas que había hecho conmigo y del modo en que supo utilizarte, sin embargo no pudo huir de mí por mucho tiempo pues a final de cuentas ella nunca dejó de amarme. Mientras tú te tomabas tu tiempo en Londres, Nergis y yo habíamos vuelto a estar juntos. Habíamos reestablecido nuestros viejos planes y ella te pediría el divorcio ni bien regresaras de tus vacaciones.
Si tan solo pudiera levantarme de esta silla lo haría únicamente para partirle la cara —Pensé en ese instante—
— No me veas de esa manera, Oğuzhan. Eres un hombre inteligente y supongo que para ese entonces ya me dabas la razón en lo que te había advertido un día. De todos modos no creas que no me siento culpable, es más… Soy el único culpable de todo. Debí acercarme a ti aquel día en el juzgado cuando acababas de firmar tu divorcio con Nergis, para que conversáramos.
¿Él estuvo allí? Aquel día, a la salida del juzgado, observé a lo lejos a un hombre descender de su coche. El mismo se acercó a Nergis y la saludó con un beso pero nunca pude ver su rostro razón por la cual siempre creí que se trató de aquel Çihan Alkas. Se supone que esa es la historia verdadera. Todo lo que está contándome mi hermano ahora, solo hace que la cabeza me de vueltas —Me dije a mí mismo—
— Elçin es mi hija, hermano por eso está conmigo. En un par de días le darán libertad definitiva a Nergis y nos iremos lejos de esto por largo tiempo, pero antes necesito quitarme todo este peso de encima. Necesito que sepas toda la verdad y puedas perdonarme.
¿Acaso hay más? ¿Cómo puedo perdonar tantas manipulaciones y engaños? ¿Cómo?
Entre llantos y una impotencia que ya no pude contener, lo sujeté del cuello con todas las fuerzas posibles que poseía dándole a entender que ya no me interesaba oír sus palabras y que todo lo que deseaba era que se marchara de mi presencia y no volviera a aparecerse jamás.
— ¡Suficiente! ¿Eres consciente en el estado que dejarás a tu hermano? No lo eres… En la mañana no serás tu quien le suplique que se levante para continuar su vida junto con su familia —Irrumpió mi esposa— Quiero que te largues ahora.
— Aún no he terminado y no me iré hasta que eso suceda.
— Si no te vas, llamaré a la policía.
— Haz lo que quieras Agatha pero no me iré hasta que acabe de contar toda esta historia.
Ya no quería oírlo, simplemente ya no quería pero mis súplicas no sirvieron de nada y continuó y continuó hasta desquiciarme por completo.
— Cuando Nergis y yo estábamos a punto de irnos, Çihan Alkas me encontró. Ese hombre resultó ser muy peligroso y me amenazó con toda mi familia. Me dijo que si no le devolvía todo el valor de aquella mercancía que le había entregado a la policía. Nuestra madre, nuestra hermana y Nergis quien en ese entonces ya estaba embarazada, pagarían las consecuencias. Yo no tenía dinero. ¿De dónde iba a sacar los millones que valía aquel cargamento? Me vi acorralado, sin saber que hacer y por mi causa toda nuestra familia se vio involucrada cuando Çihan Alkas comenzó a idear planes de modo a que yo le devolviera su dinero de alguna manera. Él sabía hasta el mínimo detalle sobre todos nosotros, él sabia que fuiste esposo de Nergis y cuando se enteró que ella estaba embarazada, comenzó toda nuestra pesadilla. Su plan era que yo consiguiera el dinero a través de ti y Nergis fue obligada a decir que Elçin era tu hija para comenzar a hostigarte. En un principio todo se trató únicamente en comprobar que la niña era tuya realmente y entonces la prueba de ADN fue alterada para que así pudieras darle a Elçin la pensión que le correspondía. Todo ese dinero iba a parar en manos de Çihan sin embargo nunca sería suficiente para completar mi deuda por lo que acabó ideando algo mucho peor. Obligó a Nergis a que intensificara sus hostigamientos hacia ti, necesitaba que te vieras acorralado, desesperado y que acabarás cayendo en la trampa que tenía para ti. La última vez que te encontraste con Nergis, el plan de Çihan era secuestrarte pero yo no iba a permitir tal cosa. Le envié un mensaje a Nergis pidiéndole que intentara retenerte de algún modo, porque sabía que de camino a casa iban a emboscarte en la carretera. Hallé la manera de llamar a la policía para contar toda la verdad, rogándole a Allah que llegaran a tiempo y que Nergis haya logrado retenerte. Yo me encontraba retenido por los hombres de Çihan y no pude hacer más para intentar protegerte. La policía no llegó a tiempo, tú saliste de aquel lugar y lograron emboscarte. Cuando Çihan se enteró que di aviso a la policía y que toda la guardia Federal se encontraba tras sus pasos, ya ni siquiera le importó el dinero. Ordenó que te trajeran hasta el sitio donde te tenían y acabaran contigo delante de mí. Esos hombres casi te mataron a golpes ante mis ojos y no pude hacer nada. ¿Comprendes ahora porque me siento el hombre más despreciable de este mundo? Merezco todo tu odio y toda tu rabia pero quiero que sepas hermano que habría muerto por ti en ese lugar de haber podido —Dijo entre incesantes lágrimas y arrodillado ante mí con la cabeza apoyada a mi regazo— Me iré lejos de ti, nunca más volverás a verme pero otorgarme al menos la esperanza de tu perdón, hermano.
— ¿Oğuzhan? Nooo… ¡No! ¡Por favor no, mi amor!
— ¿Hermano? ¿Qué le sucede?
— Hay que llevarlo al a hospital, rápido.
Sentí un fuerte temblor por todo mi cuerpo que no pude controlar. Quizás era solo producto del frío o quizás era algo malo porque pude percibir la desesperación de mi esposa que lentamente se apagaba ante mis ojos y mis oídos.