Déjame Amarte

LA GRACIA DE CONOCERLA

¡Mi hermosa Agatha! ¡Mi reina! 
Ojala pudiera hacer mucho más por ti. Borrar todo tu dolor y todos tus recuerdos malos del pasado pero apenas puedo estar aquí a tu lado y rodearte entre un par de brazos que tuvieron que aprender a abrazar de nuevo. 
Ojala pudiera decirte todas las cosas bonitas que me vienen a la mente para ti pero apenas puedo pensarlas. Quizás puedas leerme la mente pues es una habilidad tuya de la que en ocasiones no logro escapar. 
Hoy no quiero escapar. Deseo que sepas sobre cada segundo de mi amor por ti y que sin la luz de tus ojos yo no soy feliz. 
— Disculpe, señor. La Doctora Loan y el Sr. Baymaz llegaron—Irrumpió Farah en voz baja— 
Mi esposa se encontraba realmente deprimida y sabía que la presencia de la Dra. Loan la haría mucho bien. Nadie mejor que ella podría comprenderla y contenerla en ese proceso de recuperación, emocional más que nada. 
Fui a recibir a mi amigo y a su futura esposa —cosa que aún me costaba creer, por cierto— Ese hombre se veía realmente bien, como el típico ser enamorado no solo de una mujer, sino de la vida. 
— Cómo está la niña más hermosa de este mundo —Le dijo la doctora a Hatice quien yacía ya entre sus brazos, invadida de besos— Cada día que pasa te noto más grande mi amor. 
— ¿Cómo estás hermano? ¡Oye! ¿Es cosa mía o tú ya únicamente estás sentado sobre esta silla por tu grandísima pereza? 
Ojala fuera solo por pereza —Pensé abrazando a mi amigo— 
— Te veo bien en verdad. 
— Digo lo mismo —Irrumpió la doctora— Agatha me contó que hasta vas al gimnasio y solo. 
— ¿Eso significa que volviste a tus andanzas? —Bromeó entre risas— 
¿De qué andanzas habla este caradura? 
La doctora no tardó en preguntar por mí Agatha y le señalé que estaba en la habitación, dormida. Le dio la niña a mi amigo y fue junto a ella de inmediato. 
— ¿Loan? 
— Hola cariño. 
— Mira lo que me sucedió Loan. Me quiero morir… Quiero morir. 
— ¿Qué estás diciendo Agatha? ¿Oyes lo que dices? 
— Estoy muy cansada. 
— Ssshhh… Todo pasará, cariño. No hables así que no vale la pena. Todo pasará pronto.
Por un par de largas horas la Dra. Loan permaneció junto a Agatha en la habitación y yo deseaba de corazón que todo mejorara en cuanto salieran de allí. Conocía de sobra los altibajos de mi esposa y el temor se me apoderaba al verla sumergida en lo más profundo de ese estado de ánimo. 
— No vuelvas a repetir una cosa como esa Agatha. ¿Sabes lo que haré como oiga de ti lo mismo otra vez? Voy a llevarte a Centro Clínico del Doctor Austin para que veas con tus propios ojos de todo lo que tú te has librado. Es más creo es exactamente lo que necesitas para darte cuenta de lo afortunada que eres en comparación a las demás personas que padecen lo mismo que tú. 
— Tú no entiendes. 
— ¿Qué es lo que no entiendo? A ver, explícame. ¿Qué hay de Hatice y de tu esposo? ¿Qué será de ellos sin ti? ¿Cómo le explicaremos a tu hija que su madre quiso morir solo porque se quebró un brazo? ¿Y Oğuzhan? Ese hombre intenta hasta lo imposible cada día por ti. Hace menos de dos años era casi un parapléjico pero gracias a ti está hoy en esas condiciones. Tú lo motivaste a luchar y ahora que por poco logra pararse de esa silla de ruedas, tú quieres morir. 
— Me duele mucho, Loan. Siento como si recibiera martillazos por todas partes y ya no aguanto.  
— Lo sé, Agatha pero seguiremos luchando contra ese dolor. Te lo prometo. No olvides que existen muchas alternativas para calmar tus afecciones. ¿De verdad quieres morir en lugar de luchar Agatha? Quiero que seas sincera conmigo. 
— No quiero.  
— ¿Por qué no quieres? 
— No quiero dejar a mi familia. 
— ¿Y que más? 
— Le prometí a mi hermano que esperaría con ansias su salida definitiva del centro de rehabilitación. 
— Sigue. 
— Me hace mucha ilusión ir a mi primera firma de libros. Ver a mi hija ir a la escuela y estar junto a mí Oğuz cuando logre pararse de su silla de ruedas. 
— Y si mueres nada de eso pasará. Toda tu ilusión moriría contigo, cariño por lo tanto no vuelvas a pensar en eso jamás y si debes luchar contra ese espantoso sentimiento, lo harás pensando en todos tus seres queridos. ¿De acuerdo? Sabes que si deseas hablar al respecto conmigo, yo siempre estaré para ti. 
— Mmm  
— ¿Mmm? Eso no me sirve. ¿De acuerdo?  
— De acuerdo. 
— Además olvidaste mencionar algo muy importante. ¿Qué hay de mi boda? Tu queriendo morir a muy poco de mi boda. Jamás le causarías tanto dolor a tu mejor amiga con tu ausencia ¿O sí? 
— No... También quiero estar ahí para verte vestida de novia junto a Baymaz. Oğuz y yo apostamos. 

— ¿Apostaron por mi boda?

— Ahá
— Te lo dejaré pasar únicamente por esa sonrisa. Que sonrías y que no se borre jamás a pesar de todo. Ahora necesito que colabores conmigo en todo. Primeramente necesito el expediente que redactó el doctor que te asistió aquel día y también la receta de las medicinas que te indicó. Si ninguna de ellas serán contraproducentes, te anticiparé tu dosis de Bifosfonato. 

— Está bien.
Afuera mi amigo y yo teníamos mucho sobre que conversar pero lo hicimos a medias en lo poco que cabía que yo lo hiciera. Existía un punto específico el cual era de mayor interés para mí como la venta de la casa en Estambul pero a Baymaz le interesaba otro sobre el cual yo no deseaba profundizar. 
— ¿Oğuzhan cómo es posible que no me hayas contado mucho antes que Ömer apareció? ¿Tú sí dimensionas la gravedad de todo lo que te confesó? 
No iba a tener esa conversación de tono elevado con mi hija entre sus brazos y se lo dije señalando a la pequeña. 
— Faraaaaah… Por favor, llévate un momento a la niña —Pidió y cuando Hatice ya no se encontraba en la sala con nosotros, no tardó en atosigarme con ese asunto— 
— ¿Oğuzhan, porque me ocultaste algo así? 
Debería agradecerme que al final sí se lo conté. 
— Ömer se aparece frente a ti un día luego de muchos años. Te habla sobre cosas que no comprendes y te dice que los culpables van a pagar por lo que hicieron. Poco tiempo después resulta que Çihan Alkas y un par de sus hombres aparecen muertos. 
— ¡Yeter! 
La policía nunca pudo hacer nada referente a mi caso. Detuvo a personas que si bien estuvieron involucradas, fueron por amenazas. Todos resultaron ser víctimas de Çihan Alkas empezando por mi hermano Ömer. 
Mi intención no era defenderlo pero tampoco acusarlo. Si aquellas autoridades incompetentes trabajaban para dar con el asesino de un criminal narcotraficante, yo no iba a colaborar acusando a mi hermano y eso se lo dejé bien claro a Baymaz. 
Le pedí que dejara ese asunto por el bien de todos, que lo hiciera por mí y que si un día mi hermano Ömer requiriera de su ayuda, no dudará en dársela. Los culpables de la agresión que sufrí ya estaban muertos y yo aún tenía heridas que sanar. Heridas físicas y emocionales que no me daban tiempo de pensar en otras cosas, sin mencionar que debía velar por mi esposa y mi hija. 
— ¡Tamam! Será como quieras pero no te alteres ¿Quieres?
El abrazo de mí mejor amigo, de mi hermano, siempre era importante para mí pues decía mucho más que una promesa y pese a que me lo prometió con palabras, lo selló con ese abrazo que me dejó bastante tranquilo y confiado. 
— ¿Sabes donde está? 
— Yok. 
Conociendo a Baymaz, las preguntas habrían continuado por mucho más tiempo pero cuando la puerta de la habitación finalmente se abrió y vi a mi hermosa Agatha cruzándola, ya nada más me importó. 
Su primera reacción fue acercarse a mí y sentarse sobre mi regazo. Allí posó su cabeza sobre mi hombro y la rodee entre mis brazos, mientras me perdía en el delicioso aroma de su cabello que siempre olía a miel. 
— Ya me prometió que todo estará bien ahora y sé que me cumplirá esa promesa. Y ya me comprometí a ser yo misma quien la monitoree cuando llegue el día de retirarle el yeso. Yo estaré allí a su lado vigilando a que nadie le haga daño. 
¿Daño? ¿Por qué la harían daño al retirarle el yeso? —Me pregunté alarmado aunque por esos momentos mi hija se encargó de que lo dejara pasar— 
— ¡Mamita!
Ella corrió hacia nosotros, feliz de ver nuevamente a su madre levantada de aquella cama y todo gracias a la Dra. Loan. Esa mujer en verdad era un tesoro el cual mi amigo Baymaz se había ganado y deseaba de corazón que supiera valorarla con toda su alma. 
¿Que sucedió exactamente dentro de la habitación? No lo supe pero desde aquel día recuperé nuevamente a mí Agatha.



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En el texto hay: drama, amor, perceverancia

Editado: 30.08.2021

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